Actos Sociales

SE CONMEMORA EN LA CAPITAL ARAGONESA CON GRAN ESPECTACULARIDAD LA V RECREACIÓN DE LOS SITIOS DE ZARAGOZA

Preparativos para la batalla. Barricada defensiva en el Coso

Organizada por la Asociación de Recreación Histórica Voluntarios de Aragón, tuvo lugar durante los días 12 y 13 de marzo de 2022, en la capital aragonesa, la V Recreación de Los Sitios de Zaragoza, constituyendo una atracción absolutamente espectacular para propios y extraños.
Nosotros comenzamos por visitar, el día 12, el campamento de las fuerzas contendientes situado en la margen izquierda del Ebro, en el Parque del Tío Jorge. De camino hacia él, tropezamos con un militar “francés” de muy alto rango a juzgar por la riqueza de su uniforme. Resultó ser el Presidente de la Asociación Cultural Los Sitios, Gonzalo Aguado Aguarón, al que formulamos algunas preguntas justo antes de llegar al campamento.

¿A qué personaje representa hoy aquí?. En la representación de hoy encarnaré al Mariscal Junnot, que fue uno de los mariscales franceses que llegó a Zaragoza y se encontró, inesperadamente, con esa resistencia a ultranza de los zaragozanos que le hizo tener que recalcular todos sus planes iniciales y, de nuevo, perfilar una guerra de asedio que no era la que inicialmente había pensado. ¿Nos puede decir algo acerca de las dimensiones del campamento?. El campamento es enorme, estamos hablando de 400 personas que han venido de todas partes de España y, prácticamente, de todo el mundo, porque viene alguien incluso de Argentina. Hay más de 100 tiendas, hay 2 cañones y 14 caballos, lo cual conforma un campamento enorme. ¿Cree usted que esta recreación ha alcanzado un nivel de primer orden?. Pues desde luego que si, incluso no solo nacional sino a nivel europeo. En estos dos años de pandemia no ha habido recreaciones, incluso una de las más grandes de Europa, que es la de Waterloo, tuvo que ser suspendida.

Vista parcial del campamento español

Entonces, encontrarnos ahora con una recreación de 400 personas y más aún en un escenario urbano es realmente algo muy singular y que no se ha visto en toda Europa en varios años.

¿Cuál va a ser su papel?. La escenificación del poder francés, junto con el Estado Mayor, y la organización del mando de las tropas napoleónicas, que va a ser, sobre todo, en la batalla. ¿Tiene usted tienda, aquí en el campamento?. Si, por supuesto, tengo la tienda del Estado Mayor, donde me reuniré con todos los generales para organizar la estrategia de la batalla para conquistar Zaragoza.

Habíamos llegado ya al campamento, el mariscal Junnot se fue con los franceses y nosotros nos fuimos con los de Zaragoza, Aragón y otras regiones. Allí nos esperaba, debidamente uniformado, Daniel Aquillué, a quien habíamos tenido el placer de seguir como guía, la semana anterior, en la recreación de la Cincomarzada. Inmediatamente comenzó a darnos explicaciones detalladas de lo que acontecía. Vamos al campamento español, que no es solamente de atrezzo pues la gente duerme aquí. El parque en el que nos encontramos recibe el nombre de Tío Jorge, uno de los conocidos como héroes de Los Sitios de Zaragoza. Era un labrador del barrio del Rabal, que está aquí al lado. El Tío Jorge, al que tenemos en estatua en el parque, fue clave en el levantamiento, o motín, popular del 24 de mayo de 1808.

Escena de campamento (I)

Y fue clave para encumbrar a Palafox como Capitán General, al que fueron a buscar a La Alfranca. Luego el Tío Jorge fue, digámoslo así, el guardaespaldas personal de Palafox y por tanto no combatió nunca. Murió de la enfermedad del tifus en noviembre de 1808.
Este lugar antes eran huertas y acequias. Por él atacaron los franceses el 21 de diciembre de 1808, dando comienzo al Segundo Sitio. Concretamente atacó la División del General francés Gazzan, con 10.000 hombres que venían desde Zuera. Atacaron y fracasaron ante las tapias del Rabal, retirándose luego a Juslibol. Lo volvieron a intentar en febrero y entonces lo consiguieron.

¿Qué vemos aquí, en el campamento español?. Esto, por ejemplo, es la cocina. Como verán hay patatas, verduras y, sobre todo legumbres y la “galleta”. Aquí vamos a hablar de la vida cotidiana a comienzos del siglo XIX. ¿Qué se comía en 1808?. Un ejército marcha sobre su estómago, eso lo decía Napoleón y no le faltaba razón. En el ejército francés se hartaban de comer patatas, eran muy socorridas. En el ejército español se comían muchas legumbres y un pan ácimo que se llamaba “la galleta” que justo aquí la trae “Josefa”, una joven de 1808, natural de Barbastro avecindada en Zaragoza, que suministraba a las tropas. Trae las galletas y, mientras se prepara, les cuento el papel de la mujer en 1808. Seguramente habrán oído hablar de Agustina de Aragón, a la cual veremos esta tarde en el Coso.

Agustina de Aragón fue una de las tantas y tantas mujeres de Zaragoza que no solo estuvieron en fundamentales labores logísticas , llevando suministros y demás, sino con las armas en la mano combatiendo al invasor napoleónico porque estaban defendiendo su ciudad, su casa, su familia, su propia vida. Agustina fue una más, pero la que llevó mayor fama.
Bueno, pues aquí tenemos a Josefa que nos va a explicar qué es la “galleta”: Y nos lo explicó Josefa: La “galleta era, básicamente, lo que comían los soldados cuando no les quedaba nada más. Es una receta que existe desde el tiempo de los romanos, que ya la usaban, y era una ración de camino. Está hecha con harina, agua y sal, al horno. Hay algunas otras recetas que les ponían manteca o aceite. Es muy dura y sosa, y se llama “galleta marinera” porque es lo que solían llevar los marineros a bordo.

Daniel Aquillué y “Josefa Buil”

Lo que hacían era untarlas en agua, y si era salada pues sabía algo mejor. Esta era la ración básica de los soldados desde la época romana hasta la época napoleónica y posteriores.
De nuevo intervino Daniel Aquillué, para decir lo siguiente: Les he presentado al personaje, Josefa Buil, de la cual tenemos registros porque combatió a los franceses como un civil más. Tenemos registro de ella porque además de combatir a los franceses se dedicó a falsificar documentos oficiales de José Palafox, Capitán General. Daba licencias, falsificaba la firma y cobraba, hasta que la descubrieron, y por eso sabemos de su existencia.
Junto a las mujeres de clases populares que estuvieron combatiendo, verán dentro del campamento a mujeres más ricamente ataviadas, que son de la nobleza o la burguesía, algunas de las cuales o se fueron de la ciudad o se quedaron y combatieron, como la Condesa de Bureta, o hicieron donación patriótica de sus joyas para sufragar los gastos.
Durante la estancia y recorrido por el campamento nos acompañaban continuamente los redobles de tambores y maniobras de la tropa, que estaba a lo suyo, preparándose para el inminente combate de por la tarde.
Continuamos con las explicaciones de Daniel Aquillué: Esta es la tienda Coronela, el Puesto de Mando, el Estado Mayor del Ejército de Aragón, un ejército creado de la nada por las autoridades aragonesas en nombre de Fernando VII, en mayo-junio de 1808, porque no había ejército en Zaragoza. Había apenas 1000 hombre con armas en todo Aragón y se tuvo que reclutar a todo varón de 16 a 40 años, y además luego combatió la población civil.

En la tienda del Estado Mayor, verán que está el retrato de Fernando VII, Rey de España desde 1808, cautivo en Francia, que regresó en 1814. Si han oído hablar de el será mal, y habrán escuchado que es el peor rey de la historia de España. Y se preguntarán por qué entonces hizo la gente una guerra en nombre de Fernando VII. Pues hay que entender el contexto.

En 1808, Fernando VII apenas reinó un mes, y ¿cómo llegó al trono de España?, con el Motín de Aranjuez, con un amplio apoyo popular, de una forma, casi, revolucionaria. Para buena parte del pueblo Fernando VII era su rey, el rey que ellos habían elegido poner en el trono de España, en contra de Carlos IV y de su Primer Ministro, Manuel Godoy, al que acusaban de la crisis económica tremenda que azotaba España a comienzos del siglo XIX, porque hubo una situación de epidemias, guerra con Inglaterra, colapso del comercio, malas cosechas, y la situación de crisis era tremenda. Las culpas se echarían a quien mandaba, y ¿en quién se pusieron las esperanzas?.

Puesto de Mando del Ejército de Aragón

Pues se pusieron en Fernando VII, y como se fue a Francia y no volvió hasta después de la guerra, era la esperanza, el símbolo de la mejoría. Luego la historia discurrió por otros caminos pero, aún así, fue un rey bastante querido.
Aquí, en la tienda del E.M., en ausencia de los oficiales, donde está el retrato del rey, tenemos de guardia a un fusilero, del Primer Batallón de Infantería Ligera Voluntarios de Aragón, arma al hombro. Se podía distinguir a los soldados españoles por el bicornio con escarapela roja, distintivo del Ejército español y distintivo de los paisanos levantados en armas en 1808. Luego por la pluma que indica, en este caso, que es de Infantería Ligera, porque es verde, si fuera roja sería Infantería de Línea. Los franceses, si se fijan, no llevaban bicornio sino que llevaban generalmente chacó, que es un sombrero cilíndrico. La casaca roja y azul lleva los botones de Voluntarios de Aragón. Los botones hacen referencia al Regimiento de que se trata. Como calzado, polaina y zapato. Los oficiales llevaban botas, y los soldados zapatos y polainas. Esto que ven aquí es la cartuchera ventral que llevan los de Infantería Ligera, que es la canana en la que se guardan los cartuchos.
Aquí al lado, junto al Puesto de Mando, tenemos la capilla del campamento, porque en 1808 la sociedad es tremendamente religiosa, en España y en gran parte del mundo. En España la religión católica juega un papel fundamental, y fundamental la movilización con un discurso de, Dios, Patria y Rey que luego adoptaron los carlistas, los absolutistas. Pero en 1808 se articula contra Napoleón, tenido como el anticristo y el tirano que somete a toda Europa. Nos acercamos aquí, donde está el Padre Boggiero, figura fundamental en Los Sitios de Zaragoza, que nos quiere decir algo: “considera que, siendo el estudio de la religión el más útil e importante para la felicidad del hombre, es también el más olvidado y el que se mira con total indiferencia. Yo estoy aquí para cuidar de las almas de los soldados y de las almas de Zaragoza toda, y defender a nuestro Rey Don Fernando. porque, aparte de lo que yo he oído por ahí, que les ha dicho este caballero, el Rey Don Fernando es la salvaguardia de nuestra santa religión y, ¿qué haríamos nosotros sin religión?. Es imposible que podamos vencer al francés, a esos descreídos, a esos hijos de Caín, sin tener de nuestro lado la religión y la defensa de nuestro rey”.
Aquillué: el Padre Boggiero era un escolapio que fue el maestro, profesor, de Luis de Palafox, Francisco de Palafox y José de Palafox, los tres hermanos Palafox, de los cuales el primero, Luis, Marqués de Lazán, era militar y en 1808, en Madrid, se escapa y se viene a Zaragoza a unirse al levantamiento contra Napoleón.

El Padre Basilio Boggiero en la Capilla del campamento

En Madrid estaban los franceses, con Joaquín Murat, cuñado de Napoleón, y Luis de Palafox le dice “déjame salir de Madrid, que me voy a Zaragoza para convencer a mi hermano, el pequeño, para que deponga las armas”. Pero en realidad vino a Zaragoza y se unió al levantamiento. Toma el mando del Ejército de Aragón , sale a combatir a Tudela y lo derrotan, sale a combatir a Mallen y aquello resulta una carnicería tremenda. Imagínense: paisanos, abogados, sastres, artesanos, comerciantes, jornaleros del campo, a los que se les dio un fusil y al cabo de una semana tenían que combatir con la Caballería polaca. Cuando la vieron, salieron corriendo, lo que es normal, porque daba miedo.
El 15 de junio se da con todos los generales de Zaragoza, pero cuando resiste Zaragoza, que están todos por la zona de Belchite, Palafox, el pequeño, el Capitán General, le dice a su hermano, “corre, vuelve a Zaragoza y hazte cargo del mando”. Y viene el 17 de junio Luis de Palafox y se hace cargo del mando en Zaragoza, que es un caos. Aquí, cada uno hace la guerra a su manera, como mejor le conviene, dándose situaciones caóticas. Luis de Palafox intenta poner orden, con mayor o menor éxito, luego combatirá el 5 de agosto en los vados del Gállego, junto a Pastriz, con éxito en esta ocasión. Después irá a Cataluña a combatir en defensa de Gerona. Además, Luis de Palafox, como era Marqués, luego será leal a Fernando VII y será absolutista y vivirá plácidamente.
Luego tenemos al hermano mediano, Francisco de Palafox, que era un liante, un conspirador. Imagínense para que el propio gobierno español, en nombre de Fernando VII, la Junta Suprema Central, lo mandó detener y lo envió preso a Mallorca, donde murió en la cárcel durante la guerra, era un mala pieza.

Y luego está José de Palafox, que fue el aclamado Capitán General el 25 de mayo. Como militar, tuvo sus más y sus menos, pero era un gran político y un gran propagandista. Era culto, sabía varios idiomas, lo había educado el Padre Boggiero y cuando, después de Los Sitios es enviado a Francia, lee mucho y vuelve ilustrado y liberal. Claro, eso no le caía bien a Fernando VII y por eso entonces estuvo en un segundo plano toda su vida. Él publicó sus memorias para reivindicarse pero, ojo, las publicó en 1835 bastantes años después de Los Sitios. En la recreación de esta tarde y en la de mañana, podrán ver al Padre Boggiero, no con la Biblia sino con el sable, tirando arengas en defensa de Fernando VII y de la religión.
Una de las cosas que mejor se le daba a José de Palafox era la propaganda, la comunicación política en tiempos de guerra, en eso era un auténtico genio, contra los franceses y contra los generales españoles que no le caían bien, como el General Castaños. Aquí tenemos algunas de esas proclamas.

Escena de campamento (II)

Es muy interesante leerlas y ver el lenguaje de la época. Recordemos, estamos en 1808, en una sociedad en la que se concibe al rey como Jefe del Estado, que va a ser un buen rey, paternalista, y que va a cuidar de sus vasallos, eso es lo que se esperaba. Una sociedad profundamente religiosa, además aquí cobra mucho papel la advocación a la Virgen del Pilar, hasta se borda una Bandera con la Virgen del Pilar para los nuevos alistados; una sociedad que lucha contra Napoleón , que representa todos los males, la invasión militar porque su ejército vive sobre el terreno requisando y saqueando. Saquea los pueblos de la ribera antes de llegar a Zaragoza, Tudela y Mallen. La gente huye hacia Zaragoza buscando refugio, aunque muchos por desgracia lo que encontrarán es un cementerio. Y tenemos también una sociedad radicalizada, movilizada y politizada por la guerra.
Aquí tenemos una de las proclamas de Palafox agradeciendo a los aragoneses cómo se han portado en la batalla por la defensa de Zaragoza y en concreto en la Batalla de las Eras, que fue el primer ataque francés sobre Zaragoza, el 15 de junio de 1808, y que fracasaron ante paisanos y unos pocos militares. Este es un Decreto de Palafox sobre una distinción que entrega a quienes han combatido en los ejércitos, en el primer Sitio, por ejemplo este escudo que llevo en la manga, de Defensor de Zaragoza.
Y aquí tenemos una proclama apelando a la religión y el patriotismo, objetos cuya defensa no admite escusa, y la conservación de los derechos legítimos de los soberanos. Con la Guerra de la Independencia, el vacío de poder, y la eclosión de Juntas, no los gobiernos, desde abajo, por mucho que se hagan invocaciones al Rey, a la Patria y a la Religión, se va a producir una revolución que desembocaría en las Cortes de Cádiz y en la Constitución de Cádiz, que es más revolucionaria que el sistema francés que había. Por último pueden ver aquí una caricatura, la guerra con palabras, escrita, que se leían públicamente, en voz alta, porque mucha gente era analfabeta, pero se leían públicamente las noticias y las proclamas, y se caricaturiza, se animaliza, se ridiculiza a Napoleón y al rey José, siendo a veces un poco escatológicas.

Siguiendo con nuestro recorrido por el campamento español, llegamos a una de las tiendas de campaña donde se hallaba el Cabo de Voluntarios de Aragón enfrascado con los utensilios de guerra para fabricar cartuchos y que, inmediatamente, comenzó a ilustrarnos sobre la materia. Nos explicó detalladamente todo lo referido al equipo que portaban los soldados así como todo lo relacionado con la limpieza y manejo de las armas, haciendo referencia, por ejemplo, a los 12 movimientos de la secuencia de carga y disparo de los fusiles, que por cierto estaban diseñados para gente diestra. A los zurdos se les obligaba a utilizar la diestra.

Sátira contra Napoleón

Finalmente, Daniel Aquillué nos dijo lo siguiente: Para acabar la visita, quiero señalar que después de Los Sitios la guerra continuó hasta 1814, se siguió combatiendo y se sufrieron los desastres de la guerra, que nos dejó Goya en sus grabados, y que se hacen eco de lo que supuso la guerra, que no deja de ser muerte y destrucción.
Nosotros continuamos recorriendo otras zonas del campamento español y nos detuvimos en un grupo de tres tiendas ocupadas por gentes con uniformes que nos resultaban desconocidos. Hablamos con su portavoz, Ramón Tercer, historiador, y le preguntamos a qué unidad pertenecían. Esto es lo que nos respondió: Representamos una Compañía del Cuerpo de Reserva de los Corregimientos de Cataluña, que es una Unidad que se formó a nivel de toda Cataluña. Tenía un total de 66 Divisiones y agrupaba a 23.000 hombres, divididos en cada uno de los Corregimientos. Cada Corregimiento tenía entre 20 y 21 Compañías de 100 hombres cada una, y nosotros representamos a una de estas, que es la 17ª Compañía del Corregimiento de Manresa.
Una vez satisfecha nuestra curiosidad les tomamos una fotografía con su estandarte, en este caso de color rojo, con la imagen del Santo mártir San Sebastián. De pronto, los soldados, españoles y franceses, fueron llamados a formar, y con ellos todo el contingente de personas que acompaña a los ejércitos. Todos juntos formaron una larga columna que avanzó por el paseo Ribera del Ebro para cruzar luego el puente de Piedra, donde un sencillo monumento recuerda uno de esos episodios ignominiosos que, a veces, se dan en la guerra. Nos referimos al asesinato del Padre Basilio Boggiero y del presbítero Santiago Sas, muertos por los franceses, a bayonetazos, por la noche, y arrojados sus cuerpos al rio Ebro, a pesar de que en la Capitulación de Zaragoza, en su artículo 7º, se especificaba que la religión y sus ministros serían respetados.
La columna continuó su avance por el paseo Echegaray y Caballero, tomando después la calle de José Palafox, donde se ubica la casa que en tiempos fue de los Marqueses de Lazán, donde vivió José de Palafox y Melci, proclamado Capitán General al comienzo de Los Sitios. Luego la interminable columna llegó a la plaza San Bruno y posteriormente a la plaza de la Seo. Allí escuchamos una vibrante Proclama del General Palafox, a quien acompañaba el Padre Boggiero, dirigida a los zaragozanos desde el balcón del Palacio Arzobispal, convertido en su Cuartel General tras el abandono del mismo por el arzobispo afrancesado, Ramón José de Arce.

Voluntarios de Aragón con su Capitán Luis Sorando al frente

Seguidamente, el General Palafox, el Padre Boggiero y un oficial, Ayudante de Palafox, subieron a un carruaje tirado por caballos y se incorporaron a la columna, que continuó por las calles Don Jaime I, Espoz y Mina, y Alfonso I, hacia la plaza del Pilar, donde se hizo una detallada y documentada presentación de todos los Grupos intervinientes por parte de Luis Sorando Muzas, Capitán de los Voluntarios de Aragón y fundador de la Asociación Napoleónica Española. Se contó aquí con la presencia de la Vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández Escuer, y diversas autoridades civiles y militares.
Posteriormente, ya por la tarde, asistimos a una secuencia de las más importantes de los actos, como fue la escenificación, que con gran esmero y detalle, se hizo de la defensa de la ciudad durante el Primer Sitio, en la calle El Coso, en su tramo comprendido entre la plaza España y la plaza San Miguel. Pudo verse barricadas en la calle, un puesto defensivo con pieza de artillería incluida y la recreación de la puerta del Carmen. A ello, y como pieza clave de los actos, hay que sumar la presencia de más de 400 recreacionistas, pertenecientes a 37 asociaciones distintas, de países como Francia, Polonia, Italia o Portugal y por supuesto España. Numeroso público se había ido congregando, desde mucho antes del comienzo de la escena, atraído por la espectacularidad de esta recreación histórica, verdadero patrimonio inmaterial, que celebra su V edición, después de las realizadas en 2009, 2013, 2015 y 2018.
Antes del inminente combate, tuvimos oportunidad de hablar unos momentos con “Agustina de Aragón” a la que daba vida la joven Iztiar Garbayo, venida de San Sebastian, que nos dijo lo siguiente: Pertenezco al Grupo Blas de Lezo, hemos traído el cañón que tenemos aquí detrás, porque es la primera vez que se escenifica en la recreación el episodio del cañonazo de Agustina de Aragón. Hemos venido a recrear esta batalla. Los franceses estaban asediando Zaragoza y vinieron tropas de toda España.

“Mariscal Junnot”

Aquí, en este caso, Agustina vino acompañada de su marido que era artillero y se encontraban en Zaragoza defendiendo la ciudad. En esta escena, los franceses estaban entrando y los artilleros van a disparar el cañón pero los franceses consiguen matarlos. Ocurre que aparece Agustina, reúne valor para coger una mecha y disparar el cañón, que llevaba metralla, matando a varios franceses a la vez.

“Palafox, Boggiero y Ayudante del Capitán General”

A poco, sobre las 19.30 horas, se desataron las hostilidades y lo que hasta entonces había sido un lugar de cierta calma tensa se convirtió en escenario de sangrientas luchas entre el mejor ejército del momento, el ejército imperial de Napoleón Bonaparte, y los defensores de Zaragoza que resistían con tremenda bravura, con valor sin límites, en las barricadas y puestos de defensa. El estruendo de los disparos, el olor de la pólvora y el humo de las armas de fuego impregnaban el ambiente. Los franceses continuaban avanzando hacia la “puerta del Carmen” pero su avance se cubrió de cadáveres. Situados cerca del último reducto de defensa, fuimos testigos de la heroica lucha de los defensores de Zaragoza y del episodio de Agustina de Aragón disparando un cañón de artillería, mientras a su lado yacían muertos gran cantidad de combatientes sobre la misma barricada que habían defendido hasta sus últimas consecuencias.

“La desesperada y heroica acción de Agustina de Aragón”

Las luchas continuaron, con inusitada violencia, pero ese día, el 15 de junio de 1808, los franceses fueron rechazados a las puertas de Zaragoza, y se replegaron para lamer sus heridas a los montes de Juslibol, habiendo sufrido más de 700 bajas. Al día siguiente se escenificó, el Segundo Sitio, reuniendo a varios miles de personas en torno al Castillo de la Aljafería, donde tuvo lugar la recreación, con la misma espectacularidad del día anterior.
Finalizamos aquí nuestra particular crónica, y desde estas sencillas líneas de los Reales Tercios de España, fundados en 1942 por S.A.R. Don Juan de Borbón y Battenberg, felicitamos a la Asociación de Recreación Histórica Voluntarios de Aragón, en la persona de su Presidente Luis Sorando Muzás por la brillante organización de unos actos, que nos recuerdan el mayor episodio de heroísmo protagonizado por la ciudad de Zaragoza a lo largo de toda su historia. Unos hechos que traspasan los límites de la historia y se adentran en el terreno de la leyenda.

 

GALERÍA DE IMÁGENES

 

Recordemos que en esta evocación histórica participaron más de 400 recreacioncitas pertenecientes a 37 asociaciones distintas, de países tales como Francia, Polonia, Italia, Portugal y, por supuesto, España.

El campamento militar montado en la margen izquierda del rio Ebro, en el Parque Tío Jorge, ha sido quizás el campamento de época napoleónica más grande recreado en España. Contaba con más de 100 tiendas de campaña, 2 piezas de artillería y 14 caballos.

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