Invitados por la Jefatura de Movilidad Aérea del Mando Aéreo de Combate, y por la Base Aérea de Zaragoza, asistimos el pasado día 10 de diciembre de 2018, a la celebración de la festividad de Nuestra Señora de Loreto, Patrona del Ejército del Aire.
El acto central tuvo lugar en la Base Aérea de Zaragoza, a partir de las 12.30 horas, presidido por el Jefe de JMOVA, GD. Julián Roldán Martinez. Previamente, muy de mañana, se realizó una ofrenda floral, en la Basílica de la que es titular, a la Virgen del Pilar, que lució espléndida durante toda la jornada un manto del Ejército del Aire.
También con anterioridad se había llevado a cabo la ceremonia de imposición de condecoraciones y la celebración de la Santa Misa, oficiada por el capellán castrense de la Base Aérea, con consideración de comandante, Victor Seoane Rodríguez, asistido por el R.V. Wenceslao Sanz Gil.
La brillante parada militar se desarrolló en el inmenso hangar número 5 del ALA 31, donde se hallaba formada una Escuadrilla de Honores, al mando del Capitán Raúl Giz López, compuesta por: Escuadra de Gastadores, y tres Secciones de militares de tropa.
Asistieron, entre otras, las siguientes autoridades militares: Jefe de la Base Aérea de Zaragoza, GB. Antonio Francisco Nebot Más; Jefe de la Brigada Aragón I, GB. José Luis Sánchez Martinez- Falero; Comandante Militar de Zaragoza y Teruel, GB. Carlos Jesús Melero Claudio; General Director de la Academia de Logística de Calatayud, GB. Eloy Celma Maquieira; Delegado de Defensa en Aragón, Coronel Félix Allo Flores, y los coroneles jefes de Unidad.
Las principales autoridades civiles que asistieron al acto fueron las siguientes: Delegada del Gobierno de España en Aragón, Carmen Sánchez Pérez; Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido Aspas; Fiscal Superior de Aragón, José María Rivera Hernández; Vicepresidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Martín Llanas Gaspar; Jefe Superior de Policía en Aragón, Juan Carlos Hernández Muñoz ; Superintendente, Jefe de la Policía Local de Zaragoza, Antonio Blas Soriano.
Asistieron igualmente representaciones de prestigiosas corporaciones, asociaciones y hermandades vinculadas con las Fuerzas Armadas, entre ellas la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza.
Los Reales Tercios de España, fundados en 1942 por S.A.R. Don Juan de Borbón y Battemberg, estuvieron representados por su Vicepresidente nacional, José Miguel Ivars Ferrer, y por Miguel Usón Muñío, y Manuel Grao Rivas, coordinador, y jefe de Relaciones Institucionales, respectivamente, del Tercio Norte «General Aranda».
A su llegada, el General de División Julián Roldán Martínez fue recibido por el Jefe de la Base Aérea de Zaragoza, se le rindieron los honores de ordenanza (Marcha de infantes) y revistó la formación a los acordes de la bonita «Marcha de Revista de la AGM», (Cap. Ramón Benito Pérez). Después saludó a todos los presentes y pasó luego a ocupar la presidencia del acto.
A continuación el General de Brigada Antonio Francisco Nebot Más pronunció una alocución de la que ofrecemos a ustedes, queridos lectores que nos siguen, el siguiente resumen:
Tuvo palabras iniciales de agradecimiento hacia todos los presentes por asistir a la celebración de este sencillo acto militar de celebración en un día tan importante para todos los aviadores y tan señalado para el Ejército del Aire. Luego dijo lo siguiente: «En esta fría mañana de diciembre en Zaragoza, todos los componentes del Ejército del Aire sentimos nuevamente el calor de su afecto y consideración mientras compartimos esta solemne conmemoración en su compañía«.
Después hizo un bonito repaso de lo que ha sido la historia de la aviación, comenzando por recordar que muchas personas decían que volar era algo imposible para las capacidades del ser humano. Pero aún así el deseo existía y muchas civilizaciones contaban historias de personas, dotadas de poderes divinos, que podían volar. El ejemplo más conocido es el mito de Ícaro y Dédalo que, encontrándose prisioneros en la isla de Creta, construyeron unas alas con plumas y cera para poder escapar. Ícaro se aproximó demasiado al sol y la cera de las alas comenzó a derretirse haciendo que se precipitara en el mar y muriera.
Aunque no se trata más que de una leyenda griega de dioses y héroes, ya aparece en la mitología el vuelo como una actividad de riesgo que requiere de la adecuada prevención y la correspondiente protección.
Dice un viejo proverbio que no hay que tener miedo a volar, sino a no volar. En agosto de 1896 el ingeniero alemán Otto Lilienthal plasmaba trágicamente la realidad de esta frase cuando perdía la vida, 36 horas después de que su planeador se desplomara en picado. No fue el único pionero de la aeronáutica que murió por no poder dominar el control de su aparato. Sin embargo, una mañana de 1903, un loco cacharro tripulado hecho a volar y por primera vez no se estrelló. Parecía imposible que aquel armazón de madera cubierto de tela pudiera elevarse del suelo, pero lo hizo. El 17 de diciembre de 1903, el Flyer, un aparato más pesado que el aire y solo movido por la fuerza de su motor, despegó del suelo, permaneció suspendido durante doce segundos y aterrizó tras recorrer 37 metros.
A sus mandos estaba Orville Wright, que lo había construído en su taller de bicicletas junto con su hermano. El primer aeroplano tripulado de la historia estaba construído con madera de abeto y fresno. Las alas, desarrolladas con finos listones de madera estaban recubiertas de tela de muselina y unidas por tensores de hilo de acero. El motor, construído de forma íntegra por los hermanos Wright era de cuatro cilindros, refrigerado por agua, se alimentaba de gasolina, desarrollaba una potencia de doce HP, y alcanzaba una velocidad máxima de 48 Kmh.
Tan solo habían pasado cinco años desde el famoso vuelo en Kitty Hawk cuando los hermanos Wright ya viajaban a lo largo de Estados Unidos y de Europa para enseñar al mundo su máquina. Todo marchó a la perfección hasta que un día de septiembre de 1908, durante una demostración para el ejército norteamericano, frente a una multitud de dos mil personas, el avión se estrelló dejando gravemente herido al piloto, Orville Wright y muerto al pasajero, teniente Thomas Selfridge. La primera victima de la aviación fue un militar.
Quedaba claro que para pilotar estos artefactos había que contar con la máxima protección posible, sobre todo la divina.
Hoy, 10 de diciembre, se celebraba la festividad de la Virgen de Loreto, Patrona del Ejército del Aire y de las fuerzas aéreas de otros países. En concreto, la Señora de Loreto fue constituida por el Papa Benedicto XV como patrona de los aviadores el 24 de marzo de 1920. El Santo Padre aprobó entonces una bendición especial en la que terminaba pidiendo, «derrama tu bendición en este vehículo para que los que tengan un viaje aéreo puedan llegar a su destino y regresar a casa con seguridad bajo la protección de María».
Ese mismo año, el 7 de diciembre, S.M. el Rey Alfonso XIII, previa información y petición del Provicario General Castrense, estableció su patronazgo con el Servicio de Aeronáutica Militar, precursor del actual Ejército del Aire. Desde entonces todo su personal siempre ha encontrado en ella el apoyo espiritual y la confianza necesaria para desarrollar su trabajo. Según la tradición cristiana, Nuestra Señora de Loreto está vinculada al traslado milagroso de la casa donde nació la madre de Jesús, en Nazareth, hasta Croacia, durante Las Cruzadas. En 1291 los ángeles llevaron la casa volando a través del mar Mediterráneo y la depositaron en Dalmacia, (Croacia). Tres años más tarde, en la noche del 10 de diciembre de 1294, la santa casa fue trasladada nuevamente por los ángeles a la ribera opuesta del Adriático, a Italia, entre un bosque de laurel. De aquí el nombre de Loreto. No es casualidad que la Virgen de Loreto sea la Patrona de la aviación en recuerdo de ese milagroso traslado por vía aérea.
El 21 de mayo de 1927, Charles Lindbergh completó un vuelo transatlántico en solitario, sin escalas, desde Nueva York hasta París en poco más de 33 horas. La confianza que sostuvo al joven aviador norteamericano durante su vuelo se debió a una pequeña imagen de Nuestra Señora de Loreto que llevaba a bordo de su avión «El Espíritu de San Luis». Esta medalla probablemente salvó la vida del joven piloto, quien tuvo la fe de que podría llegar sano y salvo a su destino. Nos cuenta en sus memorias que tenía la medalla colgada en la cabina de su aeroplano y que el golpecito apacible de esta medalla contra la pared de la cabina era el que le despertaba cuando se quedaba dormido.
Continuó el General Nebot su alocución con estas palabras: «Tras el establecimiento del Ministerio del Aire en agosto de 1939, la Ley del 7 de octubre de ese mismo año creó y organizó el Ejército del Aire y, fieles a nuestras tradiciones y leales a los que nos antecedieron, hemos defendido a España volando más rápido, más alto y más lejos desde entonces«.
«Y como canta el Himno de la Academia General del Aire, se nos llenan de orgullo los pechos juveniles al pensar en la Patria, su Bandera y su honor, y el velar con las alas sus tierras y confines será la dicha suma de estos paladines que todo lo fiaron a su arrojo y valor«.
«A todos los aviadores del Ejército del Aire nos unen nuestros valores morales y militares, nuestro espíritu aeronáutico y nuestras tradiciones. Hoy, 10 de diciembre, es el día más señalado en nuestro calendario. Nuestro esfuerzo, entrega y profesionalidad nos permiten que el Ejército del Aire pueda cumplir la misión que tiene encomendada de servicio a España todos los días del año, vigilando y controlando de manera permanente el espacio aéreo español, contribuyendo a la acción aérea del Estado y participando en la seguridad y defensa de España y de nuestros aliados más allá de nuestras fronteras«.
«Debemos sentirnos orgullosos de nuestro trabajo, vocación y compromiso. En el Ejército del Aire trabajamos día a día para salvaguardar los valores esenciales de la sociedad española y garantizar los derechos y libertades de nuestros ciudadanos, el respeto a la dignidad de las personas y a los principios democráticos recogidos en la Constitución«.
Señaló, Nebot Más, que tienen como principal responsabilidad encontrarse en todo momento en disposición de emplear las distintas capacidades del poder aéreo en defensa de los intereses de España y de los españoles.
Encontrándonos ya en la recta final del año y sin ánimo de enumerar la gran cantidad de actividades realizadas por las distintas Unidades del Ejército del Aire en los últimos 12 meses, quiso destacar simplemente alguno de los grandes acontecimientos que han tenido lugar en 2018. Se han cumplido 75 años de la creación de la Academia General del Aire, en San Javier, Murcia, cuna de nuestros futuros oficiales. Hace ya 25 años que comenzaron los destacamentos de Control Aerotáctico del Ejército del Aire, que iniciaron sus misiones internacionales en la Guerra de Bosnia. Los populares Bullfighter, los famosos toreros del Ejército del Aire, que en poco tiempo se hicieron merecedores del reconocido prestigio internacional y del buen hacer del que han hecho gala hasta la fecha. Han pasado también ya más de 25 años del cierre del Acuartelamiento Aéreo de San Lamberto, del que esta Base Aérea heredó numerosas tareas y responsabilidades. El sistema de gestión ambiental del Ejército del Aire ha sido certificado por AENOR de acuerdo con la norma 14001. Hay que significar que es el primer ejército, tanto a nivel español como europeo en alcanzar dicha certificación medioambiental.
En ese sentido hay que felicitar a todas las Unidades del Ejército del Aire de la Base Aérea de Zaragoza por su trabajo, empeño y compromiso, valorando asimismo el poco tiempo del que se ha dispuesto para adecuar sus actividades e instalaciones a dicha norma.
También dijo lo siguiente el General Nebot: «Como es habitual con relación al trabajo cotidiano de todas nuestras Unidades en Zaragoza, tenemos que decir enhorabuena por el trabajo bien hecho, os podéis sentir satisfechos del deber cumplido«.
«No podemos olvidarnos de felicitar a nuestros compañeros que están hoy de servicio velando por nuestra seguridad y la de nuestro espacio aéreo, garantizando nuestra disponibilidad permanente. En este sentido hay que señalar que, en este momento, hay aviones de esta Base Aérea, del ALA 15, del ALA 31, volando en una misión real de defensa aérea«.
Igualmente felicitó a quienes actualmente están desplegados en Yibuti, Gabón, Senegal e Italia, que hacen posible que la presencia y labor del Ejército del Aire en esas tierras gocen de reconocido y merecido prestigio por parte de nuestros aliados.
En este día tan especial para los aviadores, abogó por tener presentes a todos los miembros del Ejército del Aire que ya no están entre nosotros, principalmente a los que dieron su vida en acto de servicio cumpliendo con su deber. Dijo esto:
«Rindámosles los honores que se merecen para que no se apague nunca su llama y los tengamos siempre como ejemplo en la memoria.Les tendremos especialmente presentes en el Homenaje a los Caídos que tendrá lugar durante este acto«.
Como no podía ser de otra manera, quiso también transmitir a sus familias su más cordial felicitación, agradeciéndoles su apoyo constante, incondicional y desinteresado, que les permite seguir cumpliendo a diario su misión con entrega y entusiasmo.
Ya en la recta final de su discurso dijo lo siguiente: «para concluir, solamente nos resta pedir nuevamente a la Virgen de Loreto que nos proteja a todos con su manto y, según reza nuestra Salve Aviadora, «si nuestras alas se quiebran al final de nuestro vuelo, tus brazos con amor se abran«.
«Finalmente deseo a todos una muy felíz patrona y les invito, como dice nuestro Himno del Ejército del Aire a, escribir sobre el viento la gloria infinita de ser español, y a gritar conmigo» ¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA EL EJÉRCITO DEL AIRE!
Seguidamente se entonó el Himno del Ejército del Aire y a continuación tuvo lugar la ceremonia de homenaje a los soldados de todos los tiempos, encuadrados en los ejércitos de España, que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor.
Se recitó el soneto de rigor que se inicia con las siguientes palabras: lo demandó el honor y obedecieron, lo requirió el deber y lo acataron, con su sangre la empresa rubricaron, con su esfuerzo la Patria engrandecieron…
Se cantó la parte central de la oración cristiana la muerte no es el final mientras abanderados y portacoronas se dirigían a paso lento hacia el monolito que recuerda a los que, en paz o en guerra, dieron su vida por España, a cuyo pie se depositó una corona de laurel.
El R.V. Victor Seoane rezó la siguiente oración: Que el Señor de la vida y la esperanza, fuente de salvación y paz eterna, les otorgue la vida que no acaba, en felíz recompensa por su entrega. Que así sea.
En medio de un profundo silencio, escuchamos el toque de oración y, llegados al punto ejecutivo, saludamos con respeto y admiración a cuantos nos precedieron en el servicio a España.
A continuación, puestos en pie, presenciamos la despedida de la Bandera, con los máximos honores, arma presentada e Himno nacional.
Finalmente, la escuadrilla en formación abandonó el recinto para ocupar sus posiciones previas al posterior desfile.
Ya en el exterior, a pie de pistas, asistimos primero a un desfile terrestre, en el que tomaron parte las unidades de la Escuadrilla de Honores y también la sección de guías y perros de la Policía Aérea de la Base.
Concluyó el acto castrense con un breve desfile aéreo en el que intervinieron tres aviones EF-18M y un C.130H.
Posteriormente la unidad anfitriona ofreció un Vino español al inicio del cual se brindó por S.M. El Rey.
Nosotros, desde estas sencillas líneas de los Reales Tercios de España, felicitamos a la Jefatura de Movilidad Aérea del Mando Aéreo de Combate y a la Base Aérea de Zaragoza por el día de su patrona y por la brillante organización de los actos de celebración. Les agradecemos su invitación a los mismos y expresamos también nuestro agradecimiento a la Secretaría de la Base por todas las facilidades que nos han dado para la confección del presente trabajo informativo.