Fieles a la honrosa tradición de celebrar la onomástica de su fundador, los Reales Tercios de España organizaron recientemente varios actos en honor de S.A.R. Don Juan de Borbón y Battenberg. Fue el Tercio Norte, que agrupa las Comunidades de Aragón, Cataluña, Navarra y Vascongadas, el promotor de las distintas celebraciones, que se desarrollaron en diversos escenarios de la capital aragonesa.
Se iniciaron el día 19 de junio pasado con una competición de tiro deportivo, con arma corta, llamada XI MEMORIAL JUAN III, realizada en las instalaciones del Club de Tiro Zaragoza, supervisada por la Federación Aragonesa de Tiro Olímpico, en la que participaron más de 100 deportistas, distribuidos en varias tandas de competición a partir de las 9.00 horas.
La tirada, en la que se guardaron los protocolos de seguridad establecidos por las autoridades sanitarias debido a las excepcionales condiciones, de todos conocidas, fue de formato 15+15 Media Tirada Fuego Central.
La planificación del evento corrió a cargo del Coronel de RR.TT. Miguel Usón Muñío. El árbitro internacional, Comandante de RR.TT. Ramón Selles Calabuig, fue el arbitro principal de galerías, y el Coronel de RR.TT. Manuel Martínez Pérez dirigió un equipo logístico de auxiliares de galería, compuesto por los siguientes oficiales de RR.TT.: Teniente Coronel Manuel Grao Rivas, Comandante Encarnación del Pino García, Comandante Pablo Pardo Puértolas, Alférez Pedro Martínez Delgado.
Los tiradores participaron a nivel individual o integrados en los siguientes equipos: Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil; Hermandad Provincial de Antiguos Caballeros Legionarios de Zaragoza; Reales Tercios de España; Policía Nacional; Asociación de Ex-alumnos de los Colegios de la Guardia Civil (Polillas); Club de Tiro Zaragoza.
El equipo de los Reales Tercios de España estuvo integrado por : Comandante de RR.TT. Rafael Lahuerta del Rio; Comandante de RR.TT. Ramón Selles Calabuig, Caballero de RR.TT. José Manuel García Bernal.
El primer clasificado individual obtuvo 272 puntos, y el primer equipo clasificado, con 726 puntos, fue el de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil. El equipo de RR.TT. quedó clasificado en 5ª posición, con 626 puntos. Se entregaron trofeos a los tres primeros clasificados de las siguientes categorías: Calibre 22LR, Calibre 9 mmParabellum, Grueso Calibre, Equipos.
Se hizo entrega de un premio especial al mejor tirador del equipo de RR.TT. que recayó en Rafael Lahuerta del Río, quien alcanzó 217 puntos.
La organización hizo entrega de un llavero conmemorativo a cada uno de los participantes en esta competición que alcanzó un gran nivel en el aspecto deportivo así como en su organización.
El acto central de estos eventos conmemorativos en honor de S.A.R. Don Juan de Borbón y Battenberg, fundador de los Reales Tercios de España, tuvo lugar el pasado día 27 de junio de 2021 en la Parroquia de Santa Mónica, de la capital aragonesa, con la celebración de la Santa Misa oficiada por el párroco, R.V. Florencio Juntas Molviedro.
Asistieron los siguientes jefes y oficiales de RR.TT.:
Delegado en Aragón, Coronel Manuel Martínez Pérez; Delegado en Zaragoza, Coronel Miguel Usón Muñio; Jefe de RR.PP. e Institucionales Teniente Coronel, Manuel Grao Rivas; Delegada en Huesca, Comandante Encarnación del Pino García; Jefe de la Sección de Cultura, Alférez Pedro Martínez Delgado. Entre los invitados al acto pudo verse al Vicepresidente nacional de la Asociación de Soldados Veteranos de Montaña, Manuel Laiglesia, y a Dª Carmen Puerta, de la prestigiosa firma MEMORA.
Se inició la eucaristía de este domingo de la decimotercera semana de Tiempo Ordinario, y en el Salmo respondimos todos: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Se dio lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Corintios: Hermanos; lo mismo que sobresalís en todo, en fe, en la palabra, en conocimiento, en empeño, y en el amor que os hemos comunicado, sobresalid también en esta obra de caridad.
Pues conocéis la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. Pues no se trata de aliviar a otros pasando vosotros estrecheces; se trata de igualar.
En este momento vuestra abundancia se debe a su carencia, para que la abundancia de ellos remedie vuestra carencia; así habrá igualdad.
Como está escrito: al que recogía mucho no le sobraba nada; y al que recogía poco no le faltaba.
Se cantó el ALELUYA y a continuación se dio lectura del Santo Evangelio según San Marcos: En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto.
Pensaba que, con solo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?”. Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ¿Quién me ha tocado?. Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?”. Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto?. La niña no está muerta, está dormida. Y se reían de él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: ¡Talitá, Kum!, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!”. La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.
En la homilía de éste décimotercer domingo de Tiempo Ordinario, el R.V. Molviedro dijo lo siguiente: Esta semana he estado recordando el evangelio del domingo pasado, sobre la tempestad, y hay una frase que me ha chocado constantemente, “no temas, yo estoy contigo”. Y cuando leemos o escuchamos sobre el evangelio de hoy, estos dos milagros, hay dos cosas que creo nos rondan a todos, que son la enfermedad y la muerte. Cuando le avisan los criados a Jairo que su hija ha muerto, éste se hunde, y le dice Jesús: “Basta que tengas fe”, y a la hemorrágica, cuando se acerca a Jesús, le dice “tu fe te ha salvado, vete en paz”. Por tanto, en el fondo, está tocándonos el tema de la fe, y fijaos que la fe es un don gratuito de Dios, una virtud teologal de Dios.
Ante estas situaciones concretas que estamos viviendo, en el tema de la fe, me vais a permitir leer un comentario que he enviado esta mañana, como cada domingo, a bastante gente, sobre el evangelio, que me parece nos viene muy bien a todos.
Las dos escenas del evangelio de hoy son muy expresivas del poder salvador de Jesús sobre la enfermedad y la muerte. Dos realidades muy presentes en nuestra historia y que nos preocupan notablemente.
La enfermedad es la experiencia de nuestros límites y muchas veces, además del dolor, nos hace experimentar la soledad, la impotencia, el tener que depender de los demás, perder junto con la salud física también las fuerzas espirituales y la ilusión.
Pero sobre todo nos preocupa el enigma de la muerte, ante el que caben reacciones de desesperación o fatalismo, de rebeldía o de aceptación progresiva. Ante el interrogante de todos los tiempos ¿por qué la muerte? las lecturas de hoy no nos proporcionan la solución por mucha fe que tengamos en Cristo Jesús, pero sí nos iluminan para que sepamos aceptarlas desde los limpios.
El libro de la Sabiduría nos contesta, con la perspectiva del libro del Génesis, afirmando que Dios no ha querido la muerte sino la vida. No dijo hágase la enfermedad o hágase la muerte, sino hágase la vida. Dios es el Dios de la vida. Según su plan, el destino del hombre es vivir. También la iglesia debe ser datora de vida y transmisora de esperanza, cuidando a los enfermos como la ha hecho a lo largo de dos mil años; poniendo remedio a la incultura y defendiendo la vida contra todos los posibles ataques, del hambre, de las guerras, de las escandalosas injusticias de este mundo, del terrorismo, así como de las perspectivas radicales del aborto, la eutanasia o de la pena de muerte, tan recientes que están estos días, creo que punzando a todos.
No temas, basta que tengas fe. Voy a leer un pasaje del Papa Juan Pablo II. Decía lo siguiente: Tanto los ministros ordenados como los fieles que atienden a los que vienen a pedir los sacramentos para sí mismos, por ejemplo unos novios que preparan su boda, o para sus hijos o allegados, el bautismo, la primera comunión, las exequias cristianas, deberíamos respetar el grado de fe o de no fe de esas personas y conducirlos como hacia Jesús hacia una fe más profunda. Este es el tema del evangelio. Para mí es fundamental el tema de la fe, don gratuito de Dios y, hermanos, el que pierde la fe lo pierde todo.
Y termino. San Pablo, en la carta a los Corintios, no hace más que pedir una colecta especial para la comunidad de Jerusalén, que está pasando malos momentos. Fijaos, la motivación que elige Pablo sigue siendo válida para nosotros. Cristo fue generoso con todos, no podemos nosotros no serlo unos con otros, además hoy nos toca ayudar desde nuestros medios a otros y mañana, tal vez, serán ellos los que nos ayudarán a nosotros. Hoy por ti, y mañana por mí. Lo decía, al terminar la carta, Pablo: Al que recogía mucho no le sobraba y al que recogía poco no le faltaba. Que así sea.
Después de escuchar esta preciosa homilía hicimos profesión de nuestra fe y presentamos luego nuestras plegarias al Padre, por la iglesia, por el mundo entero y por nosotros mismos.
A continuación, el R.V. Florencio Molviedro anunció que los Reales Tercios de España iban a realizar una ofrenda floral. La Comandante de RR.TT. Dª Encarnación del Pino García, Jefa de Protocolo del Tercio Norte-Aragón, y Dª Mari Carmen Gabarre Longares, de la Hermandad Provincial de Antiguos Caballeros Legionarios de Zaragoza, se aproximaron por la Vía Sacra hacia el altar y depositaron en su base un bonito centro floral con la Bandera de España.
Resaltamos ahora el siguiente pasaje de la eucaristia: Acuérdate Señor de tu iglesia, extendida por toda la tierra, y con el Papa Francisco, el Arzobispo Carlos y todos los pastores que cuidan de tu pueblo. Recuerda también a nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección.
Recordamos a Don Juan de Borbón y, a todos los que han muerto en tu misericordia, admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Al final ya del oficio religioso, el párroco de Santa Mónica anunció lo siguiente: Los años corren y un servidor, el próximo martes, hace 50 años de mi ordenación sacerdotal. Nos ordenamos catorce. De aquellos catorce, tres han fallecido, otros están enfermos, pero algunos nos juntaremos el martes, aquí, a las doce. Tendremos una celebración que presidirá Monseñor Eusebio Hernández Sola, Agustino Recoleto y Obispo de Tarazona. Estais todos invitados.
Antes de abandonar el templo, cantamos el bello canto de Santa María del Camino, que así comienza: Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va. Ven con nosotros al caminar, Santa María ven.
Posteriormente se celebró una comida de hermandad, en el Restaurante Rogelios, próximo a la iglesia de Santa Mónica, a la que asistieron los miembros de RR.TT. citados, acompañados de sus familiares.
Al inicio de la misma, el Delegado del Tercio Norte en Aragón, Coronel de RR.TT. Ilmo. Sr. D. Manuel Martínez Pérez, pronunció unas breves palabras, que son estas: Quiero agradeceros a todos la presencia en este acto en memoria de Don Juan, nuestro fundador en 1942. Gracias por venir, y vamos a hacer un brindis “POR EL PRIMER SOLDADO DE ESPAÑA, POR SU MAJESTAD EL REY”.
Al unísono brindamos todos y nos dispusimos a disfrutar de la comida de hermandad en medio de un clima de gran camaradería y amistad, que se prolongó hasta bien entrada la tarde, dando por finalizados los actos de homenaje al fundador de los Reales Tercios de España, S.A.R. Don Juan de Borbón y Battenberg.