Sobre los impresionantes bastiones del Palacio de la Aljafería, al pie de sus esbeltas e inexpugnables torres defensivas, se celebró el pasado día 13 de mayo de 2022 el acto central con el que la 8ª Zona de la Guardia Civil en Aragón conmemoraba el 178 Aniversario Fundacional del Benemérito Cuerpo.
Numerosos efectivos de diferentes unidades y especialidades de la Guardia Civil participaron en una espléndida Parada Militar ante esta auténtica fortaleza militar de época medieval, que el paso de los siglos ha dejado ubicada en el centro de la capital aragonesa.
Con este acto se conmemoraba el nacimiento de la Guardia Civil, el 13 de mayo de 1844, fecha en la que se creó un Cuerpo especial de fuerza armada, de infantería y caballería, para dar respuesta al grave problema de seguridad pública que existía en el ámbito rural en España tras finalizar la Guerra de la Independencia. Desde entonces la Guardia Civil ha trabajado en aras de garantizar la seguridad de los ciudadanos con total respeto a la Constitución y al ordenamiento jurídico, auxiliándolos en todas aquellas situaciones de riesgo en los que el ciudadano pueda verse comprometido.
El acto dio comienzo a las 12.30 horas, presidido por el Jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil, GB. Excmo. Sr. D. Francisco Javier Almiñana al que acompañaron el Presidente de las Cortes de Aragón, Excmo. Sr. D. José Javier Sada Beltrán, y la Delegada del Gobierno de España en Aragón, Excma. Sra. Dña. Rosa M. Serrano Sierra.
También asistieron, entre otras muchas, las siguientes autoridades civiles:
Consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón, Excma. Sra. Dña. María Teresa Pérez; Secretaria Primera de la Mesa de las Cortes de Aragón, Excma. Sra. Dña. Itxaso Cabrera Gil; Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Excmo. Sr. D. Manuel Bellido Aspas; Fiscal Superior de Aragón, Excma. Sra. Dña. Mª Asunción Losada Sabater; Subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Ilmo. Sr. D. Fernando Beltrán Blazquez; Jefe Superior de Policía de Aragón, Ilmo. Sr. D. Juan Carlos Hernández Muñoz.
Las principales autoridades militares asistentes al acto fueron las siguientes:
Jefe de Movilidad Aérea del Mando Aéreo de Combate, GD. EA. Excmo. Sr. D. José Luis Ortiz-Cañavate; Commandant de la Región de Gendarmerie D´Occitanie, Excmo. Sr. D. Charles Bourillon; Jefe de la Brigada “Aragón” I, GB. ET. Excmo. Sr. D. Javier Mur Lalaguna; Jefe de la Brigada Logística, GB. ET. Excmo. Sr. D. Juan Carlos Olalla Simón; Delegado de Defensa en Aragón, Coronel Ilmo. Sr. D. Conrado José Cebollero Martínez.
Ante nosotros se hallaba formada una Unidad de Honores, al mando de un capitán, en representación de las siguientes unidades de la Guardia Civil de Aragón: Escuadra de Gastadores del Grupo de Reserva y Seguridad; una Sección de la Comandancia de Zaragoza; una Sección del Grupo de Reserva y Seguridad; una Sección Mixta de Especialidades, compuesta por: Servicio de Protección de la Naturaleza; Servicio de Montaña; Servicio Cinológico; Agrupación de Tráfico; Grupo Especial de Actividades Subacuáticas; Grupo de Especialistas en Desactivación de Explosivos; Unidad Aérea. Asimismo se contó con la participación de la Unidad de Música de la Academia General Militar y Cornetín de Órdenes de la Brigada “Aragón” I.
El inicio del acto vino marcado por la incorporación de la Bandera a formación a los acordes del Himno nacional. Se dio lectura del artículo 6º de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, que dispone: Todo militar tiene el deber de prestar ante la Bandera juramento o promesa de defender a España, mostrará el máximo respeto a la Bandera y Escudo de España y al Himno nacional como símbolos de la Patria transmitidos por la historia.
Breves instantes después hizo su entrada en el Palacio de la Aljafería el Excmo. Sr. General Jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil de Aragón, Don Francisco Javier Almiñana Boluda, que fue recibido con los honores reglamentarios (Marcha de Infantes). La Unidad de Música de la AGM, dirigida por el Capitán Roberto Sancasto, interpretó la conocida marcha militar El Abanico y a sus acordes el General Almiñana revistó la formación. Seguidamente saludó a todos los presentes y, al cabo de breves momentos, recibió al Presidente de las Cortes de Aragón, Excmo. Sr. D. José Javier Sada Beltrán, y a la Delegada del Gobierno de España en Aragón, Excma. Sra. Dña. Rosa M. Serrano Sierra cuando hicieron acto de presencia, pasando luego a ocupar la presidencia del Acto.
Se dio lectura de los Reales Decretos Fundacionales del Cuerpo. REAL DECRETO: Conformándome con las razones expuestas por el Consejo de Ministros, acerca de lo urgente que es el establecimiento de una fuerza especial de protección y seguridad, en atención al desamparo en que hoy se ve la autoridad pública para proteger eficazmente el orden de las personas y bienes de los vecinos honrados y pacíficos; y teniendo en consideración que ni el Ejército permanente ni la Milicia Nacional, pueden atender a este servicio sin menoscabo de su peculiar organización y objeto, sin detrimento de la disciplina militar, y sin molestias ineficaces y perjuicios de la mayor trascendencia para las clases acomodadas y laboriosas, he venido a decretar lo siguiente: Artículo 1º. Se crea un Cuerpo especial de fuerza armada de infantería y caballería, bajo la dependencia del ministerio de la Gobernación de la Península, y con la denominación de Guardias Civiles. Artículo 2º. El objeto de esta fuerza es proveer el buen orden, a la seguridad pública y a la protección de las personas y de las propiedades, fuera y dentro de las poblaciones. Dado en Palacio a 28 de marzo de 1844. El Marqués de Peñaflorida.
También se dio lectura del Decreto de 13 de mayo de 1844, dado en Palacio por el Presidente del Gobierno y Ministro de la Guerra, Ramón María Narváez, que atiende a disposiciones orgánicas y procedimientos.
Seguidamente dio comienzo la ceremonia de imposición de condecoraciones. En atención a los méritos y circunstancias que en ellos concurren recibieron, por orden de 21 de abril de 2022, la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil varias personas, entre ellas las siguientes: Cruz de Plata. General de Brigada, Francisco Javier Mur Lalaguna, Jefe de la Brigada “Aragón” I; Don Pedro Javier Gazol Abad, Interventor Regional de Hacienda; Coronel Don Ignacio Asensi Catalán, Segundo Jefe de la Base Aérea de Zaragoza; Don Miguel Ángel Clavero Cortes, Jefe del Servicio de Seguridad y Protección Civil de Aragón.
Medalla de Seguridad Interior Francesa. En atención a los méritos y circunstancias que concurren en el condecorado, el ministro de Interior de la República concede la Medalla de Seguridad Interior francesa en su categoría de bronce al Teniente Coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca, Pedro Manuel Fernández Ruiz. Impuso la condecoración el General de División Excmo. Sr. D. Charles Bourillon, Commandant de la Región de Gendarmerie D´Occitaníe.
A continuación se hizo entrega de placas de agradecimiento a los Guardias Civiles que han pasado a la situación de Retirado desde mayo de 2019, recibiendo la primera de ellas el Teniente General Laurentino Ceña.
Seguidamente tuvo lugar la ceremonia de Despedida de la Bandera de los Guardias Civiles que han pasado a la situación de Reserva o Retirado, desde mayo de 2019.
La Despedida de la Bandera forma parte de la tradición militar para aquellas personas que han dedicado toda una vida al servicio de la Patria y de la Bandera que como símbolo la representa. No es una despedida, es una reafirmación de los valores que durante tantos años de servicio en la Guardia Civil se han ejercido con abnegación, sacrificio y lealtad, y que se representa en este acto con un simbólico y respetuoso beso a la Bandera de España.
A continuación escuchamos una alocución del Teniente General de la Guardia Civil Laurentino Ceña, hablando en representación de los homenajeados, en la que después de un largo capítulo de salutaciones y reconocimientos, puso de relieve la meritoria actuación de la Guardia Civil en la pandemia: hemos sabido estar a la altura de las circunstancias que nos ha tocado vivir pues éramos conocedores de la necesidad de contribuir a la asistencia y seguridad de nuestros ciudadanos, especialmente de los más necesitados, los que se encontraban más solos, y los más vulnerables.
Después se refirió a la grave epidemia de cólera que asolaba nuestra patria, allá por el año 1854, en la que hubo 260.000 fallecidos, de una población de 11 millones. La Guardia Civil, con apenas 10 años de vida, se enfrentaba a su primera alternancia política en el Gobierno de España, pues el Gobierno conservador dio paso al liberal.
Señaló el TG Ceña que en estas alternancias se imponía la disolución de la Guardia Civil por el anterior Gobierno, y este era el triste destino al que se abocaba la institución. A tal efecto se nombra Inspector General de la Guardia Civil al prestigioso militar Facundo Infante que, simultáneamente a sus funciones, llevaba la Dirección General.
En esta difícil coyuntura, España se enfrenta a una de las más graves epidemias que se recuerdan. La Guardia Civil, relegada al mundo rural por la restauración de las Milicias Nacionales, especialmente en las grandes ciudades, se enfrenta a la epidemia sin recursos sanitarios.
Con la difícil tarea de mantener el orden y la asistencia en un mundo que se desmoronaba. Donde el pánico era de tal calibre que ni los familiares querían enterrar a sus muertos por miedo al contagio, y donde la ausencia de otros medios hacía que fueran en muchas ocasiones los propios Guardias Civiles quienes realizaran esas funciones. Aquí comenzó a gestarse la aureola benemérita del Cuerpo.
Continuó el TG Ceña con las siguientes palabras: Y así, mientras un parlamentario liberal realizaba en el Parlamento un enconado discurso en contra de la Guardia Civil y proponía su disolución y sustitución por las Milicias Nacionales, su Inspector General y Presidente de las Cortes le contesta con un improvisado y grotesco discurso a favor de la Guardia Civil como ejemplo de entrega en las más difíciles circunstancias. De este modo, gracias a la labor heroica, abnegada y discreta de los Guardias Civiles, una institución a punto de disolverse por intereses políticos recobra toda su fuerza, sus cometidos y pasa a ser una institución no de partido, una institución de Estado, una institución de y para todos los es pañoles. Por tanto, podemos afirmar que el Duque de Ahumada nos creó y Facundo Infante nos consolidó como una institución al servicio de todos.
Les ofrecemos ahora un resumen de lo que fue el discurso del General Jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil de Aragón, Excmo. Sr. D. Francisco Javier Almiñana: Hoy, después de 178 años de Servicio a España, la Guardia Civil vuelve a solemnizar, en este marco incomparable del Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, el aniversario de su fundación, circunstancia esta que no hubiera sido posible sin el refrendo de la Presidencia y la Mesa de las Cortes, por ello Presidente, te manifiesto mi más profundo agradecimiento por coadyuvar a trasladar a las instituciones y a la sociedad en general una magnífica simbiosis que, sin duda, fortalece el desempeño de nuestras funciones, cuyo fin no es otro que el proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana.
También nos sentimos enormemente orgullosos por contribuir, con este acto de naturaleza militar, a conmemorar el cuadragésimo Aniversario del Estatuto de la Comunidad de Aragón y con ello reforzar una vez más nuestras peculiares características de proximidad y cercanía.
En mayo de 1844, el prestigioso militar organizador de la Guardia Civil, el Mariscal de Campo D. Francisco Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y Enrile, V Marqués de las Amarillas y II Duque de Ahumada, arengaba así a los primeros Guardias Civiles, “Las cosas han cambiado, pero no debéis confiaros porque habréis de encontrar en muchos sitios enemistades y recelos” .
No puedo daros recomendaciones, ni papeles, para vencer tendréis que conseguirlo por vosotros mismos, con una sola ayuda, la de este uniforme. Confío en vosotros porque la elección ha sido rigurosa, casi cruel, me han inducido a elegiros varias virtudes, pero especialmente vuestro honor, porque sabéis que, el honor ha de ser la principal divisa del Guardia Civil, una vez perdido no se recobra jamás”.
Los Guardias Civiles eran reclutados por selección entre miembros del Ejército, debían carecer de nota alguna desfavorable en sus hojas de filiación. Y debían proveerse de vestuario, equipo, caballos y monturas para poder formar parte del Cuerpo. Asimismo, los Ayuntamientos, en los que en su término se estableciera un Puesto fijo, debían proporcionar Casas-Cuarteles para alojar a los Guardias Civiles y sus familias.
Este fue el inicio del despliegue del Cuerpo por el Territorio Nacional, constituyendo los incipientes Puestos que hoy contribuyen a vertebrar el Estado Español. La Guardia Civil se organizó en 14 Tercios, Aragón estaba adscrito al 6º Tercio, con sede en Zaragoza, y de él dependían tres Compañías: Huesca, Teruel y Zaragoza.
El 16 de enero de 1845, transcurridos ocho meses desde la creación de la Guardia Civil, el II Duque de Ahumada, mediante Circular redactó la Cartilla del Guardia Civil, donde establecía los principios generales que debían guiar al Guardia Civil y que hoy son plenamente vigentes, la disciplina y severa ejecución de las leyes.
El 4 de octubre de 1929, se concedió al Instituto de la Guardia Civil, la Gran Cruz Civil de la Beneficencia, con distintivo negro y blanco, por los innumerables actos y servicios abnegados, humanitarios y heroicos que los individuos pertenecientes al mismo venían realizando con motivo de incendios, inundaciones y salvamento. Desde entonces a la Guardia Civil se le denomina Benemérita; No existe más satisfacción para un Guardia Civil que “ser un pronóstico feliz para el afligido…” y aunque a veces el final no es el deseado, siempre queda la satisfacción del deber cumplido y el reconocimiento de la familia. Cabe mencionar, entre otras muchas actuaciones: la pandemia originada por el covid-19 y la nevada filomena, en las que la Guardia Civil de Aragón desplegó todas sus capacidades y por las que se recibieron numerosos reconocimientos colectivos e individuales de las instituciones y la sociedad en general.
Luego el General Almiñana dijo lo siguiente: A los que os habéis despedido de la Bandera Nacional. Es requisito indispensable Jurar Bandera para ser Guardia Civil, hoy vuestro beso de despedida no es más que un juramento renovado, la besáis como colofón a una más que extensa vida militar repleta de sacrificios, pero con la intima satisfacción del deber cumplido. Recibid mi más sincera enhorabuena.
Al personal condecorado. La Guardia Civil os distingue con una condecoración, por vuestro servicio, profesionalidad y compromiso personal, por ello os transmito mi felicitación, deseando que la portéis con orgullo y sirva de ejemplo y estímulo para los demás. Quiero expresar agradecimiento al General de División Bourillon de la GNF por la condecoración que ha impuesto al Teniente Coronel de la Guardia Civil como muestra de colaboración en materia de seguridad, ¡merci beaucoup mon Général pour votre attention et votre reconnaissance.
A los que habéis pasado a la situación de Retiro. Agradeceros en nombre de la Guardia Civil, los servicios prestados a lo largo de vuestra más que dilatada vida militar. La Placa que hoy habéis recibido es una humilde muestra de reconocimiento, que también quiero hacer extensivo a vuestras familias, protagonistas tan importantes como vosotros, ya que de manera ejemplar y a la sombra han sabido aceptar y soportar los sufrimientos y desvelos que impone el Servicio.
También quiero expresar mi humilde reconocimiento al II Duque de Ahumada, a los que le sucedieron, desde el primero del escalafón hasta el último guardia civil, porque todos han contribuido con su abnegación, espíritu de servicio, lealtad, sacrificio y buen hacer al elevado prestigio alcanzado por el Cuerpo. Hoy los guardias civiles somos depositarios de este valiosísimo legado que debe permanecer en nuestra memoria, conservarlo, transmitirlo y si cabe, acrecentarlo.
Finalizo con el recuerdo más emotivo y el homenaje más sentido, para aquellos compañeros que entregaron lo más preciado, su vida, cuando cumplían con su deber. Y ahora por favor griten conmigo: ¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!
A continuación, como atributo a los que cumplieron su compromiso adquirido ante la Bandera, hasta sus últimas consecuencias, se rindió homenaje a los Guardias Civiles de todos los tiempos que sirvieron con sacrificio y lealtad y murieron con honor. Se dio lectura del bello poema de homenaje, obra del olvidado poeta Martín Garrido Hernando, que así dice:
Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubricaron
con su esfuerzo la Patria engrandecieron.
Fueron grandes y fuertes,
porque fueron files al juramento que empeñaron.
Por eso como valientes vivieron
y como héroes murieron.
Por la Patria morir fue su destino,
querer a España su pasión eterna,
servir en este Cuerpo su vocación y sino.
No quisieron servir a otra bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron vivir de otra manera.
Se cantó la parte central de la oración cristiana “La muerte no es el final”, obra del sacerdote español Cesáreo Gabarain Azurmendi, elegida en 1981 como Himno de Homenaje a los caídos de las Fuerzas Armadas españolas.
Cuando la pena nos alcanza
Por un compañero perdido
Cuando el adiós dolorido
Busca en la fe su esperanza
En tu palabra confiamos
Con la certeza que Tú
Ya le has devuelto a la vida
Ya le has llevado a la luz
La corona en homenaje a los caídos de la Guardia Civil, portada por dos miembros del Cuerpo, con uniforme de la época fundacional, fue depositada por dos Guardias Civiles retirados.
Un especial recuerdo se tuvo para el Guardia Civil Don Oscar David Meiriño Marteles, Cabo Honorífico, fallecido en acto de servicio, y a los 96 Guardias Civiles difuntos desde mayo de 2019.
El R.V. Ángel Briz Fernández, Capellán Castrense del Hospital General de la Defensa, rezó la siguiente oración: “Señor de la vida y la esperanza, fuente de salvación y paz eterna, otórgales la vida que no acaba en feliz compensa por su entrega. Así sea.
En medio de un profundo silencio, escuchamos el Toque de Oración y llegados al punto ejecutivo saludamos con respeto y admiración a quienes nos precedieron en el servicio a España. Se entonó luego el Himno de la Guardia Civil, y el posterior desfile de las unidades en formación cerró el acto militar, que tuvo gran brillantez y solemnidad.