En la Sala Goya, del Palacio de la Aljafería, de Zaragoza, asistimos el pasado 16 de noviembre de 2022 a la jornada sobre terrorismo organizada, como cada año en estas fechas, por la prestigiosa Fundación Manuel Giménez Abad y el Instituto Español de Estudios Estratégicos, con la colaboración de las Cortes de Aragón y el patrocinio de la Fundación Víctimas del Terrorismo.
Asistió el Presidente de las Cortes de Aragón, Javier Sada Beltrán, quien dio inicio a la sesión con unas primeras palabras, en las que dijo lo siguiente: El tema de hoy, dentro de lo que han sido estas jornadas sobre el terrorismo, que ha ido adaptándose y cambiando las circunstancias en cada momento, es importante porque además, en algunos casos se podría ver venir, pero en otros es difícil que se viera venir.
Evidentemente es fruto de hacia dónde ha ido el mundo, luego lo explicarán bastante mejor los especialistas, que es la globalización, los cambios en las relaciones económicas, en las relaciones sociales, en las interdependencias comerciales, pero también en la nueva plataforma o comunicación pública para influir en la opinión pública. Como fruto de eso, los conflictos ahora sí que se centran mucho en esa zona que se ha llamado, y que yo desconocía hasta ahora, Zona Gris, pero que define muy bien las circunstancias.
Las confrontaciones no tienen que ser solo exclusivamente militares sino que influyen también otra serie que se implica también como mecanismos de presión o de confrontación. Ahora lo estamos viendo con el tema de los suministros, incluso de la alimentación, concentrada en algunos países, que suman unas nuevas formas de utilizar estas cuestiones en los conflictos militares. Y también, por qué no decirlo, la comunicación, los medios de comunicación, las plataformas comunicativas, la influencia que se tiene en la opinión pública, y sobre todo con las noticias falsas o algunas campañas claras de esas. Y ahí sí que el terrorismo lo utiliza muy bien como nueva forma de confrontación, no solamente militar sino también a través de intentar influir en esta opinión pública.
Creo que la jornada es muy interesante, y la historia de las jornadas es iniciarnos sobre el terrorismo. El terrorismo, sobre todo el de aquí, el de ETA, ya no se necesitan los operativos de lucha contra el terrorismo, pero sí que quedan pendientes aún en la política tres cuestiones, y creo que es bueno recordarlas. Una, la atención y respeto a las víctimas, fundamental, con las que tenemos una deuda permanente; en segundo lugar el relato, que es a veces muy fácil, sobre todo en la parte de política que ha estado muy inmersa en la batalla judicial-policial contra el terrorismo. El relato es fundamental, contar lo que pasó, y lo que pasó es que unos asesinaban y otros eran asesinados; y en tercer lugar la justicia, hay que seguir con la investigación y aclarando lo que queda pendiente. La política tiene que tener pendiente estas tres cuestiones cada mañana, víctimas, relato y justicia, para que no se nos olvide.
A continuación intervino el Capitán de Fragata Federico Aznar Fernández-Montesinos, Analista Principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos, y moderador de la jornada, por noveno año consecutivo, para hacer una presentación resumida del programa y contenido de la misma.
El programa está centrado sobre tres ideas. Una idea, ¿Qué es el terrorismo?. El terrorismo, que es mediático, quiere ser noticia y los medios necesitan noticias, hay perversidad en ello. ETA atentaba a las ocho de la mañana para estar en los informativos de las nueve, en los de las tres y llegar a la noche y controlar el día. Cuando España ingresó en la Unión Europea hubieron tres atentados, con cinco muertos, ¿por qué?, porque ellos querían ser la noticia, no el que España ingresara en la UE, que suponía una legitimación importante para nuestra democracia.
Esto entra en relación directa con el ámbito cognitivo. Lo hemos dispuesto en dos subpaneles, esta mañana. Vamos a empezar con una cuestión de geopolítica, creemos que muy importante. Los acontecimientos de Ucrania y que el G20 se haya reunido al mismo tiempo es relevante y nos señala la complejidad que tienen nuestras relaciones internacionales. Va a hablar de ello el General Dacoba y a continuación el Embajador Nicolás Pascual de la Parte.
En segundo lugar la dimensión constitucional. Estamos hablando de derechos fundamentales. El abordaje constitucional, la perspectiva jurídica de la problemática es imperativa, y para eso vamos a contar en este panel con Vicente Moret, Letrado de las Cortes Generales y de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados. La Unión Europea, el Consejo, este año decidió que Sputnik y Russia Today estaban difundiendo noticias falsas. Eso ha sido ratificado en el mes de julio por el Tribunal de la UE y se han ilegalizado. Esto nos viene de Europa, y para hablarnos de Europa, y desde esa perspectiva, tenemos a Maite Pagazaurtundúa. A continuación el Capitán de Fragata Ángel Tortosa, que lidera un grupo del que yo también formo parte, va a hablarnos sobre el dominio cognitivo como espacio de seguridad. Desde el ámbito militar consideramos el espacio cognitivo como un espacio de interés militar. El mundo es multidimensional, el mundo necesita muchas perspectivas y una de ellas es la militar. Después el catedrático Torres Soriano nos hablará de Operaciones de Influencia, actor también crítico. Después un diplomático nos hablará de Zona Gris, el ámbito de enfrentamiento, ¿qué es la Zona Gris?, lo que no es propiamente negro, pero no es blanco, no es cooperación pero tampoco es enfrentamiento abierto, y eso hace la diplomacia fundamental para su comprensión y abordaje. Luego veremos el concepto, de Zona Gris, que nos vendrá de un colaborador militar y también de la Universidad Francisco de Vitoria, que es el Coronel Enrique Fojón Lagoa.
Por la tarde, y moderado por una de las principales autoridades en terrorismo, que es el Profesor Carlos Echeverría Jesús, entraremos en la Zona Gris y el terrorismo como fenómenos del dominio cognitivo. Hablaremos en este marco de Ciberdefensa y lo hará el Capitán de Navío Manuel Álvaro González Méndez, del Mando Conjunto del Ciberespacio. Después debatiremos sobre el terrorismo y los retos que nos plantea, tanto como conflicto asimétrico como por las dinámicas que él mismo crea, y en ello tendremos dos profesores, Luis de la Corte y Rogelio Alonso Pascual. Después, Encarnación Hidalgo nos hablará del mundo académico frente al terrorismo, y de un proyecto en el que yo también he tomado parte, que es el Proyecto Nutcracker. Hay que traer ideas nuevas, enseñarlas y ver lo que se está haciendo desde el ámbito académico. Guillem Colom Piella nos hablará a continuación de Operaciones Multidominio. Guillem Colóm es Profesor Titular de la Universidad Pablo de Olavide, y Asesor del Jefe de Estado Mayor de la Defensa. El ámbito académico, el pensamiento y el ámbito militar tienen que estar juntos. Y por último tenemos a Benigno Pendás, que clausurará la jornada. Ya hemos dicho que la cuestión constitucional es inevitable y hay que abordarla, es imperativo, porque estamos hablando de la sustancia que hace posible la democracia, ciudadanos informados y debate. Occidente no es, ni siquiera en democracia, occidente es la duda, las ideas no se pueden prohibir, es lo que nos hace avanzar, pero tampoco nos podemos dejar engañar.
Intervino a continuación el General Dacoba, Director del Instituto Español de Estudios Estratégicos, para hablarnos de Dinámica y Equilibrios en la geopolítica del siglo XXI.
Los seres humanos somos muy dados a poner etiquetas, a poner títulos y a hacer resúmenes. Hay muchas expresiones que se utilizan con cierta frecuencia para definir o caracterizar la situación internacional, el orden global, el orden internacional, como lo queramos llamar. Yo me quedo con esta, (Great Power Competitión), que es la de “Competición entre potencias”, la competición entre las grandes potencias y entre las potencias no tan grandes. Esta es una expresión que se venía usando ya hace tiempo pero que, por decirlo de alguna manera, se oficializa o se pone negro sobre blanco, en la Estrategia de Seguridad Norteamericana del año 17, (Trump) que ha sido sustituida muy recientemente, el pasado 12 de octubre, por la versión actual, del año 21, la del Presidente Biden.
Esta Estrategia de Seguridad Nacional era un punto de inflexión en el sentido, ya que estamos en estas jornadas, de que hasta entonces la gran prioridad de la estrategia de seguridad norteamericana y por tanto de buena parte del resto del mundo, era la amenaza yihadista. En esta estrategia del año 17 la prioridad pasa a ser la competición con China, o el creciente enfrentamiento en múltiples aspectos, comercial, tecnológico, cultural, geopolítico por supuesto, entre las grandes potencias, una idea que también China comparte. De las pocas cosas en las que están de acuerdo es que están en desacuerdo en todo.
Aquí es donde más falta haría colaborar, en el ámbito internacional, para gestionar retos que nos son comunes, como las consecuencias del calentamiento global, los movimientos migratorios masivos, la proliferación convencional y nuclear, la llegada al espacio exterior, o las pandemias por citar un ejemplo de máxima actualidad. Bueno, pues no es así, y nos encontramos en un rumbo de colisión entre grandes potencias que, inevitablemente, cuando dos elefantes se pelean la que sufre es la hierba, pues nos afecta lógicamente a todos los demás.
Los europeos, en esta competición de grandes potencias y del resto de potencias también, estamos un poco confusos, un poco desubicados, porque hemos estado los últimos cinco siglos, lo celebrábamos este mismo año, la primera globalización, que es culpa, de los españoles y de los portugueses, durante mucho tiempo ese era el mapamundi.
Esto ya no es así, en los últimos años, progresivamente, no con la administración actual ni siquiera con la administración Trump, ya venía de la administración Obama, e incluso de Clinton, el foco del interés internacional se había desplazado hacia el Asia-Pacífico. Esto para Europa es bueno en el sentido de que dejamos de ser el probable campo de enfrentamiento en el que las dos antiguas potencias de la Guerra Fría se citaban para una posible confrontación, incluso nuclear. Esto, afortunadamente, ya no es así, pero también supone una pérdida de relevancia para Europa de la que tenemos que ser conscientes. Estados Unidos tampoco oculta que su prioridad está ahora, en este nuevo mapamundi, que este si que es el más adecuado, el más vigente, un mapamundi que ya no es eurocéntrico En la actualidad, en la celebración del XX Congreso del Partido Comunista Chino, lo han puesto en los titulares de los informativos. Además, es un dato que geográficamente se ve muy bien, en ese pequeño círculo, en comparación con el resto de la inmensidad del mapa, vive más de la mitad de la población mundial, en la región Asia-Pacífico o del IndoPacífico.
En occidente estamos como estamos, siendo retados. La Hegemonía occidental está siendo retada por dos dinámicas, una interna y otra externa. Ese documento lo utilizo mucho, es el informe que el Embajador Ishinger, el organizador de la Cumbre de la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se celebra todos los años en el mes de febrero, en esta ciudad alemana, en el año 2020 emitió el informe previo y lo tituló Westlessness, que podríamos traducir por desoccidentalización. Y ese documento, tiene básicamente dos ideas fuerzas, que es la desoccidentalización en occidente. Habla de los movimientos que estamos viendo, los populismos, nacionalismos, Brexit, falta de coexión en la Unión Europea, lo que él llama Westlessness in the west, y también Westlessness in the world, en el resto del mundo. Porque ahora hay actores que antes estaban ahí también pero no tenían la fuerza ni el atrevimiento, ahora sí, de cuestionar ese mundo accidental en el que creíamos vivir cómodamente desde que Fukuyama proclamara el fin de la historia y el regreso de la paz Kantiana.
De los muchos factores que están condicionando la reorganización de las relaciones internacionales, de estos equilibrios y de estas dinámicas a las que nos referimos, solo puedo mencionar uno, y me quedo con el de la globalización.
Un fenómeno que está siendo cuestionado, que yo creo que ha venido para quedarse, que ha traído grandes beneficios a la humanidad, no nos quedemos solo con la parte negativa, pero que ha sufrido la crisis del 2008, las Primaveras Árabes, la invasión de 2014, nos parece que la Guerra de Ucrania empezó en febrero y no es así, llevamos ocho años de guerra en Ucrania. La globalización es un proceso que habrá que recuperar también, y que habrá que corregir los excesos. Ha dejado perdedores y eso habrá que corregirlo, pero que duda cabe que nos dirigimos a una globalización más regionalizada y también más proteccionista.
Van a aparecer en pantalla ahora 3 portadas de la revista The Economist, que creo ilustran bastante bien este proceso de la globalización. La primera se titula Slowbalisation, es decir una ralentización de la globalización, y es del año 2019, no habíamos entrado todavía en pandemia y lo que detectaba The Economist era una ralentización de la globalización, derivada de la propia dinámica y de la propia crisis, podríamos decir, casi natural de la globalización y de esos excesos que, sin duda, se habían cometido. La segunda portada se titula Goodbye globalisation, que explica demasiado contundentemente “adiós a la globalización” , esa es de mayo del 2020. La economía mundial se había parado casi por completo y de ahí ese titular, tal vez provocativo, y excesivo. La última se titula “Reinventing globalisation”, y habla de reinventar la globalización, esta es del mes de junio de este año, ya una vez iniciada la Guerra de Ucrania, y con una idea bastante ajustada de las consecuencias que está teniendo y que va a tener sin duda alguna.
Por tanto, estamos viviendo un enorme maremoto en esas dinámicas y equilibrios a nivel global. Entre las muchas características que podemos mencionar de la situación en la que nos encontramos, preocupante, peligrosa, inestable, vertiginosa, todo eso es cierto, yo me quedo con la de incertidumbre, porque es una sensación que el ser humano gestiona muy mal, no nos gusta, es una situación muy inconfortable, genera suspicacias, genera desconfianza, tensiones, lo estamos viendo, y las tensiones derivan a veces, incluso en su más brutal expresión, en guerra.
Hay tres actores principales de estas dinámicas y de estos reequilibrios. Dos son potencias globales, China y Estados Unidos, y hay una tercera potencia que aspira a ser global. El Presidente Obama dijo en su momento que era una potencia regional y eso ofendió profundamente al Presidente Putin, porque no casa con la idea que Rusia, no solo de la Rusia actual, sino del concepto que históricamente tiene de sí misma.
Aún admitiendo que no está a la altura de los otros dos, hay que reconocer que su comportamiento y sus acciones sí que tienen una relevancia global, y la incidencia está sobre la mesa. El otro gran actor es China. Mencionaba hace un momento la celebración del XX Congreso del Partido Comunista Chino, y creo que esa imagen no se nos olvidará nunca. Si así tratan a un expresidente de la República, qué pasará con el resto de los 1425 millones de chinos.
Todo el poder para Xi Jinping, que ha cambiado por completo la dinámica de China de los tres presidentes anteriores, posteriores a Mao, y ahora nos encontramos con una China que ha presentado sus credenciales de una manera ya contundentemente a primera gran potencia. Y estamos en una gran guerra comercial, tecnológica y geopolítica entre las dos grandes potencia, de enormes consecuencias para el resto de los actores, para Europa, para la OTAN, para la seguridad europea, y para cualquier otro actor que quieran ustedes mencionar.
Lo que estamos detectando en los documentos del XX Congreso es que la prioridad económica que hasta ahora había caracterizado a los cuatro mandatos de los cuatro presidentes posteriores a Mao se mantiene, pero la seguridad ha sido elevada a un nivel de prioridad enorme. Recuerden ustedes que hace apenas unos meses, en agosto, la visita de la Presidenta de la Cámara, Pelosi, nos tuvo a todos preocupados y provocó profundas reacciones en todo el mundo y desde luego en China, con unas maniobras descomunales en las aguas del estrecho de Taiwán.
Estamos ahora absolutamente focalizados en la Guerra de Ucrania, y como europeos debemos estarlo, porque es importante, pero el problema de Taiwán es un problema latente y que, mucho nos tememos, que no va a tener una solución relativamente tranquila.
Y el tercer actor es Putin y si quieren, en el coloquio, volveremos sobre la guerra en Ucrania y las consecuencias, a la luz de los acontecimientos de ayer, de los últimos meses y de los últimos años.
Pero quizás tenemos en occidente la tendencia a pensar que ante un hecho tan condenable y tan injustificable como es la invasión de un país soberano, además por parte de quien es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones unidas y por tanto obligado a hacer respetar la legalidad internacional, pues ha sido uno de esos cinco quien la ha violado, tenemos digo la tentación a pensar por lo tanto que Putin está aislado, que Putin será condenado por la comunidad internacional, que ha cometido un enorme error, que lo ha cometido, pero eso no es así.
Si tuviéramos más tiempo, les pondría unas cifras de la evolución de la votación en la Asamblea General de Naciones Unidas en relación a Rusia, desde que se produce la invasión, y verían ustedes cómo la evolución de los votos no es, al principio sí, pero posteriormente no es de una gran unanimidad. Putin no está aislado pero también es cierto y si quieren veremos en el coloquio que, en las últimas semanas, se han producido manifestaciones tanto por un lado como por el otro. Hay quien dice que la Guerra de Ucrania es una guerra típica de nuestro tiempo, una Proxy War, una guerra por intermediación, en la que combaten Ucrania y Rusia como intermediarios de Estados Unidos y de China.
Últimamente estamos viendo como, por parte de China y de Estados Unidos, se están produciendo manifestaciones y filtraciones consentidas de llamada a buscar una salida negociada. Ayer, como respuesta a esos llamamientos, Rusia lanzó un centenar de misiles sobre Ucrania, lo cual no es un signo precisamente optimista, pero en algún momento habrá que llegar a una salida. Otra cosa es que esa salida sea óptima. Yo creo que no, será siempre una salida imperfecta y, en mi opinión, en cualquier caso el conflicto será duradero, incluso habiendo una negociación, incluso habiendo unos acuerdos, más o menos, forzados por las dos grandes potencias, que probablemente acabará habiéndolos, el conflicto seguirá enquistado y será un conflicto más o menos permanente.
¿Cómo está reaccionando occidente a esta situación?. Esa imagen es del mes de diciembre del año pasado, de lo que se llamó la Cumbre por la Democracia.
Una Cumbre convocada por el Presidente Biden a la que fueron invitados 110 países. La primera sorpresa fue que hubiera 110 democracias en el mundo. Había países invitados tan “consolidados democráticamente” como la República Democrática del Congo, Irak que formalmente lo es, pero todos sabemos cómo está la situación en Irak, Kosovo, que es un país que no existe como saben, o las Maldivas. De esos 110 países, asistieron 100, y no estaba invitada Turquía, que es un aliado de la Alianza Atlántica, lo cual también es significativo.
Aquí, lo que pretendo con esta imagen es decir que el resto del mundo también jugamos. Lo que pasa es que, obviamente, ante la inmensidad de las tres grandes potencias, ya ven ustedes el papel relativo que nos queda a los demás. España aparece ahí a la derecha, asomando la cabeza. Sinceramente, el resto de actores nos vemos ante el temor de que esta bipolaridad imperfecta en la que estamos viviendo se acabe consolidando. Cada vez se habla más de Decaupling, lo cual es una barbaridad, pensar que en el siglo XXI pueda haber un desacoplamiento entre dos mitades del mundo, de nuevo. Pero estamos en ese temor de que se nos acabe obligando a tener que tomar partido y eso no es, ni mucho menos, la solución. Antes, durante la Guerra Fría, se hablaba del movimiento de no aliados, ahora se está hablando del movimiento de los multialineados. Quizás el ejemplo más claro sea el de la India, cómo está gestionando las consecuencias de la guerra en Ucrania.
Para ir finalizando, les sugiero algunas reflexiones finales. Ahora mismo, lo más urgente, lo más perentorio, lo más importante en cierto modo es gestionar y buscar una salida al conflicto en Ucrania. Dicho lo cual, ojalá fuera así. No va a ser en absoluto fácil, pero los últimos acontecimientos parece que van en esa línea. En la reciente Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai, en Samarcanda, el mes pasado, tanto el Presidente Putin, como el Presidente Erdogán, y el Primer Ministro Modi, se cuidaron mucho de que se filtrara a la prensa que le habían dicho al Presidente Putin que ya era hora de buscar una salida, o que la guerra en Ucrania estaba ya durando demasiado. Y también hemos visto cómo la administración Biden se ha ocupado de filtrar a The Washington Post, que le había dicho al Presidente Zelenski que ya era hora de buscar una salida a la guerra. De hecho, hemos visto declaraciones recientes de Zelenski diciendo que, cosa que no ocurría en los meses previos, Ucrania estaría dispuesta a una negociación.
Quedan pendientes, abiertas, muchas cuestiones, ¿Cómo se va a gestionar la gobernanza global? Hemos visto como el papel de Naciones Unidas en esta guerra es irrelevante.
¿Qué pasará con el G20?. Estamos en estos momentos viendo las consecuencias de la reunión del G20 en Bali, Indonesia. Parece que de la entrevista entre Xi y Biden salen buenas vibraciones, ojalá sea así. El G7 que venía siendo prácticamente G8 de forma ya casi institucionalizada con la invitación a Rusia, ya no será así. Estamos pendientes de qué pasará con el acuerdo nuclear con Irán, que tampoco tiene buenas perspectivas. Se han ido desmontando todos los acuerdos que sí se habían alcanzado durante la Guerra Fría, de control de armamentos. Ha habido países que se han retirado, en su momento el Presidente Trump lo hizo, ahora Biden lo ha revertido. También está la retirada de los Acuerdos del Clima en París. Estamos viendo como todo ese entramado de multilateralismo está siendo, sino desmantelado, prácticamente marginalizado.
¿Qué va a pasar con la globalización?, que hemos mencionado antes. Está claro que la arquitectura de seguridad europea, que se diseñó ya en el año 75, está más que superada. De entrada, uno de los firmantes de aquel acta final en Helsinki, simplemente no existe, que es la Unión Soviética; los equilibrios en Europa del año 75 han variado sustancialmente; el Pacto de Varsovia ya no existe; la Alianza Atlántica ya tiene fronteras directas con la Federación Rusa, y si quedaba alguna esperanza de entendimiento, en el ámbito de la seguridad, con Rusia, pues obviamente la guerra lo ha dinamitado. Con lo cual nos vemos en un reto dificilísimo puesto que la seguridad del continente europeo tendría que incluir, sí o sí, a Rusia, porque Rusia es Europa, es parte de Europa y además no es un actor secundario. Pero ahora mismo es imposible, lamentablemente, plantearse una arquitectura de seguridad europea con Rusia. Entonces, habrá que hacer una arquitectura de seguridad europea al margen de Rusia o incluso contra Rusia. Y ahí está el concepto estratégico que hemos aprobado recientemente en Madrid.
Y por último, ya lo he mencionado, que el árbol de Ucrania, un árbol sin duda enorme, no nos impida ver el bosque en su totalidad. Si estuviéramos hablando aquí hace un año, y de hecho lo hicimos, estaríamos hablando de Afganistán y de la retirada de Kabul, aquella retirada caótica. Ya no se ha vuelto a hablar de Afganistán. ¿Qué pasa, ya no hay problema en Afganistán. ¿No hay problemas en el Sáhara, en el Sahel, en Oriente Medio, en los Acuerdos de Abraham, en la situación en el Indo-Pacífico, y por último Taiwán?. Este es un panorama que, reconozco, no es muy halagüeño, pero las dinámicas son muy confrontacionales, en estos momentos, en el ámbito internacional.
La jornada sobre terrorismo dio mucho más de sí, no hay más que ver la impresionante lista de ponentes y los temas a tratar. Sin embargo, hemos de poner aquí fin a nuestra crónica sobre la misma y, desde estas sencillas líneas de los Reales Tercios de España, felicitamos a la Fundación Manuel Giménez Abad, por la brillante organización del acto, a la vez que expresamos nuestro agradecimiento por haber sido invitados al mismo.