Tuvimos el honor de ser invitados a la ceremonia militar conmemorativa del Día de la Unidad, celebrada por el Regimiento de Caballería Ligero Acorazado “Pavía” 4, el pasado 28 de abril. El acto tuvo lugar en la Plaza España de la Base Militar San Jorge, de Zaragoza, a partir de las 12.00 horas, presidido por el Jefe de la Brigada “Aragón” I, G.B. Excmo. Sr. D. Javier Mur Lalaguna.
Asistieron al acto representaciones del Ejército del Aire, Guardia Civil y los Coroneles Jefes de Unidad. También estuvieron representadas las siguientes asociaciones y Hermandades vinculadas a las Fuerzas Armadas: Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil; Hermandad Provincial de Antiguos Caballeros Legionarios de Zaragoza; Asociación de Militares y Guardias Civiles con Discapacidad, representada esta última por su Delegada en Aragón-La Rioja, Dña. Silvia Marín Ballarín.
La Real Maestranza de Caballería de Zaragoza estuvo representada por el Caballero Comisario, Ilmo. Sr. D. Joaquín Cavero y García Rivero, Conde de Gabarda. En representación de Los Reales Tercios de España, fundados en 1942 por S.A.R. Don Juan de Borbón y Battenberg, asistió D. Manuel Grao Rivas, Jefe de Relaciones Institucionales del Tercio Norte-Aragón. UNESCO Deporte Aragón fue representada por su Presidente D. Jesús Arroyo.
Ante nosotros, y al mando del Coronel Jefe del Regimiento “Pavía” 4, Ilmo. Sr. D. José Ramón Blanco Castro, estaban formadas dando frente a la tribuna, las siguientes unidades: Escuadra de Batidores del Regimiento Acorazado “Pavía” 4; Banda de Guerra de la Brigada Aragón I; Mando y Plana Mayor de Mando del Regimiento Acorazado Pavía 4; Batallón de Infantería de Carros de Combate “Flandes” I/4, integrado por:
Mando y Plana Mayor de Mando del Batallón, 1ª Compañía de Carros, 2ª Compañía de Carros, 3ª Compañía de Carros, Compañía de Mando y Apoyo, y Compañía de Servicios; Grupo de Caballería Húsares de la Princesa II/4, integrado por: Mando y Plana Mayor de Mando del Grupo, 2º Escuadrón Ligero Acorazado, 3º Escuadrón Ligero Acorazado, Escuadrón de Plana Mayor y Servicios.
Detrás de las unidades a pie se hallaba estacionado el 1º Escuadrón Ligero Acorazado del desfile motorizado, constituido por dos Secciones Ligeras en base al vehículo de exploración de Caballería.
Se inició el acto con la incorporación a la formación del Estandarte del Regimiento Acorazado “Pavía” 4, a los acordes del Himno nacional. La Bandera es un símbolo de la Patria que representa a todas las tierras de España y al conjunto de los españoles de ayer, hoy y mañana.
Al cabo de breves instantes hizo su entrada en la Plaza España el Jefe de la Brigada Aragón I, G.B. Excmo. Sr. D. Javier Mur Lalaguna, que fue recibido con los honores reglamentarios (Marcha de infantes). Seguidamente revistó la formación a los acordes de la conocida marcha militar “El Abanico”, saludó a todos los presentes y pasó luego a ocupar la presidencia de la ceremonia.
A continuación se procedió a la lectura de la efeméride por parte del Teniente Coronel Don Ángel Laborda Rodríguez, Jefe de la Plana Mayor de Mando del Regimiento Acorazado “Pavía” 4. Efeméride: por orden del Conde de Melgar, Gobernador General de los Estados de Milán pertenecientes a la Corona Española, el día 1 de mayo de 1684, fue creada en la ciudad italiana de Pavía una Unidad de Caballería Ligera, origen del actual Regimiento “Pavía”.
Esta unidad estaba formada por cinco Compañías de jinetes croatas. El 9 de abril de 1685, al aumentar la fuerza a 12 Compañías, pasó a ser Tercio de Dragones Arcabuceros, y recibió el nombre de su primer Maestre de Campo, el Conde de Scheldon. En 1718, acabada la Guerra de Sucesión Española, adoptó el pie de Regimiento, recibió el nombre de Pavía y fue numerado con el 3º de los del Instituto de Dragones. Después de más de un siglo como Regimiento de Dragones, en las primeras décadas del siglo XIX, fue objeto de diversos cambios de denominación e Instituto, hasta que en 1859 se convirtió en Regimiento de Húsares.
Fue el más famoso y característico de este Instituto hasta su fusión, en 1931, con los Húsares de la Princesa y los Cazadores de María Cristina. La Unidad resultante de esta fusión recibió el nombre de Regimiento de Caballería Villarrobledo Nº 1. Tras varias modificaciones en su organización y denominación, en 1944 recuperó el nombre de Pavía. Como consecuencia de las adaptaciones orgánicas de 2015, desde el 1 de enero de 2016, se ha transformado y ha cambiado la denominación a Regimiento Acorazado, integrado por un Batallón de Infantería de Carros de Combate, el Flandes I/4 y por un Grupo de Caballería Acorazado, el Húsares de la Princesa II/4.
En sus 338 años de historia, el Regimiento ha recibido las siguientes Condecoraciones y Distinciones: Corbata Laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando; Medalla Militar colectiva; Medalla del Asalto a Brihuega y de la Batalla d Villaviciosa; Cruz de Menjíbar; Medalla de Bailén; Cruz de Aranjuez; Cruz de Talavera de la Reina; Cruz de Mora y Consuegra; Cruz de Cheste.
Por su participación en diversas campañas y operaciones, ostenta en su escudo 19 Cartelas o Corbatas conmemorativas, quince de ellas por su participación en operaciones militares desde 1962 hasta nuestros días, y que muestran que desde entonces el Regimiento ha participado, prácticamente, en todas las guerras en las que España ha combatido. Cuatro de ellas lo son por su participación en operaciones modélicas y se corresponden con las misiones realizadas en Bosnia-Herzegovina, Kosovo, y Líbano a las que, desde diciembre de 2021, se ha añadido la de la Operación Malí.
A continuación de esta reseña histórica, el Estandarte se desplazó al centro de la formación para la despedida del personal que pasa a la Reserva, en este caso el Subteniente Alfonso José García Laborda, que se despedía del Regimiento “Pavía” después de 39 años de servicio a España en el Ejército de Tierra. Ingresó en 1963 en la Academia General de Suboficiales, saliendo sargento en 1966. Ha ocupado destinos en el Regimiento de Infantería Mixto “Flandes”. En la Academia General Militar.
También en la Agrupación de Apoyo Logístico 41, Centro de Adiestramiento San Gregorio y finalmente en el Regimiento Pavía durante los últimos seis años, prestando sus servicios como subteniente, siendo un ejemplo de buen hacer para todos.
Una vez concluida esta ceremonia, el Estandarte regresó a su puesto en formación y seguidamente se procedió a la imposición de condecoraciones, dando lectura previa del Artículo 75 de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, de la Acción de Mando, que dice así: Reconocerá y premiará a los subordinados que se hayan hecho acreedores a ello en justa proporción a sus méritos, por sí o elevando las propuestas que correspondan.
Su reconocimiento público representa una satisfacción para el que lo recibe, un estímulo para la unidad de la que forma parte y un ejemplo para todos.
Entre las condecoraciones que en este día se impusieron se incluían las del Mérito Militar, las de la Constancia en el Servicio, así como las correspondientes a la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Esta última tiene por finalidad recompensar y distinguir a los Oficiales Generales, Oficiales y Suboficiales de las Fuerzas Armadas por su constancia en el servicio e intachable conducta, a tenor de lo que establecen las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas. De esta forma se procedió a imponer las condecoraciones concedidas por diversas órdenes y resoluciones.
Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, que se concede por ascenso de Caballero o Dama Encomienda de la Orden cuando se cuentan cinco años de servicio ostentando esta categoría. Se entregó una.
Cruz del Mérito Militar, distintivo blanco. Esta condecoración se concede por méritos, trabajos, acciones, hechos o servicios distinguidos que se efectúan durante la prestación de las misiones o servicios que, ordinaria o extraordinariamente, sean encomendadas a las Fuerzas Armadas o que estén relacionadas con la Defensa. Se impusieron varias, la primera de ellas al Teniente Coronel Juan Honesto Cánovas Gil.
Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, que se concede a aquellos Oficiales Generales, Oficiales y Suboficiales que ingresan en la Orden como Caballeros o Damas Cruz, con veinte años de servicio cumplidos. Se entregó una.
Cruz de Bronce a la Constancia en el Servicio, que se concede al personal de Tropa con quince años de servicio cumplidos. Se entregaron seis.
A continuación se procedió a la imposición de Corbatas Conmemorativas de la Operación Balmis a los Guiones del Regimiento, Batallón y Grupo. Las Corbatas Conmemorativas se crearon con objeto de mantener y resaltar el Historial de las unidades, rindiendo tributo a quienes lo forjaron y de contribuir a la moral del personal que las componen, y promover el orgullo de pertenencia a la Unidad. Los Guiones podrán portar las Corbatas Conmemorativas en las que de acuerdo con su Historial haya intervenido la Unidad o haya heredado reglamentariamente como consecuencia de sucesivas adaptaciones orgánicas. Las Corbatas Conmemorativas pueden serlo por su participación en campañas, operaciones o misiones para las que se regulen.
En virtud del mensaje del SEJEME, del 15 de diciembre, se autoriza el uso de la Corbata Conmemorativa en Operaciones, por su participación en la Operación Balmis entre el 16 de marzo y el 12 de junio de 2020, a las Unidades que a continuación se relacionan: Regimiento Acorazado “Pavía” Nº 4; Batallón de Infantería de Carros de Combate “Flandes” I/4; Grupo de Caballería Acorazado Húsares de la Princesa II/4.
Después de la ceremonia de imposición de Corbatas Conmemorativas, los Guiones regresaron a su puesto en formación y, seguidamente, el Coronel Jefe del Regimiento Acorazado “Pavía” Nº 4, Ilmo. Sr. D. José Ramón Blanco Castro, pronunció una alocución: Hoy formamos en este patio con motivo de la celebración de nuestro 338 aniversario, con ganas de volver a lucir nuestras mejores galas y disfrutar de una gran Parada Militar después de dos años que han puesto a prueba nuestra resiliencia.
Ante ustedes los Húsares del Pavía, el rostro de un Regimiento que aúna tradición y modernidad, dos espíritus, el del infante y el del jinete, pero con un solo corazón, el de la Unidad, el del Regimiento Pavía, cuyo prestigio es nuestro único propósito. Estos 338 años de historia nos invitan a recordar la leyenda forjada por nuestro predecesores. Los Húsares, 20 en Húngaro, irrumpieron en los campos de batalla en el siglo XV, y su centro de gravedad residía en la carga ágil y compacta de sus 20 componentes. Hicieron célebre a la caballería durante siglos. A la leyenda de los Húsares unimos la de la pequeña Armada del Pavía, que nos da nombre.
En la misma batalla de Pavía de 1525 empezó la gloria de los Tercios, intrínseca al esplendor del Imperio Español. La Escuela de Flandes nos alienta a seguir siendo una referencia en la preparación como lo fueron aquellos soldados antecesores de nuestro Batallón y que también marcaron una época. Precisamente con uniforme de época podemos ver hoy a un jinete, junto con dos Húsares que portan el característico volman semicubierto con la pelliza, con las que quedó inmortalizado el Rey Alfonso XIII.
La historia nos aporta la épica, hazañas, elegancia, fervor y coraje. Este pasado simula para tratar de engrandecer la leyenda del Pavía. Así, en el último año, hemos generado contingentes para la Operación de Presencia Avanzada en Letonia, y también para el Líbano y Malí. Trescientos de los hombres y mujeres que hoy forman en este patio, casi la mitad, participaron en estas operaciones, lo que nos ha servido para ganar en versatilidad y tener el orgullo de haber sido embajadores de España en lugares distantes. A esto unimos la aportación esencial de nuestros sanitarios, que han prestado un gran servicio a los aragoneses en el marco de las operaciones Balmis y Baluarte, liderando al resto de personal de la Unidad.
En una fecha tan señalada, recordamos al Teniente Diego Cifuentes y al Sargento Estanislao Serva, que están desplegados en Malí y Letonia respectivamente, así como a los heridos de Malí, que siguen recuperándose satisfactoriamente y que esperamos estén pronto de nuevo con nosotros. Y en al acto a los caídos tendremos en mente a nuestros tres fallecidos en acto de servicio: Sargento 1º Moya, Cabo Yaser y Soldado Del Olmo. Ser requeridos para las operaciones de mayor riesgo y fatiga es el mayor honor.
Y desde la participación en operaciones, vemos el futuro como una oportunidad, con el anhelo de ser la punta de lanza de las Unidades Acorazadas y emblema de la innovación. El Pavía es el Regimiento Acorazado de la Brigada Aragón, uno de los cuatro del Ejército español. Somos un entorno único donde, con la sinergia de la caballería y la infantería, nos preparamos para ser los mejores soldados de España. Con este propósito desfilamos en Huesca dentro de un mes, en el Día de las Fuerzas Armadas, henchidos de los valores del Ejército de Tierra y con la determinación que nos enseñó la pequeña Armada del Pavía, que supo cumplir una difícil misión para pasar a la historia con grandeza.
Finalmente, una mención especial para nuestro Subteniente Laborda, que nos deja por su pase a la reserva, dejando atrás el ejemplo de muchos años de servicio y amor a España.
Querido Alfonso, nuestros mejores deseos para ti de todos los que seguimos en esta casa, tu Unidad. Y también darles mi más afectuosa enhorabuena a los condecorados, que han visto reconocida su dedicación a la milicia y que son una muestra cercana del camino a seguir. Termino con el agradecimiento a la presencia de todos los que han hecho el esfuerzo para acompañarnos hoy aquí, así como a nuestros familiares, su apoyo y su cariño nos hace más fuertes. Mi general, gracias por la presidencia de este acto y, como reza nuestro lema, el Pavía permanece impertérrito a las órdenes de Vuecencia y al servicio de España. ¡Húsares del Pavía! con vuestra voz y vuestro corazón, gritad conmigo: ¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA EL REGIMIENTO PAVÍA!
Seguidamente tuvo lugar el homenaje a los soldados de todos los tiempos, encuadrados en el Regimiento Pavía y en los ejércitos de España, que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor.
Para realizar este acto, los Guiones del Regimiento, del Batallón y del Grupo, y los Banderines de las Compañías y Escuadrones se situaron ante el monumento que recuerda a los que, en paz o en guerra, dieron su vida por España. Se inició el ritual dando lectura al bello Soneto de Homenaje, obra del olvidado poeta Martín Garrido Hernando, que dice así:
A continuación se cantó la parte central de la oración cristiana “La muerte no es el final” compuesta por el sacerdote español Cesáreo Gabarain Azurmendi, elegida en 1981 como Himno de Homenaje a los Caídos de las Fuerzas Armadas españolas. Se rezó luego la siguiente oración: Que el Señor de la vida y la esperanza, fuente de salvación y paz eterna, les otorgue la vida que no acaba, en feliz recompensa por su entrega. Que así sea.
Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubricaron,
con su esfuerzo la Patria engrandecieron.
Fueron grandes y fuertes,
porque fueron fieles al juramento que empeñaron.
Por eso como valientes lucharon,
y como héroes murieron.
Por la Patria morir fue su destino,
querer a España su pasión eterna,
servir en los ejércitos su vocación y sino.
No quisieron servir a otra Bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron vivir de otra manera
Cuando la pena nos alcanza,
por un compañero perdido,
cuando el adiós dolorido,
busca en la fe su esperanza.
En tu palabra confiamos,
con la certeza que Tu,
Ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
Ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
Dos soldados, ataviados con uniforme de época, depositaron una corona de laureles con la Bandera de España en la cruz de homenaje a los caídos. A continuación, en medio de un ambiente de profunda solemnidad, escuchamos el Toque de Oración y, llegado el punto ejecutivo, saludamos con respeto y admiración a quienes nos precedieron en el servicio a España. Coincidiendo con su último acorde, se disparó una Salva de Honor de fusilería.
Los Guiones y Banderines retornaron a su puesto en formación, seguidamente se interpretó con gran fervor el Himno del Regimiento Pavía y también se gritó con fuerte voz el Lema del Pavía. Después la Fuerza se retiró a ocupar sus posiciones previas para el posterior desfile. Breves momentos más tarde, todas las unidades de la formación desfilaron con impecable marcialidad por delante de las tribunas de presidencia e invitados. Iniciaba el desfile la Escuadra de Batido-res del Regimiento Pavía Nº 4, a continuación el resto de las tropas de a pie seguidas de la Banda de Guerra de la Brigada “Aragón” I, cerrando el desfile las unidades acorazadas.
Una vez finalizado el desfile, el General Jefe de la Brigada “Aragón” I, G.B. Excmo. Sr. D. Javier Mur Lalaguna, dio el saludo de despedida a todos los presentes, dando por finalizado el acto militar. Posteriormente la unidad anfitriona ofreció un Vino de Honor en uno de los comedores de la Brigada.