Asistimos el pasado día 13 de diciembre de 2017 a la inauguración de la exposición de maquetas de ocho castillos de Aragón, que medio centenar de alumnos de ESO, y sus tutores, presentaron en el palacio de la antigua Capitanía General de Aragón, donde vimos reflejada su experiencia de todo un año en la toma y tratamiento de imágenes y el uso de impresoras 3D.
La muestra cuenta con las grandes maquetas que 50 alumnos de Secundaria han realizado de los castillos de Sádaba, Mora de Rubielos, Del Compromiso, Mesones de Isuela, Cadrete, Sora, Luesia y Monzón, dentro del proyecto «Drones y Mazmorras» del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza, y la Fundación Ibercivis.
Es el resultado de un curso en el que los estudiantes han tenido que grabar los castillos con drones y cámaras digitales, tratar las imágenes con software de modelado 3D, usar cortadoras láser, fresadoras e impresoras 3D, (de Laboratorios César de Etopía) y crear las maquetas correspondientes.
La ceremonia de presentación contó con la presencia de las siguientes autoridades y personalidades: Jefe del Órgano de Apoyo al Comandante Militar de Zaragoza y Teruel, Coronel Luis Antonio Quintas Gil; Catedrático de Física Teórica de la Universidad de Zaragoza (BIFI), Alfonso Tarancón Lafita; Director General de Innovación, Equidad y Participación del Gobierno de Aragón, Antonio Martínez Ramos; Jefe del Servicio de Ciudad Inteligente Director de Etopía Center for Art & Technology. Ayuntamiento de Zaragoza, Gerardo Lahuerta Barbero; Vicerrector de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, Luis Miguel García Vinuesa.
Asistieron igualmente el Jefe de la Jefatura de Intendencia de Asuntos Económicos Este, Coronel Vicente Gil de Sola Bosque, el Inspector Jefe del Cuerpo Nacional de Policía, Jefe de Seguridad Ciudadana, Enrique Gascón Becerril, El coronel Alfonso Chillón Modrego, de la Academia de Logística de Calatayud, el Teniente Coronel Fernando de Santa Pau, de la Oficina de Apoyo al COMIL de Zaragoza y Teruel, y el capitán Jorge Abadía Ríos, Jefe del CECOM T-3150.
Se hallaban presentes numerosos alumnos pertenecientes a diferentes Institutos de Educación Secundaria de diversas ciudades de nuestra comunidad, y entre ese numeroso contingente, un grupo de seis niñas, del I.E.S. Mar de Aragón, (Caspe), aportaba un colorido y ambientación especialmente apropiados al ir ataviadas con vestidos de época medieval.
Tambien pudimos ver en la presentación a miembros de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, y de Los Reales Tercios de España, (V Tercio «General Aranda»).
El acto dio comienzo a las 11.30 horas, en el patio cubierto de palacio, y se inició con la intervención del Coronel Luis Antonio Quintas Gil, quien nos dio la bienvenida a este edificio que dejó de ser Capitanía en el año 1986 y que hoy en día acoge la Unidad del Órgano de Apoyo al COMIL de Zaragoza y Teruel.
Disculpó la ausencia del General Luis Lanchares Dávila, actual Comandante Militar, que no pudo asistir por razones de agenda, y luego dijo lo siguiente: «Hoy los verdaderos protagonistas son los jóvenes que están aquí, y es un verdadero honor, y estamos muy orgullosos, de acoger una exposición como esta. En 2017 este patio principalmente, pero también el Salón del Trono y el Comedor de Gala, han estado abiertos durante casi 90 días para que los ciudadanos de Zaragoza y de Aragón en general, además de las exposiciones, pudieran admirar esta joya arquitectónica del siglo XIX que pronto cumplirá su 125 aniversario«.
«El palacio sirve para todo tipo de exposiciones pero en particular estamos muy orgullosos de que los estudiantes de los institutos que han participado en este maravilloso proyecto, con un nombre muy sonoro como es Drones y Mazmorras, sean los verdaderos protagonistas«.
«Las tecnologías nos llaman la atención a todos pero en el ejército nos gusta siempre, y presumimos de ello, realzar que lo verdaderamente importante son las personas que hay detrás de ellas y que en este caso son los alumnos , el magnífico equipo de profesores y las instituciones que han hecho posible que este proyecto viera la luz«.
Citó aquí el coronel Quintas a la Universidad de Zaragoza, al Gobierno de Aragón, y en particular, proporcionando los medios, al Centro de Arte y Tecnología, a Etopia Center, cuyos representantes se encontraban dispuestos para ofrecernos los pormenores de este maravilloso proyecto.
A continuación intervino, Alfonso Tarancón, profesor coordinador del proyecto. Nos dijo que lo que podíamos presenciar en esta exposición era la culminación de un proyecto que tiene muchos hilos, muchas personas, muchas tareas y en el que hubo claros y oscuros, si bien dijo que hubo muchos más claros pues es más que evidente que el proyecto ha terminando con mucho más éxito del que imaginaban.
Desde su creación el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos, de UNIZAR se marcó como una de sus señas de identidad acercar el mundo global de la investigación a los ciudadanos, acercar la propia metodología científica a las personas fuera del ambiente investigador, hacer que sean parte activa, participen y aporten conocimiento e ideas, lograr lo más básico y profundo, ilusionarse, soñar con lo nuevo, con crear nuevas cosas, con sacar, como decía Miguel Ángel, el Moisés que hay en un bloque de mármol de Carrara.
«Todo eso lo bautizamos como Ciencia Ciudadana. En esa misma línea creamos la Fundación Ibercivis, hoy a la cabeza de Europa de la Ciencia Ciudadana, que ha puesto en marcha muchas iniciativas y proyectos para grupos de investigación a los que presta ayuda y soporte«.
También en la misma línea, desde BIFI y UNIZAR, se acometió la puesta en marcha de un laboratorio ciudadano en Etopía, con la inestimable colaboración de su director Gerardo Lahuerta y del Ayuntamiento de Zaragoza. Este laboratorio abierto cuenta con equipos muy sofisticados para el uso ciudadano. Con este bagaje, a mediados de 2016, se buscó crear un proyecto con unas premisas muy ambiciosas. Querían que se saliese de los circuitos habituales, urbanitas de cierta edad, muchas Apps, mucho internet, mucha virtualidad, y se quería también que participaran cientos de personas, a ser posible jóvenes y a ser posible del medio rural.
Se quería lograr acercar las nuevas tecnologías, no solo las virtuales sino las cosas de tocar con las manos, y querían que tuviera un carácter multidisciplinar, de tecnología, historia, dibujo, arte y literatura. La gracia de trabajar con gente joven y brillante es que todas esas cosas fueron capaces de darles forma, y así nació Drones y Mazmorras.
Incluso el nombre, como dijo el coronel, fue un acierto pues una parte del éxito corresponde a ese marketing oculto en un nombre, muy acertado en este caso. El resumen, en 23 palabras: lograr que varios centros de enseñanza propusieran algún castillo cercano para estudiarlo, convertirlo en una maqueta real y desentrañar parte de su historia.
La Dirección General de Innovación, Equidad y Participación, del Gobierno de Aragón, personificada en Rosa Garza, les apoyó para que los centros pudieran dedicar recursos, tiempo, y hacer las salidas, algo complejo.
Tras una convocatoria abierta se presentaron veinte centros de los que fueron seleccionados nueve pues no se podía dar soporte a más. El proceso de arranque fue realmente complejo para poner en marcha a los organizadores, los centros y los alumnos, dispersos por nuestra amplia comunidad.
Mari Carmen Ibáñez, y Laude de Guardia, desde Ibercivis, y Elisa Cahué desde el BIFI, trabajaron sin descanso.
Se toparon con un problema importante y es que la financiación exigía la ejecución en un año natural, cuando la vida de los centros sin embargo es de cursos académicos. No fue posible conciliar esto y se partió en dos años académicos, con problemas de cambio de cursos y la ausencia de algunos profesores. Esperemos que en el futuro esto se pueda evitar con una simple frase en una convocatoria.
Drones y mazmorras arranca obteniendo imágenes de castillos de Aragón, en cantidad y calidad suficientes para después, con el software apropiado generar una reconstrucción 3D fidedigna.
Esta captura de imágenes requiere tomas desde el mayor número posible de ángulos y por eso la utilización de drones es fundamental. Fue difícil, mejor dicho imposible, convencer al entramado burocrático administrativo de que volar drones era algo que podía ocurrir en un proyecto de este tipo, algo nuevo pero necesario. Habrá que esperar un poco para que esto cale entre las altas instancias.
Para realizar los vuelos se contó con Diaporama Pro, y Delsat International, empresas aragonesas que se ofrecieron animosamente, y también con algunos miembros del equipo, como Gonzalo Ruiz y Francisco Sanz, que se especializaron en sus ratos libres en el vuelo de drones.
Se generaron las imágenes y aquí, los proyectos y aplicación de Open Source, de Software Libre, creados desde la colaboración modal fueron claves. A continuación había que convertir algo que estaba detrás de la pantalla en algo real, crear las piezas de las maquetas. Fueron invitados los profesores y alumnos a ver, manipular, y trabajar en Etopia con algunos ejemplos para que luego pudieran ellos completar la labor. Esta vez la asistencia de los alumnos no fue posible, también por cuestiones burocrático-legales. En este proceso de fabricación la aportación de Francisco Sanz, Belinda Monaco y de Beatriz Garete fueron vitales.
Generadas las maquetas a lonchas, se llevaron a los respectivos centros por sus profesores que, con el trabajo y ayuda de los alumnos, las ensamblaron y les dieron forma, en fin les dieron vida, no solo en la forma sino a su historia, a su entorno, a sus leyendas, a la forma en que eran percibidas por su pueblo, a lugares en algunos casos casos olvidados no solo físicamente, sino en lo que significan, y que fueron recuperados.
Esta recuperación de la historia , de la memoria colectiva, esta mirada al pasado para recordarlo y reivindicarlo, se ha conseguido con el esfuerzo de todos y especialmente por el entusiasmo y trabajo de Pilar Rivero y del Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Zaragoza, que ha aportado mucho al proyecto.
Profesores y alumnos de Segundo de la ESO, de diferentes asignaturas, han colaborado estrechamente y con gran esfuerzo en el proyecto, con muchas iniciativas que lo han enriquecido, y por ello Alfonso Tarancón expresó su agradecimiento a todos ellos por haber realizado un trabajo nuevo y, lo más importante, entusiasta.
Aunar drones, fotografía, procesado, fabricación, pintado, más la recuperación de nuestra memoria histórica, de leyendas, de recuperaciones teatrales y de muchas otras cosas ha supuesto un éxito que se espera continúe pues ahora las maquetas se mostrarán en lugares próximos a lo que representan sirviendo de apoyo para recuperar su historia.
Luego Alfonso Tarancón dijo lo siguiente: «Como somos previsores, hace ya un año empezamos a buscar un lugar donde exponer los resultados del proyecto. Nos parecía algo fácil pero resultó ser de lo más complicado. Tal vez lo explicábamos mal, quizás nos veían como un grupo voluntarioso pero sin mucho fundamento, tal vez les asustaba el jaleo o tal vez, ciertamente, estaba todo ya lleno. No lo sabemos muy bien pero en todas puertas que tocábamos nos decían NO, además de una forma fría, adusta incluso«.
«En esto, alguien con la mente preclara, inspirándose en Carlos Sáenz pensó en el conocido como palacio de la antigua Capitanía. Pedimos una reunión y nos contestaron con rapidez sorprendente y nos recibieron con comprensión, respeto, incluso reconocimiento, y lo fundamental, que nos llegó al corazón, nos agradecieron que les pidiéramos el edificio para la exposición, y la cosa cuajó. Viendo el edificio nos alegramos de que en el resto de lugares nos hubieran dicho que NO, pues la Capitanía es el mejor escenario para esto. Los castillos tienen historia, patrimonio, batallas, ejércitos, todo lo que representa también este magnífico edificio en el que ahora estamos«.
El montaje de la exposición ha requerido un esfuerzo logístico que los centros han acometido con diligencia y durante el mes de exposición, en el día a día, se requería de personal experto, que se consiguió gracias a la colaboración de la Escuela Universitaria de Aragón y del I.E.S. Miralbueno.
«Esta es la historia de un proyecto que, como nuestro Instituto, es complejo y es también, como espero haberles transmitido, un proyecto hecho por algo«.
«Estamos muy orgullosos por su resultado material porque creemos que entre todos hemos aportado algo a nuestros jóvenes y mayores, algo de tecnología, algo de historia, de cultura, para ayudar a valorar nuestro entorno. Un proyecto que nos ha manifestado que las cosas se hacen mucho mejor si se hacen en común«.
Seguidamente tomó la palabra el jefe del Servicio de Ciudad Inteligente y director de Etopía Centro de Arte y Tecnología, Gerardo Lahuerta, quien nos informó acerca del papel de Etopía y del Ayuntamiento de Zaragoza en este proyecto.
Durante los últimos años se han ido estableciendo distintas colaboraciones entre la Universidad y el Ayuntamiento de Zaragoza, colaboración que culmina con la firma de un convenio denominado Convenio César. Este convenio, a través de un programa Feder, ha posibilitado dotar a los laboratorios de Etopía de un equipamiento técnico increíble.
Por otro lado Etopía, en sus orígenes se definió como un centro global de creatividad e innovación, un espacio de trabajo colaborativo de estudiantes, investigadores, colaboradores, ciudadanos, Etc.
Con todos estos ingredientes, el edificio, este equipamiento y todas las personas que participan, surgen proyectos como el que aquí se presentaba.
Etopía es en estos momentos un gran equipamiento de capacitación, donde ciudadanos no especializados, fundamentalmente jóvenes, como los que se hallaban presentes en la inauguración de la exposición, aprenden a manejar nuevas herramientas creativas y digitales. Se puede decir que en estos momentos la ciencia está presente en los barrios, en los centros educativos, en espacios culturales y de ocio. En esta línea de trabajo Etopía ha dado soporte a este producto, fundamentalmente en tres áreas; con eventos de formación a distinto profesorado, a eventos de formación relacionados con el vuelo de drones, con captura de imágenes, el procesado posterior para imágenes 3D; Una segunda línea es que las maquetas expuestas se han construido en los talleres de fabricación digital de Etopía. Y una tercera línea es que de manera muy lejana ha contribuido económicamente con los materiales.
Finalizó Gerardo Lahuerta su intervención con estas palabras: «En Etopía estamos encantados de formar parte de este proyecto tan original y tan innovador y esperamos seguir colaborando en múltiples proyectos con la Universidad«.
Tomó la palabra el Director General de Innovación, Equidad y Participación del Gobierno de Aragón, Antonio Martín, para decir que estaba muy bien el que nueve centros educativos, hayan presentado las maquetas de ocho castillos que, después de un año de trabajo y dos cursos, han crecido al igual que nuestros alumnos han pasado de curso. También está muy bien el que por fin los alumnos puedan visibilizar lo que trabajan sus centros fuera del aula.
Y está muy bien que cuando les acercamos esta posibilidad los centros, los directores, los profesores, los alumnos, vengan y nos ofrezcan a la ciudad de Zaragoza y a Aragón , en este edificio tan bien situado, todo lo que han trabajado en el centro.
Es importante que el Departamento de Educación siga colaborando con otras entidades, en este caso con el BIFI, porque es la única manera de que nuestros alumnos, esta vez de Secundaria, sean capaces de conocer nuevas tecnologías, esas tecnologías que han trabajado y que de otra manera no podría ser, o que no están en las manos de los centros educativos, hablamos de drones, de maquetas, de diseño, de impresión. Han conocido esa realidad, que en cierta manera es trasgresora, pero también han conocido otra realidad como es el que no todo el mundo puede volar drones, que hay que pedir permiso, una realidad que también tienen que conocer y que les ha enriquecido como personas. Desde la Dirección General de Innovación se valoran dos aspectos muy importantes y positivos de este proyecto. Por un lado la interdisciplinaridad, es decir que muchas materias, muchos ámbitos territoriales han entrado a trabajar, y también que es un proyecto inclusivo en el que todos los alumnos han trabajado. Por último quiso poner en valor el que se ha conseguido unir nuestro patrimonio artístico y arquitectónico con la tecnología y este binomio ha hecho posible el que ahora se pudieran ver esas ocho maquetas.
A continuación intervino el Vicerrector de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, Luis Miguel García, a quien le correspondía, dijo, cerrar, agradecer y felicitar.
Agradecer, a todos los que han trabajado en este proyecto, por supuesto a los verdaderos protagonistas, que son los alumnos, y a los profesores, investigadores y a todas las instituciones que han acogido y favorecido este proyecto, y felicitar sobre todo a Alfonso Tarancón, que fue el inspirador de esta idea, hecha ya realidad.
«Corren tiempos complejos, no solo por el patrimonio sino por la colaboración y por el remar todos a una. Estamos justamente con un proyecto que junta dos características importantes. En primer lugar la interdisciplinaridad. Estamos acostumbrados al encasillamiento, a que cada uno esté en su parcelita y no se mueva de ella. Aquí tenemos un proyecto en el que estamos juntando el patrimonio y la historia con las nuevas tecnologías, que es donde está el futuro. No crean que el futuro está en la hiperespecialización, eso es un cuento, el futuro está en la interdisciplinaridad, en saber moverse en mundos complejos«.
«En segundo lugar la colaboración. Todos nosotros, que estamos aquí representados, hemos colaborado continuamente con el Gobierno de Aragón, con el Ayuntamiento y con el Ministerio de Defensa. Sin más, los alumnos de la AGM, los alumnos del Centro Universitario de la Defensa, son alumnos de la Universidad y orgullosos estamos de ello«.
«Pero es la primera vez, al menos que yo recuerde, que colaboramos todas las instituciones aquí presentes en un proyecto. Un proyecto que agrupa lo que ahora llamamos Ciencia Ciudadana. No es lo mismo divulgar que hacer ciencia ciudadana, que es cuando el ciudadano es el protagonista de esa ciencia. En este caso el ciudadano sois vosotros, los alumnos, los estudiantes que, llevados gracias a la Dirección General, de los profesores y de los centros de enseñanza, colaboran con los investigadores de la Universidad y con un centro, de arte y tecnología«.
Finalizó su intervención señalando que el proyecto lo financia Europa que es quien nos ha financiado las instalaciones con las que cuenta, está financiado por el Estado, a través de la Fundación FECYT, y por el Ministerio de Defensa, de nuevo el Estado, que presta este bello edificio del palacio de la antigua Capitanía General de Aragón para poder alojar la exposición, con lo cual, dijo, «creo que es momento de felicitarnos porque estamos en un proyecto interdisciplinar y altamente colaborativo«.
Después de este largo capítulo de alocuciones, pasamos a disfrutar, en el mismo patio cubierto de palacio, de una demostración de vuelo de drones, similar a lo que se hizo en los castillos, a cargo de Gonzalo Ruiz, técnico en esta materia, de la Universidad de Zaragoza.
El uso de los drones se realiza normalmente en el exterior pues los espacios interiores presentan algunas complicaciones añadidas para su funcionamiento. No obstante la pericia de Gonzalo, hizo que un dron semiprofesional, DJI modelo Phanton 3, evolucionara con gran estabilidad por encima de nuestras cabezas, centrando la atención de todos los presentes. Seguidamente ascendimos a la planta noble del edificio para presenciar la exposición de las ocho maquetas de castillos, en el Salón del Trono. Los diferentes grupos de alumnos y sus tutores se agruparon cada uno de ellos en torno a su obra, defendiendo su castillo, y nos fueron explicando varias fases y pormenores del proyecto así como algunas características de las fortalezas y su entorno.
Hemos de decir, en honor a la verdad, que el resultado del trabajo realizado por alumnos, profesores, y cuantos han intervenido en el proyecto, ha sido una preciosa muestra de nuestro patrimonio arquitectónico histórico, plasmado en ocho maquetas de gran belleza.
Quizás por su espectacularidad, o por su buen estado de conservación, nos quedamos con la imagen de la representación del castillo de Sádaba, impresionante fortaleza medieval del siglo XIII. A los organizadores del proyecto «Drones y Mazmorras», a sus protagonistas los alumnos, profesores, investigadores y centros educativos, les felicitamos por esta bella e innovadora iniciativa.
A las instituciones colaboradoras, que han sido capaces de cooperar juntas, les reconocemos su buena disposición, y finalmente a la Comandancia Militar de Zaragoza y Teruel le agradecemos el haber acogido la muestra en el palacio de la antigua Capitanía General de Aragón, espacio en el que disfrutamos continuamente de una variada y atrayente oferta cultural.
Ver vídeo del proyecto educativo «Drones y mazmorras» en el castillo de Luesia y con la participación de los alumnos del IES La Azucarera de Zaragoza y del Colegio Rural Agrupado Los Bañales de Luesia.