En el Salón Rioja, de Ibercaja Patio de la Infanta, asistimos el pasado 28 de septiembre de 2016 a la tercera conferencia del ciclo, CLAVES DEL FENÓMENO MIGRATORIO EN EUROPA.
Su título era «EUROPA. ACTUALIDAD DE LAS MIGRACIONES» y se desarrolló a partir de las 19.30 horas siendo su ponente el coronel (R) Pedro Baños Bajo, analista y conferenciante experto en temas internacionales.
El teniente coronel José González Vallés fue el encargado de su presentación y este es un resumen de lo que dijo:
Pedro Baños es coronel del Ejército de Tierra, del Arma de Infantería, y Diplomado de Estado Mayor. Actualmente se encuentra en situación de Reserva.
Entre sus destinos cabe destacar que fue jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo y, durante siete años, profesor de Estrategia y Relaciones Internacionales en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, perteneciente al Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional.
En su último destino fue jefe de la Unidad de Análisis Geopolítico en la Secretaría General de Política de Defensa, del Ministerio de Defensa. Ha recibido formación en una decena de países incluyendo Turquía, Israel y China.
Es escritor y conferenciante habitual sobre Geopolítica, Estrategia, Inteligencia, Terrorismo, Relaciones Internacionales, Seguridad, y Defensa. Ha participado en tres misiones en Bosnia-Herzegovina. Ha colaborado en la sede del Parlamento Europeo de Bruselas como asesor militar y es magister en Defensa y Seguridad por la Universidad Complutense de Madrid.
Una vez presentado, Pedro Baños entró rápidamente en materia para hablarnos de la actualidad de las migraciones en Europa, un problema especialmente patente porque dentro de ese gran marco de las migraciones hay un drama, preocupante sobre todos, que es el de los refugiados, procedentes en su mayor parte de Siria, Irak, u otros escenarios en conflicto.
La migración es un fenómeno muy complejo que tiene componentes de muy difícil tratamiento y este de los refugiados es posiblemente el mayor de ellos, porque no estamos hablando del petróleo, del agua, o de minerales, estamos hablando de seres humanos que huyen de sus países para sobrevivir, en busca de una vida y un futuro mejores, siendo además el tema muy complejo porque, lamentablemente, está politizado al máximo.
Parte de lo que ha fallado en Europa es que esta crisis tenía que haberse previsto antes y que se ha reaccionado deprisa y corriendo y mal. Sin prospectiva puede sorprendernos la siguiente migración que se nos puede venir encima, con un escenario que no nos va a gustar nada.
Nos señaló el coronel Baños el antecedente de estas migraciones y su diferencia con ellas. Este movimiento migratorio actual tiene su precedente en los años 90 cuando refugiados de la antigua Yugoeslavia, mayoritariamente musulmanes de Bosnia y Kosovo, llegaron a países centroeuropeos. No preocupó en aquel entonces este éxodo porque a quienes se estaba protegiendo en Bosnia y Kosovo era a los musulmanes y quienes quedaban como demonizados y malvados eran los serbios.
Sin embargo la situación cambia radicalmente cuando, a partir de 1998, empieza a haber atentados del mal llamado terrorismo internacional ya que es terrorismo islámico, algunos tan importantes como los llevados a cabo simultáneamente el 7 de agosto de ese año contra las embajadas de EE.UU. en Nairobi, (Kenia) y Dar es-Salam, (Tanzania), y más tarde en suelo europeo.
La diferencia fundamental con aquel entorno de hace 20 años es que ahora hemos sufrido en Europa ataques del terrorismo yihadista, y de ahí viene el error absoluto de relacionar inmediatamente terrorismo con islam y con refugiados.
Hay países que han cerrado sus fronteras y líderes europeos que han manifestado no querer dar entrada a musulmanes en su territorio. Son los mismos líderes que nos han criticado por lo que España viene haciendo desde el año 2000 con inmigrantes económicos. Si nos preguntamos ¿cual es el origen del masivo movimiento migratorio actual? veremos que coincide, sin duda, con el estallido de las llamadas Primaveras Árabes de 2011 y evidentemente con las guerras que se están produciendo en Siria e Irak, donde el Estado Islámico es un elemento más, porque también está Al Qaeda y su escisión llamada Frente para la Conquista de Damasco.
Hay más de doscientos grupos armados combatiendo incluso entre ellos, por no hablar de los kurdos, en el norte de Siria o en el norte de Irak, que también son una parte importante del conflicto, o las múltiples milicias chiitas, encabezadas por Hezbolá, procedente de Líbano y que tiene diez mil combatientes en Siria actualmente.
Las revueltas árabes son algo más que una guerra civil, son enfrentamientos de políticas regionales y de grandes potencias enfrentadas entre sí. El mundo suní, encabezado por países del golfo, especialmente liderado por Arabia Saudita, está enfrentado con el mundo chiita, liderado por Irán. En la actualidad Irak es ya un feudo de Irán, controlado por chiitas desde Bagdag. En Siria tarde o temprano se atacará de nuevo Al Raqqa, considerada como la capital del Estado Islámico, y Deir ez-Zor, otro punto fuerte de los terroristas yihadistas. En Líbano se expande el protagonismo de Hezbolá. En Yemen unos 20 millones de personas, chiitas, pueden morir de hambre por el bloqueo al que le está sometiendo la coalición de diez países suníes, liderada por Arabia Saudita.
Lejos de solucionarse, el problema se está agravando y tenemos que pensar en cuales van a ser las próximas crisis migratorias que vamos a sufrir, porque esos millones de personas desesperadas, si continúa el bloqueo, emigrarán y las tendremos que acoger nosotros antes de que mueran de hambre. Lo que está sucediendo en Siria es el enfrentamiento a través de terceros, en esa nueva guerra fría que se está llevando a cabo, entre Rusia y Estados Unidos. Estas dos grandes superpotencias saben que tienen muy difícil ganar pero ninguna de las dos quiere perder, porque el que pierda en Siria sabe que pierde el control de Asia Central, que pierde Ukrania, la antigua Yugoeslavia, el Cáucaso, y ninguno de los dos quiere perderlo.
Lo que se está jugando en Siria es un nuevo orden mundial y si la Unión Europea no lo prevé nos podemos encontrar de la noche a la mañana con dos millones más de personas llamando a nuestras puertas. Los servicios de inteligencia alertan de un posible ataque a Menfis antes de fin de año, y la consecuencia si eso ocurre es que puede haber otro millón de personas vagando en busca de asilo.
Ademas, por si esto fuera poco, hay que añadir los refugiados provenientes de otros países en conflicto, por ejemplo Afganistán que está siendo tomado por los talibanes cada vez más, Libia con una situación creada de desastre absoluto que es muy difícil de solventar, y también los países de su alrededor porque todo el Sahel esta desequilibrado completamente. Estaríamos hablando de Malí, Chad, Niger, y más abajo, de Nigeria y Camerún, con conflictos en la República Democrática del Congo y República Centroafricana, con Burundi, a punto de estallar, y por supuesto Somalia. Todo eso lo hemos de tener en cuenta.
Mientras en Europa, con 500 millones de habitantes, andamos pensando cómo repartir 160.000 refugiados, vamos a ver cual es la situación actual de migrantes en los países de la región. Si hablamos de Irak, tiene 250.000, Jordania 700.000, Líbano 1 millón, Egipto 140.000, y Turquía cifra en 2.700.000 los refugiados sirios que acoge. Pero todavía hay 75.000 sirios en tierra de nadie, en la frontera entre Siria y Jordania, que están absolutamente abandonados a su suerte. Veamos ahora un poco más de cerca algunos de estos casos como el de Jordania, un país relativamente estable que, con 6.5 millones de habitantes, acoge de 700.000 a 1 millón de refugiados, lo que supone el 15% de su población. Esto ha provocado tensiones sociales por temor al Estado Islámico, bajada de salarios y subida de precios, y un enorme gasto gubernamental. Precisaría a corto plazo de 1.200 millones de dólares y solo llega la mitad.
La mayor concentración de refugiados per cápita se registra en Líbano, que teniendo 4.6 millones de habitantes asume 1.2 millones de refugiados sirios. En líbano el gobierno es incapaz de proporcionar los servicios sociales básicos a sus ciudadanos, no dispone de campos para refugiados, que viven en unas condiciones infrahumanas y los libaneses más desfavorecidos se oponen a que se les ayude. Las tensiones sociales son máximas y el problema se agrava, lo cual es aprovechado por Hezbolá para controlar el país. Turquía, con 80 millones de habitantes, concentra a día de hoy 3.3 millones de refugiados, sirios y de otras procedencias. A pesar de haber gastado 12.000 millones de dólares desde el inicio de la crisis, solamente 260.000 de estas personas están en campos de refugiados y el resto viven como pueden. Pero el hambre, la miseria y la desesperación no tiene fronteras y estas gentes intentarán romper aquellas que les marcamos para escapar de su penosa situación, a otros países, con la ayuda de las mafias, como ha empezado a ocurrir.
Este movimiento masivo hacia centroeuropa comienza en un momento determinado de 2015 cuando esas gentes, hartas de malvivir entre el barro, el hambre y la miseria, empiezan a perder la paciencia ya que se encuentran sin trabajo, sin servicios sociales, (sanidad, educación), se quedan sin dinero, no tienen a donde regresar sino es a lugares destruídos y temen que se les devuelva a las llamadas «zonas seguras». Pero ¿alguien puede creer que se pueden habilitar zonas seguras, zonas de exclusión aérea, en Siria?, ¿seguras de qué o de quién?, ¿de los grupos terroristas, de los ataques asimétricos irregulares, de los bombardeos?. Existe la teoría acusatoria de que detrás de este éxodo, que se inició con mucha rapidez y que parece relativamente bien preparado, estuvo la mano negra de Turquía, que pudo tener por motivos, gasto económico insoportable, conseguir fondos y ventajas de la Unión Europea, «venganza» por el rechazo de Europa, y evitar críticas de la UE hacia su deriva autoritaria y radicalización religiosa.
Todo este flujo migratorio a Europa procedente de Oriente Medio venia a través de la ruta de los Balcanes, de Grecia y Turquía, y desde allí discurría por Bulgaria, Kosovo, Serbia, Croacia…
Solamente en los primeros ocho meses de 2015 llegaron a Europa 800.000 personas. A finales de año llegaban 6.000 emigrantes al día, con fuerte determinación, después de haber pagado hasta 10.000 euros a las mafias por su viaje, pues hay que señalar que estas personas no son unas desharrapadas sino de las más acomodadas en su país.
Esta crisis actual de refugiados es la mayor registrada desde el final de la Segunda Guerra Mundial y constituye el mayor reto al que se enfrenta la Unión Europea. Para algunos observadores estamos asistiendo a la muerte del Reglamento de Dublín, piedra
angular del sistema de asilo común. Asistimos al coma del espacio Schengen, pilar esencial de la construcción europea, y al absoluto fracaso de la política europea de vecindad.
La respuesta de la Unión Europea a la crisis de refugiados ha sido decepcionante. Se han incumplido acuerdos internacionales que habían suscrito el conjunto de sus países, como la Convención de Refugiados de 1951.
En una Europa en plena crisis económica, con recortes sociales a sus ciudadanos, países como Alemania, Francia o Bélgica comienzan a expulsar a otros ciudadanos europeos que no tengan trabajo o medios económicos para sostenerse. Algunos países han cerrado sus fronteras y otros han manifestado claramente que no quieren dar entrada a musulmanes en su territorio. Poco importa que en el año 2012 se le concediera a la Unión Europea el Premio Nobel de la Paz por su contribución al avance de la paz, la reconciliación, la democracia y los Derechos Humanos en Europa, y que según el Comité noruego del Nobel, la UE representa la «fraternidad entre las naciones».
El Reglamento de Dublín no se respeta
Europa se enfrenta a un caso excepcional por la llegada de un elevado número de personas en muy poco tiempo que son en su mayoría musulmanes, en una situación con muchos países involucrados que precisa de urgentes respuestas colectivas y unificadas como estas:
Impedir acciones unilaterales, control de fronteras, frenar el éxodo e implantar procesos de asilo y retornos.
Para ello se plantean tres opciones. La primera de ellas sería aplicar estrictamente las normas europeas de asilo, con el riesgo de que se produzca una llegada masiva. En segundo lugar optar por lo contrario, cerrar las fronteras y dejar la carga a los países fronterizos, y por último dejar libertad de movimientos por todo el territorio a los recién llegados, sin control.
Veamos ahora la evolución del problema con una perspectiva cronológica de los últimos meses.
En el verano de 2015 se decide dar acogida, en el espacio de dos años, a 160.000 refugiados, repartidos con arreglo a la tasa de paro, producto interior bruto y población, de cada país. Al mismo tiempo se implementa la Operación EU Naval Force Mediterranean, EUNAFOR MED, (Sophia), que pretende desmantelar las redes de traficantes de inmigrantes a través del Mediterráneo. Operación que algunos países han criticado por no efectuar salvamento y rescate, por el efecto llamada que podía tener y por la omisión de socorro, contaria al derecho internacional del mar, (Convenio de Montego Bay). En otoño de 2015, países centroeuropeos cierran sus fronteras y con ello se rompe la zona Schengen y la regulación de Dublín, (demandas de asilo).
En noviembre de 2015 se acuerda cerrar la ruta de los Balcanes y admitir solamente a refugiados y migrantes a través de canales legales iniciados en Turquía, así como potenciar el control de fronteras; apoyo económico a Grecia y establecer puntos de recepción, (hot-spots), para una rápida evaluación de migrantes; seleccionar aptos para asilo; montar centros de tránsito y candidato para asilo u otra protección.
En marzo de 2016 se acuerda con Turquía que no permita el paso de migrantes irregulares, que acoja a los migrantes que rechace la Unión Europea, y estas condiciones: retorno a Turquía de los inmigrantes irregulares desde Grecia; las demandas de asilo se realizan y se aceptan en Turquía, que deberá combatir a los traficantes.
Por ello se ofrece a Turquía la siguiente compensación: 6.000 millones de euros entre 2016 y 2017, 3.000 de ellos en ayuda directa a refugiados, (1.000 millones del presupuesto comunitario y 2.000 de los Estados miembros), así como la liberación de visados ciudadanos turcos y lo que es muy importante, reiniciar las negociaciones para el ingreso de Turquía en la Unión Europea.
Como resultado del acuerdo se ha pasado de un flujo de 6.000 migrantes por día, a finales de 2015, a menos de 50 en agosto de 2016. El cierre efectivo de la ruta de los Balcanes y el eficaz combate contra los traficantes hace que los migrantes irregulares terminen su periplo en Grecia y sean devueltos a Turquía, con la consiguiente pérdida de atractivo. En 2015 llegaron por mar 856.723 emigrantes. Hasta ahora en 2016, poco más de 165.000.
La situación actual es que a día de hoy la Unión Europea ha aportado 583 millones de euros a Turquía, se han contratado 32 proyectos por valor de 652 millones de euros de los cuales 467 ya se han distribuido en, alimentos, recursos básicos, sanidad, educación, información, discapacidad, psicología…
El 8 de septiembre la Comisión Europea aprobó una ayuda de 348 millones de euros a Turquía para la Red de Seguridad de Emergencia Social, (ESSN), de apoyo directo a los refugiados y también que un millón de refugiados, de los más desfavorecidos, reciban paga mensual mediante tarjeta electrónica.
Pero no todos los países aceptan compartir la carga de la migración, una situación que ha generado profundas divisiones en la Unión Europea y ha mostrado los límites de la solidaridad colectiva a la vez que ha abierto un debate sobre la libertad de movimientos dentro de la UE y dado paso a un creciente escepticismo sobre la gestión de Bruselas.
Los países menos receptivos, (Grupo Visegrado), son Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia. A finales de agosto de 2016, Hungría Polonia y la República Checa, reafirman su oposición a recoger refugiados, particularmente musulmanes. He aquí la situación en algunos países:
Hungría, a pesar de que tiene unos 50.000 empleos vacantes, una de las natalidades más bajas de Europa y una fuerte emigración, cifrada en 500.000 personas, es reacia a la acogida de refugiados. Según el Primer Ministro, Viktor Orban, (16 sep.2016) rehúsan aceptar la cuota de refugiados de la UE, y solo aceptarán inmigrantes de similar origen, «cultural e histórico«.
Esta posición ha provocado reacciones como la del Ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborm, (13 sep. 2016), que ha dicho lo siguiente: «Hungría debería ser excluida temporalmente, e incluso definitivamente si fuera necesario, por su masiva violación de los valores fundamentales de la Unión Europea».
Alemania, tuvo 1 millón de refugiados en 2015. En 2016 son más de 300.000 y llegarán al medio millón. Les da estatuto de refugiados de guerra para luego devolverlos, (como a los bosnios: medio millón).
Se ha registrado una fuerte movilización social con un ejército de voluntarios y el auge de «Alternativa para Alemania«, (AFD), partido populista de derechas, xenófobo y anti-europeo, que ha propuesto que solo entren refugiados «cristiano-occidentales», y a su vez un aumento de la violencia racista y ataques a refugiados.
Grecia, acoge 70.000 solicitantes de asilo, en condiciones cada vez peores, atrapados por el cierre de la ruta de los Balcanes, 13.000 en las islas del Egeo y 56.000 en Grecia continental.
Suecia, el 16% de la población, (9.6 millones) es inmigrante. En 2015 llegaron 163.000 refugiados, de los cuales 35.000 eran menores no acompañados, en su mayoría afganos. En dos años suman 250.000 refugiados y Suecia va a destinar el 1% del PIB, (triple que Alemania) para tratar a los recién llegados como a suecos, Sin embargo se ve obligada a establecer controles fronterizos y limitaciones de ayudas, registrándose un avance de la extrema derecha, (Demócratas de Suecia).
Noruega, ha levantado una valla en la frontera con Rusia para disuadir a los refugiados.
Dinamarca, el gobierno liberal, en coalición con un partido de extrema derecha, ha decidido cobrarle a los refugiados y requisarles todos los bienes que superen el salario mínimo de un danés.
Francia, con un gobierno en mínimos históricos de popularidad registra una política errática y descoordinación en el trato a los refugiados. Crea dos campos de refugiados temporales en París, (90 solicitudes de asilo diarias), para evitar vagabundeo.
Reino Unido, en el BREXIT tuvo gran influencia el tema de la inmigración al confluir una hostilidad hacia los inmigrantes, un sentimiento de pérdida del control de sus fronteras, así como la no aceptación de la política de la UE y la negativa a aceptar cupos de refugiados. Como consecuencia «imprevisible» del BREXIT más de 7.000 personas malviven en el Campo Jungla de Calais, una población de 72.500 habitantes, y el Reino Unido levanta en esta ciudad un muro de un kilómetro de largo y cuatro metros de alto para impedir que los refugiados accedan a su territorio.
España, se comprometió a dar acogida a 17.387 refugiados antes de finalizar 2017. Solo ha acogido a 474 y ha cumplido el 18% del reasentamiento, (279 de 1499) y el 1% de la reubicación, (201 de 15.888). No concede visados humanitarios por falta de legislación estatal. Como curiosidad diremos que la Unión Europea le compensará con 95 millones de euros, dándose la circunstancia que ha recibido sin embargo 485 millones de euros para control de fronteras.
Muchas son las causas por las cuales una parte, importante, de la ciudadanía percibe el fenómeno de la inmigración como una amenaza, destacando las siguientes: inseguridad frente al terrorismo y criminalidad a tenor de los ataques a mujeres en Alemania y Suecia o los atentados en Francia, Bélgica o Alemania, y por lo tanto temor a la infiltración de extremistas; incremento de los precios y disminución de los salarios, tensas relaciones interculturales y debilitamiento de los valores occidentales.
Hubo otros aspectos tratados por nuestro conferenciante en torno a este drama humano que se vive en distintos escenarios europeos pero nosotros hemos de poner fin a nuestra crónica con la esperanza de haber llevado a ustedes, queridos lectores que nos siguen, lo esencial de lo que nosotros captamos en esta magnífica conferencia impartida por el coronel, Pedro Baños Bajo.