Apenas veinticuatro horas después de haber asistido a la primera conferencia del ciclo, «Retos de Europa: Terrorismo y Demografía«, volvimos al Patio de la Infanta de Ibercaja, el 26 de septiembre de 2017, para disfrutar de la segunda de ellas titulada, «DE AL QAEDA AL ESTADO ISLÁMICO«.
Fue su ponente Carlos Echeverría, profesor de Relaciones Internacionales, y se inició a las 19.30 horas, en el Salón Rioja, al que acudió numeroso público interesado en este apasionante, y a la vez inquietante, tema que es el terrorismo islámico.
Asistieron, entre otras, las siguientes autoridades y personalidades: Subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Ángel Val Pradilla, Directora del Patio de la Infanta, Ana María Farré, y el coronel Luis Antonio Quintas Gil, Jefe del Órgano de Apoyo al Comandante Militar de Zaragoza y Teruel. La Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, (Delegación de Zaragoza), estuvo representada por Manuel Grao Rivas, Vocal de Comunicación.
Se inició el acto con la intervención del Teniente Coronel Javier Sanz Maldonado, Jefe del III Batallón de Cadetes de la AGM, quien hizo la siguiente presentación:
«Al Qaeda, Estado Islámico, y otras denominaciones relacionadas, desgraciadamente se han hecho familiares en nuestra vida diaria por las consecuencias tan importantes que han tenido sus acciones en nuestro país y fuera de él, constituyendo además una amenaza real para la pervivencia de nuestro modelo de convivencia, nuestra seguridad y bienestar«.
«Para hablarnos de las características y evolución de estos grupos terroristas, hoy tenemos el honor de contar con uno de los investigadores más relevantes en esta materia, el Doctor Carlos Echeverría Jesús, Profesor de Relaciones Internacionales y Vicedecano de Investigación y Doctorado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. El profesor Echeverría es Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Es analista en diversos medios y foros sobre cuestiones de Seguridad y Defensa, y estudios de área; Mediterráneo, Oriente Medio, África Subsahariana, Cáucaso y Asia Central, Islam e Islamismo«.
Prosiguió Javier Sanz con la presentación del ponente, de la que hacemos el siguiente resumen: Como actividades relevantes, que ha ejercido y ejerce en la actualidad, se pueden destacar las siguientes:
Desde el año 2000 hasta hace escasamente cinco meses ha sido colaborador permanente del Informe Semanal de Política Exterior.
De 2002 a 2004 coordinó el grupo español, contribuyendo al proyecto del Institute For Defense Analyses, en el marco de la Task Order and Standing Term Ising, financiado por el Director For Net Assessmen de la Oficina del Secretario de Defensa de Estados Unidos.
De 2007 a 2013 ha sido analista del Grupo de Estudios Estratégicos, siendo responsable del Área de Terrorismo Yihadista Salafista.
De 2008 a 2015 fue analista del Grupo Atenea, hasta que desapareció su publicación de análisis digital.
Desde 1987 colabora con el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional.
Desde 2000 es Profesor Extraordinario de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas y del Departamento de Operaciones de Paz en la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra, así como Profesor del Instituto Universitario Gutiérrez Mellado de la UNED.
Desde 2002 es corresponsable de la sección Observatorio de Conflictos, de la revista del Ejército de Tierra español.
Desde 2009 es profesor del Máster Universitario Diplomacia y Relaciones Internacionales, codirigido por la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas y la Escuela Diplomática.Desde 2015 es Profesor del Máster Universitario en Relaciones Internacionales y Comunicación de la Universidad Camilo José Cela.
Desde 2016 es profesor del Máster Universitario en Análisis sobre Terrorismo, en la Universidad Rey Juan Carlos.
Además es el único miembro, no africano, del Consejo Científico de la Revista African Journal for Prevention and Combating of terrorism, que edita el Centro de Análisis e Investigación sobre el terrorismo, (CAERT), de la Unión Africana, con sede en Argel.
Tomó la palabra Carlos Echeverría para decirnos que la imagen del norte de África y del Sahel, que se mostraba en pantalla, sería su único apoyo, junto con el análisis que pretendía transmitirnos, para animar el coloquio y sobre todo la reflexión en torno a este tema del terrorismo yihadista, de Al Qaeda al Estado Islámico.
Les avanzamos, queridos lectores que nos siguen, que les espera un largo reportaje por delante, pues la conferencia de Carlos Echeverría además de amena e instructiva fue densa en su desarrollo, muy documentada en su contenido y sobre todo valiente en su exposición, lo cual mucho le agradecemos pues nos abrió los ojos en torno a una realidad que nos llega con frecuencia maquillada por ciertos convencionalismos. Carlos Echeverría nos habló, no solo con claridad, sino con sinceridad, llamando a las cosas por su nombre, sin ocultar la amenaza, la gravedad o el horror que trae consigo el terrorismo yihadista salafista. Nosotros queremos corresponder a su esfuerzo reflejando en el presente trabajo la esencia de su conferencia, de principio a fin, esperando poder reflejar con fidelidad todo lo que escuchamos, aportando algunas imágenes ilustrativas.
Lo primero que conviene hacer, dijo Echeverría, en relación a este título, «De Al Qaeda al Estado Islámico«, es aclarar que no estamos hablando de la transición de un modelo a otro. No estamos hablando de la sustitución de Al Qaeda por parte del Estado Islámico. Estamos hablando de dos realidades que, lamentablemente a día de hoy, siguen siendo plenamente vigentes en términos de amenaza terrorista.
Es decir que el Estado Islámico, que nos ha obnubilado, sobre todo a partir del verano de 2014, no ha eclipsado en absoluto a Al Qaeda.
Al Qaeda sigue siendo una organización potente, con una dispersión territorial importante, y el Estado Islámico, «a pesar de lo que podamos ver en los medios de comunicación», que es la reducción del espacio de aplicación de su modelo, en el escenario de Siria e Irak, a pesar de las derrotas militares que está sufriendo a manos de varias coaliciones, una liderada por los Estados Unidos y otra liderada por Rusia, «sigue siendo, lamentablemente, un actor vivo, activo y letal en muchos rincones del mundo«.
Para documentar o justificar estas afirmaciones sobre su aproximación al objeto de estudio, quiso empezar en casa y seguir luego recorriendo el mundo para evocar suelo español cuando se refirió a los ataques de Barcelona y Cambrils. Tenemos, hace un mes, la aplicación práctica de esta amenaza en suelo patrio y eso es triste, pero es una evidencia que tenemos ahí y que nos permite también un arranque para considerar que estamos hablando de algo que nos afecta a todos, que afecta a toda la comunidad internacional.
Nos informó Carlos Echeverría que el pasado viernes, tres ataques aéreos estadounidenses en suelo libio, 240 kilómetros al sur de la ciudad portuaria de Cirte, golpeaban posiciones del Estado Islámico, lo cual es una referencia muy próxima en el tiempo, y en el espacio también muy próxima.
No olvidemos que los mensajes más recientes que recibimos desde Libia quieren mostrar una cierta normalización del país, el inicio de una estabilización. «Libia es, lamentablemente, un escenario de inestabilidad«, que se muestra a día de hoy como una inestabilidad endémica, y en esos escenarios, Libia, pero también veremos otros, es donde los actores terroristas se asientan con más facilidad, donde encuentran mayor ventaja de oportunidades para hacer lo que saben hacer, que es ejercer la coacción y la violencia. Pero si nos habló del viernes en Libia, también nos hablo, mirando el mapa que nos ofrecía, del domingo, en el que tres cascos azules de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas para Mali, perdían la vida en las proximidades de la ciudad de Gábala.
Cuando hemos hablado de Libia, prosiguió Echeverría, ahora damos un paso hacia el sur y hablamos de Mali, y cuando hablamos de Mali hablamos del Sahel Occidental, y cuando hablamos tal cosa estamos hablando de la frontera Avanzada de España, que es un término que, no solo las Fuerzas Armadas, sino los analistas, y los ciudadanos, conviene que interioricemos.
Nuestras fronteras están mucho más allá de lo que son nuestras fronteras físicas y nuestras fronteras políticas, asumiendo además que España es el único país de la Europa Occidental que tiene, como saben, fronteras terrestres en el continente africano, en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Pero la amenaza yihadista ha hecho que las fronteras vayan muchos más kilómetros hacia el sur, para un país como es España o para una organización de integración como es la Unión Europea. Y en ese sentido estamos hablando de un escenario en el que también España tiene presencia, tanto militar como civil. Es un país por el que apostamos en términos de esfuerzos de normalización y de estabilización, pero «es un escenario en el que los terroristas cometen, prácticamente a diario, hechos sangrientos» como el que se ha traído a colación. De hecho, esa misión de las Naciones Unidas, es la más peligrosa de todo ese abanico de misiones de paz de las Naciones Unidas y es una misión que tiene entre sus cometidos la lucha contra la amenaza terrorista.
Pero si hablamos de Libia o de Mali, también podemos y debemos hablar de Argelia, y no solo del pasado, porque ya saben que fue uno de los países que sufrió, el Estado y la sociedad argelina, el azote terrorista durante los años 90 y buena parte de la década pasada. En este país, hace un mes, un individuo con chaleco explosivo, mataba a dos policías, recordando a las autoridades argelinas, a la ciudadanía argelina y a los vecinos de Argelia, que «la amenaza terrorista, aunque la califiquen las autoridades de residual, sigue siendo una realidad».
Hacia el sur en el mapa, con una, de momento importante, aproximación al continente africano, todos recordamos y conocemos el terrorismo apocalíptico de la mano de un grupo como Boko Harám, un grupo que nació en Nigeria pero que, como buen grupo yihadista, pronto desbordó las fronteras de ese gran país africano.
Es un grupo que ustedes recordarán por el secuestro de las niñas de Chibok, pero sepan ustedes que antes y después del secuestro de Chibok, Boko Haram ha secuestrado y sigue secuestrando a mucha gente, y sigue cometiendo enormes atentados que traen en jaque no solo a Nigeria sino también a su entorno más o menos inmediato.
Lo que quiso decir con ello, con esta aproximación un tanto macabra, pero necesaria al objeto de estudio, es que estamos ante una ideología hostil, que es el yihadismo salafista, que se manifiesta en toda una serie de siglas que se mueven a lo largo y ancho del mundo, que de vez en cuando nos golpea en casa, cuando pueden, cuando la amenaza cristaliza en términos de combinación de capacidades, intenciones y oportunidad, que es lo que sucedió en Barcelona y Cambrils hace cuatro semanas, pero lo hace a diario a lo largo y ancho del mundo. Es importante que lo interioricemos y, como ciudadanos responsables de España y del mundo, sepamos que esta amenaza, enormemente desestabilizadora está ahí.
Quiso hacernos Echeverría esta primera aproximación, muy subjetiva, con algunos escenarios muy concretos, que luego amplió a Afganistán, Filipinas, Siria, Irak, o Somalia, para recordar algo que, es verdad que no gusta oír, pero al menos es un análisis de la situación actual de lo que a la amenaza del terrorismo yihadista salafista respecta.
Es afirmar que en buena medida y a pesar de todo lo que ha sucedido en estos últimos meses y años, estamos donde estábamos hace algunos años en términos de esa amenaza. Estamos como estábamos hace una década, cuando Al Qaeda empezó a golpear con saña al mundo, antes y después del 11 de septiembre. Estamos donde estábamos a pesar de tantas y tantas medidas que se
vienen tomando contra estos grupos terroristas.
Estamos donde estábamos a pesar de que los medios de comunicación nos ofrezcan a diario escenarios digamos que cada vez más esperanzadores en la medida en que el Estado Islámico cada vez tiene menos territorio bajo su control.
Hemos interiorizado que la ciudad de Mosul, en Irak, ya no está en manos del Estado Islámico, vamos interiorizando día a día que el Estado Islámico pierde posiciones tanto en Irak como en Siria y esto en sí es una buena noticia, pero no debe transmitirnos una idea triunfalista en términos de que la amenaza, que no solo es el Estado Islámico, está siendo derrotado de verdad, porque hay aparte de esos escenarios otros muchos y porque el telón de fondo, la gasolina que mueve el vehículo, que es la ideología, sigue plenamente vigente y circula como ustedes saben, aparte de por las redes sociales, en el boca a boca, en las comunicaciones personales y por todo tipo de vías. Es algo que tenemos que inventariar sobre todo como amenaza, que debe ser derrotada de nuevo y hemos de decir que España es, entre otros, un país líder en llevar adelante medidas de respuesta contra el terrorismo yihadista.
Antes nos habló Echeverría de la frontera Avanzada, es decir el Sahel Occidental, de Mauritania a Chad, pasando por Burkina Faso, Malí y Níger, donde actualmente hay un gran proyecto liderado por España, por la Guardia Civil, que pretende reforzar los aparatos de seguridad interior de los países citados, más Senegal. Es un proyecto que lidera el General Espinosa y que se ejecuta a través del modelo de los Grupos de Acción Rural, ahora Grupos de Acción Rápida, de la Guardia Civil. Ahora mismo tenemos camaradas de las gendarmerías mauritana y nigeriana, entrenándose en Logroño para obtener ese nivel de calidad necesario para dar respuestas más eficaces a una amenaza que, a diario, diezma a sus países. Esas medidas se unen a otras muchas, algunas se han citado, como es el caso de la misión de las Naciones Unidas para Estabilización de Malí. Pero también podemos citar por ejemplo una iniciativa, una herramienta que es puramente nacional, que es francesa, y que es la Operación Barkhane, continuación de la Operación Serval. Un país tan importante como es nuestro vecino del norte está empeñado en el esfuerzo de lucha contra el terrorismo desde hace años, y en perspectiva tiene otros muchos años de implicación en ese escenario del Sahel Occidental. Quiso decir con ello, también, porque a esas herramientas unimos las distintas coaliciones que combaten en Siria, en Irak o contra Boko Haram en el África Occidental, que tenemos por delante tarea importante, extensa, contra un enemigo que no es el enemigo tradicional que han tenido unos estados, que tradicionalmente ha sido, hasta hace poco tiempo, otros estados. Tenemos enfrente una amenaza difusa, una amenaza asimétrica, en un contexto de conflicto, de guerra, que algunos califican de tal y que otros se resisten a calificar de tal, que tiene como objetivo, y es importante que lo interioricemos aunque nos parezca una bravuconearía, el dominio total del mundo.
Los yihadistas salafistas no se conforman con esa porción del mapa, donde efectivamente tratan de llevar adelante su modelo, que es el norte de África, que es el Sahel, que es la Península Arábiga o que es el Oriente Medio.
Ellos quieren dominar el mundo en su totalidad imponiendo una visión rigorista, una tergiversación de la ley monoteísta, respetable como cualquier religión, que es el islam, y lo hacen a lo largo y ancho del mundo.
Refiriéndose a Europa, en términos más amplios, nos dijo que ahora mismo, países mucho más lejanos como Afganistán o como Filipinas sufren el zarpazo del terrorismo yihadista salafista.
Afganistán por supuesto que a nadie le va a sorprender que se traiga a colación, aunque en cierta medida algo nos debería sorprender porque llevamos empeñados en ese país más de tres lustros y aún tenemos que afirmar que la amenaza de su suelo sigue siendo relevante. Filipinas quizás nos sorprende más, pero es que Filipinas es una víctima con mayúsculas del terrorismo yihadista en el momento presente, ahora mismo, y además de los dos grupos que protagonizan el título de la conferencia.
Filipinas es objetivo de Al Qaeda a través del Grupo Abu Sayyaf, que es un grupo ya veterano de terroristas yihadistas que nacieron de esos embriones de combatientes de Afganistán que volvieron a sus países de origen, y es un grupo que golpea a las Fuerzas de Seguridad y a la sociedad filipina, en tierra y mar. Pero el Estado Islámico también está presente en suelo filipino, y desde el pasado 23 de mayo tiene en sus manos el control de una ciudad importante como es Marawi. Fíjense que cuando hablamos de Filipinas estamos hablando de un país que, desde la victoria del presidente Rodrigo Duterte en las elecciones a la Jefatura del Estado, asistimos a un perfil de Jefe de Estado extremadamente duro en la palabra, en su verbo, y en su praxis, en sus acciones.
Pero incluso un presidente tan duro, que aplica medidas tan extremas, no es capaz de liberar una ciudad en la que ya han muerto más de 800 personas. Marawi es además una ciudad que nos ofrece una imagen macabra pero a la vez ilustrativa y analítica de lo que es el Estado Islámico como proyecto, porque las bajas que las Fuerzas Armadas y de Seguridad filipinas han provocado en el enemigo yihadista, les ha permitido encontrar a sudíes, a rusos de Chechenia, a indonesios, o a chinos del Xinjiang, y a personas venidas de otras latitudes más o menos lejanas a las que une ese dinamismo ideológico del yihadismo salafista, en el caso del Estado Islámico la tenebrosa bandera negra del califa Ibrahim.
Pero igual que nos habló Carlos Echeverría de Afganistán, de Filipinas, Siria, Irak, o Yemen, lo hizo también de Rusia y del espacio ex soviético, y es importante además porque, en un momento en el que escuchamos conferencias de analistas de seguridad, con análisis en los que Rusia es el enemigo, es el adversario, es la gran preocupación en el contexto de la seguridad europea, Rusia parece ser tan víctima como nosotros del terrorismo yihadista. El terrorismo yihadista golpea con saña el suelo ruso, Chechenia es Rusia, Daguestán es Rusia, Serbia también, y el espacio ex soviético lo introducimos en esta ecuación en la medida en que países por ejemplo como son las cinco repúblicas del Asia Central, que es verdad que ya son países independientes pero que desde la perspectiva rusa, del Kremlin, y del presidente Putin, forman parte de un espacio que antaño fue suyo.
Y en ese espacio, en esas repúblicas que además son de población con mayoría musulmana, la ideología yihadista, de la mano de Al Qaeda y del Estado Islámico encuentra una ventaja de oportunidad, capta, recluta y moviliza individuos.
Cuando analizamos el atentado de Estocolmo de la feria de primavera o el atentado de año nuevo en la discoteca de Estambul, nos damos cuenta que los autores de esos ataques fueron personas de esas latitudes. Rusia tiene a miles de sus nacionales combatiendo bajo bandera del Estado Islámico, y Rusia es verdad que colabora con su aliado Bashar al-Asad en el contexto de Siria, pero desde que Rusia aparece en Majestad, con una gran visibilidad militar en el escenario de Siria a partir del 30 de septiembre de 2015, uno de sus objetivos fundamentales ha sido precisamente eliminar al máximo número posible de nacionales suyos convertidos en Muyahidines, guerreros sagrados del islam, terroristas del Estado Islámico». Luego nos dijo lo siguiente:
«Estamos hablando de algo que, lo siento pero, ya sabían a lo que se exponían viniendo a una conferencia sobre el Estado Islámico y Al Qaeda. Estamos ante un escenario en el que, aunque queramos transmitir una idea de esperanza en términos de reducción de la amenaza, creo que siendo un analista responsable debemos transmitir lo que les estoy transmitiendo yo, porque es una realidad y porque ese revulsivo aldabonazo es bueno que lo sintamos y que lo recibamos para reaccionar como ciudadanos responsables, porque aparte de lo que rodea a España y a Europa, y que en cierta medida les acabo de explicar con algunos ejemplos concretos, recuerden que España y el resto de Europa también es escenario de ese yihad guerrero, de esa necesidad de combatir por una visión que ellos creen la auténtica del islam y que cada vez tiene más escenarios de implementación en suelo de Europa Occidental«.
Desde 1995 París es un objetivo del terrorismo yihadista, pero indudablemente en 2015 lo ha sido en una forma brutal, con los atentados contra Charlie Hebdo y Bataclán y todos esos escenarios dantescos que todos tenemos en mente. El Reino Unido también ha sido uno de esos escenarios habituales pero cada vez hay más países tradicionalmente ajenos a lo que ha sido la fijación del terrorismo islamista, del yihadismo salafista, por el escenario europeo. Ya podemos incluir a Suecia, nos hablaba de Estocolmo, ya podemos incluir incluso a Finlandia, la ciudad de Turku, y podemos incluir por supuesto a Alemania, cada vez con más intensidad, en distintos escenarios, siendo el más importante el ataque del mercado navideño de Berlín, el pasado mes de diciembre.
Quiso destacar el ponente que estamos ante una ideología que hay que derrotar y ante una multiplicidad de siglas que van mucho más allá de Al Qaeda y del Estado Islámico y eso es extremadamente importante. Recuerden que la amenaza terrorista, que hace que tantas conferencias como esta proliferen, se ha visto sobredimensionada en los últimos 5, 6, 7 años y medio.
Es decir, antes de 2010 existía la preocupación porque existía la amenaza, el 11 de septiembre está ahí para recordarlo, pero también el 11M, un zarpazo clave y sufrido por España, y que hoy por hoy sigue siendo el ataque terrorista más letal que se ha producido en suelo occidental hasta ahora, más que Bataclán y más que los ataques más recientes.
Pero a partir de 2010 y 2011 hay un proceso que se produce en una serie de países, que todos ellos aparecen en el mapa mostrado, que es el de las Revueltas Árabes, que transforma en términos estructurales la situación de seguridad en la región y que permite, y esto es importante recordarlo, que la amenaza terrorista representada por el yihadismo salafista y las siglas que abrazan y beben esa ideología, hayan crecido exponencialmente y haya nacido, por ejemplo, un actor tan aterrador, tan preocupante como es el Estado Islámico.
Porque las Revueltas Árabes, que fueron vistas dentro y fuera del mundo afro-musulmán por muchos con esperanza en términos de proceso de cambio a mejor, de apertura, democratización, de saneamiento del juego político, lo que permitieron fue alterar el status quo previo, que no era perfecto, indudablemente que no, pero que ha degenerado en algunos escenarios más que en otros, en términos generales, a una situación de caos que sufren ante todo y sobre todo los ciudadanos de países del afro-musulmán y sufrimos también nosotros.
El Estado Islámico no es sino una transformación de un embrión que en su día perteneció a la casa madre Al Qaeda, que se transforma en un grupo de la mano de un líder arrogante que pretende convertirse en el nuevo califa, Abu Bakr al-Bagdadi.
Es el resultado del aprovechamiento de un escenario de caos, en este caso concreto de Siria, también en Irak, que permite que ese grupo haya alcanzado la dimensión que ha alcanzado. Sin las Revueltas Árabes no habríamos tenido un proceso de desmoronamiento del Estado libio y no hubiéramos tenido tampoco un proceso de agravamiento de la situación interna del Estado de Malí, que nos haya obligado a intervenir en ese país como lo hemos hecho.
La situación previa a 2010 en todos estos escenarios, insistió Echeverría, en que no era la deseable, ni en aspectos políticos, ni en aspectos económicos, ni en aspectos sociales, era manifiestamente mejorable, pero en ese proceso de revueltas, esa transformación de la situación del status quo previo, ese desmoronamiento y debilitamiento de los aparatos de seguridad y de la estabilidad nacional y regional, ha sido en buena medida aprovechada por actores hostiles, por actores yihadistas, por el yihadismo salafista como ideología y por sus seguidores, como actores que atizan dicha ideología.
Lo vemos en Egipto, un país donde la pérdida del poder por parte del presidente Hosni Mubarak fue recibida, es algo que todos hemos vivido recientemente, como un resultado lógico de unas movilizaciones populares, dentro y fuera de la plaza Tahrir. Pero Egipto, que era y es, uno de los países centrales del mundo árabe y del mundo islámico, entra en un proceso de deterioro de su seguridad impresionante, que permite que una porción de su territorio, que es la Península del Sinaí, fuera la primera provincia, declarada como tal, por el Estado Islámico en el marco de su expansión territorial.
Lo que pretende el califa Ibrahim, que ya ha sido eliminado, pero cuyo legado está y estará ahí, en las redes sociales y en la memoria colectiva de quienes abrazan su ideología, lo que pretendía a diferencia de lo que había pretendido hasta entonces Al Qaeda, fue dar un paso, por no decir una zancada, en términos de construir un Estado verdaderamente musulmán desde su punto de vista, evidentemente. Al Qaeda no pretendió tal cosa en ningún momento y eso a pesar de los grandes atentados terroristas que cometió, como los del 11 de septiembre.
Osama bin Laden era, como todos ustedes saben, ante todo y sobre todo, aparte de líder, un gran organizador. Él estudió Marketing y Organización de Empresas en la Universidad Rey Abdulaziz, de Jeddah. Pertenecía a una familia de grandes inversores y constructores y veía al mundo y a su empresa alqaidista como una herramienta para ir creando las precondiciones que en su momento, y si fuera posible, crearan ese califato universal.
Pero no veía esas condiciones, ni las vio maduras en el momento en el que otro actor, Abu Bakr al-Bahgdadi sí consideró que era posible llevar adelante tal empresa. De ahí que surgieran algunos roces entre un grupo y otro y que, en algunos momentos fueran roces que se transformaron incluso en enfrentamientos armados que generaron en muchos analistas la esperanza de que enfrentándose entre sí, ambos grupos acabaran consumiéndose, debilitándose y esfumándose.
Esto no ocurrió así porque el vigor del yihadismo salafista lo que hace es alimentar aún más el combate entre unos y otros. Pero el califa Ibrahim consideró que el verano de 2014 era el momento de dar el paso y construir el califato universal, y comenzó a declarar provincias para ir pergeñando esa territorialización de su proyecto Yihadista, y la primera como digo fue la Península del Sinaí, la Shibh Yaziret Sina. Luego declaró tres provincias en lo que hoy conocemos como territorio de Libia, una provincia en Argelia, y una provincia en el Africa Occidental, de la mano de Boko Haram. Estamos pues ante un actor expansivo, ante un actor arrogante y que, en términos propagandísticos ha manejado como pocos esa tecnología occidental de ofrecer imágenes de
altísima calidad, de consumo habitual entre nuestros jóvenes, y no tan jóvenes, reflejando en esas imágenes una crueldad extrema.
Ese Estado Islámico surge porque las Revueltas Árabes generan las condiciones propicias para que algún actor, como Abu Bagh al-Bagdadi diera ese paso, y es importante que lo recordemos y que nos tomemos en serio las cuestiones de seguridad y las Relaciones Internacionales, la política internacional y sus elementos definitorios. Alimentar como se alimentaron revueltas árabes, per se, transformando situaciones no deseables, pero comparadas con lo que podía ser un escenario aún peor, fue una enorme irresponsabilidad en muchas personas, muchas de ellas occidentales.
Descabezar el régimen libio, como se hizo, o tratar de descabezar el régimen sirio, como también se trató de hacer, conllevó mucha irresponsabilidad y estamos hablando, en términos históricos, de anteayer, del año 2010 y 2011. Precisamente el haber alimentado la inestabilidad estructural y el haber jugado a la alta política, si lo permiten, desde una posición de salón, ha llevado a obviar realidades concretas que tenemos que conocer a priori antes de jugar a esa política de salón.
El caso de Siria es un caso emblemático. Es un país que entra en la dinámica de las Revueltas Árabes en marzo de 2011, después que lo hicieran Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Barhein, pero no se puede comparar unos países con otros y pensar que los escenarios son iguales. Siria era y es un país muy especial, con un régimen totalitario, entonces y hoy, situado en un tablero extremadamente delicado como es el Oriente Próximo. Siria además no es Libia en términos de comparar un país sólido y con sólidos lazos entre actores importantes de la sociedad internacional que era y es Siria, con una Libia dejada, si ustedes quieren, de la mano de Dios.
Siria era y es, en términos de interacción profunda con actores potentes de la sociedad internacional, un aliado de la Federación de Rusia, un aliado de la República Islámica de Irán, un país en estado formal de guerra con el Estado de Israel, un país dinamizador de actores potentes, no estatales, como Hezbolá, un país situado en términos de vecindad en el entorno de Irak y de una zona extremadamente sensible.
Lo que nos quiso decir Carlos Echeverría es que, indudablemente, animar procesos de cambio en relación con Siria y su régimen implicaba automáticamente el provocar reacciones que se produjeron por parte de esos actores que se han citado. Esto es importante tenerlo en cuenta como importante hubiera sido también tener en cuenta que animar procesos de cambio en un país como Libia no iba a llevar única y exclusivamente como resultado la posible pérdida del poder de la mano del coronel Gadafi, un personaje criticable, hasta el límite que ustedes quieran, indudablemente, pero que aparte de su perfil como Jefe de Estado, que durante muchos años fue desestabilizador, la Libia de Gadafi implicaba otras muchas cosas.
De esas otras muchas cosas, que quiso destacar Echeverría esta tarde, resaltó dos. La más importante quizás, en términos humanos y humanitarios es que la Libia estable de Gadafi permitía que millones de personas vivieran y trabajaran en su territorio, hablamos de extranjeros, no de libios. Permitía que más de dos millones de subsaharianos pudieran vivir y trabajar en Libia sin la necesidad de intentar cruzar el Mediterráneo porque tampoco hay muchas direcciones alternativas para buscar un futuro mejor. Era un país que permitía que un millón y medio de egipcios viviera y trabajara en otro país, con seguridad, con trabajo que no encontaba por supuesto en su país natal.
Todo eso, cuando se altera el status quo libio, cuando se desmorona el Estado Libio, se viene abajo, con consecuencias hasta la actualidad.
El segundo gran elemento a considerar en relación con Libia es que, cuando analizamos cualquier Estado, no debemos centrarnos solo en sus fronteras y en considerarlo un actor más de la sociedad internacional . Hay que desmenuzar lo que bulle dentro de sus fronteras y las reglas de funcionamiento de las sociedades que habitan en los países, y en el caso de Libia estamos
ante una sociedad tribal. Es algo que en la posmoderna Europa a veces escandaliza, que un analista hable de tribus o sociedades tribales. Quizás esté superado aquí, aunque también tenemos nuestras tribus, no lo olvidemos. Pero en algunos lugares las tribus tienen una manifestación mucho más visible, contundente, firme, y el caso de Libia es emblemático. Si en Libia un líder tribal descabezado no es sustituido por otro líder tribal, tenemos un problema, y evidentemente tenemos un problema porque en Libia lo que se ha pretendido en aras de ese cambio a mejor, en Libia y en los demás países de las Revueltas Árabes, ha sido y es construir una democracia.
Esa democracia hoy por hoy no existe como saben en territorio libio, sino que existen ahora mismo tres gobiernos y un esfuerzo para concentrar esfuerzos en torno a uno de ellos que goza de cierta legitimidad, pero solo de cierta legitimidad, y el escenario sobre el terreno es la multiplicación de los factores y actores, tribales, milicias, y armas.
Y en ese escenario es donde precisamente el Estado Islámico más consiguió acercarse a nuestra casa, a nuestro territorio nacional español y a nuestro territorio de la Unión Europea. Y esto ocurrió como ustedes saben hace muy poco tiempo, en aquellos momentos en los que el Estado Islámico activó sus provincias de Cirenáica, Tripolitania, y de Fezzan, donde cometió aquellas atrocidades que transmitió a través de sus horrendos vídeos, donde prometieron desde las playas próximas a Cirte dar el golpe o el salto hasta Roma, y donde ha habido que llevar adelante un enorme esfuerzo para cuando menos arrebatar ciudades y porciones del país que habían caído en poder del Estado Islámico.
Y como ven, el pasado viernes, los Estados Unidos aún han tenido que llevar adelante operaciones quirúrgicas, en este caso desde el aire, para tratar de decapitar rebrotes de la amenaza del Estado Islámico que siguen surgiendo en suelo libio.
El presidente Obama cede el testigo de la presidencia al presidente Trump,como recordarán, un domingo. El viernes anterior, en una de sus últimas decisiones presidenciales, ordenó un bombardeo mucho más contundente que el del viernes pasado sobre posiciones del Estado Islámico en suelo libio, eliminando un centenar largo de terroristas, sus almacenes de armas y municiones, «Libia, lamentablemente, es ese escenario, independientemente de que nuestros políticos y nuestros diplomáticos traten de transmitirnos con cierta frecuencia que de sus esfuerzos negociadores están surgiendo ventanas de oportunidad en términos de riesgo«.
Lo que nos explicó con esta aproximación atropellada y algo macabra es que los actores muy determinados que se ven movilizados por una ideología hostil, pero atractiva, lamentablemente, para muchas personas que es el yihadismo salfista, se aprovechan y lo hacen porque son inteligentes y porque diseñan estrategias interesantes y prácticas, de nuestras contradicciones en muchos rincones del mundo.
El caso de Siria, ¿qué ha generado?, ha generado que, frente al análisis que pueden ustedes encontrar fácilmente de, ante todo y sobre todo, un debilitamiento del Estado Islámico, gracias a la labor de las coaliciones internacionales que lo combaten, sobre todo la liderada por los Estados Unidos, hoy nos encontramos con un escenario extremadamente preocupante. Contiene eso sí un elemento positivo en la medida en que el Estado Islámico es menos fuerte que hace año y medio, pero contiene uno o varios elementos negativos, en la medida en que las soluciones que se están aplicando están excesivamente focalizadas en la idea de derrotar al Estado Islámico olvidando a otros actores también terroristas, como es Al Qaeda, y porque en ese esfuerzo necesario para combatir al Estado Islámico estamos generando consecuencias que van a generar ocasiones que los terroristas van a poder aprovechar en términos de presente y futuro. Fíjense que, ahora mismo, se está votando en el Kurdistán iraquí por romper el país y por conseguir la independencia política con respecto a Bagdad, mal movimiento, siempre lo es tratar de romper países, ese reforzamiento, esa revitalización y esa nueva aspiración sobredimensionada de los kurdos iraquíes, es el efecto directo del papel que han adquirido en el contexto de ese esfuerzo internacional contra el terrorismo islámico, en el contexto más amplio de las Revueltas Árabes.
Son consecuencias que alguien puede decir que eso forma parte del Oriente Medio y de su complejidad, pero no es así.
Y son procesos en los que, quienes verdaderamente están obteniendo ventajas para reforzar sus filas, para dinamizar su motivación, para expandir sus espacios de actuación, son los grupos yihadistas. Mal que nos pese, está siendo así, con una expansión además a lo largo y ancho del mundo, pero no solo en el Oriente Próximo, no solo en el África Occidental, también en el Cuerno de África con Al-Shabab, y también como hemos visto antes, en lugares tan lejanos como Afganistán o Filipinas.
El que esto sea así se debe a distintos motivos. Al Qaeda, para algunos, es efecto directo del apoyo occidental a determinados actores en Afganistán para que derrotasen a la Unión Soviética.
Algunos van más allá y afirman que Al Qaeda fue creada por la CIA.
Estas teorías conspiratorias sobran en un mundo de análisis riguroso y profundo. Bien es verdad que, en el contexto de la Guerra de Afganistán, y para derrotar a un enemigo, en un contexto de Guerra Fría, como era la Unión Soviética, se apoyó a través de actores interpuestos a aquellos que podían enfrentarse en el terreno contra los soviéticos, los materialistas, los comunistas, y efectivamente algunos de esos actores luego siguieron con su propia guerra, que no era precisamente ganar la guerra en beneficio de los Estados Unidos.
Al Qaeda, ante todo y sobre todo es, como el Estado Islámico, una organización que pretende prioritariamente enderezar el islam, es profundizar en el mundo islámico para que todos los musulmanes sean verdaderos musulmanes, y a partir de ahí luego hay otras cuestiones que también pueden tener su importancia, como es enfrentarse a occidente, a los Estados Unidos, a Europa, pero es secundario. Lo principal es, en términos ideológicos y de praxis, intramusulmán.
En esa dinámica tenemos a una Al Qaeda que en 2010 es una organización vital, es una organización que secuestra nacionales españoles en el Sahel, que comete atentados en el estrecho de Ormuz, que está presente a lo largo y ancho del mundo.
Pero en el otoño de 2010 y los primeros meses de 2011, llegan las Revueltas Árabes, que generan muchas cosas, con efectos negativos para la seguridad del mundo afro musulmán y del resto del mundo, y es en ese contexto de deterioro de la seguridad en países como Libia, Yemen o Siria, donde encontramos un órdago que es el representado por el Estado Islámico.
Es un grupo que teniendo un antecedente en Irak, en Al Qaeda, en el verano de 2014 nos sorprende a todos con su órdago en términos virulentos que nos han llevado a la situación en la que estamos.
Finalizó su conferencia Carlos Echeverría con la esperanza de habernos trasmitido una reflexión de importancia sobre el horror del terrorismo yihadista salafista, como para provocar preguntas interesantes, y nosotros finalizamos esta crónica agradeciendo de nuevo, desde estas sencillas líneas de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, a Carlos Echeverría su franqueza y valentía al hablarnos como lo hizo pues gracias a su magnífica conferencia abandonamos el Patio de la Infanta de Ibercaja mucho más informados acerca de lo que es la amenaza del terrorismo yihadista salafista y también, justo es reconocerlo, algo más preocupados.