Aún a fuerza de repetirnos, diremos que hay ocasiones en las que resulta especialmente grato el relatar un acontecimiento y ésta es para nosotros una de ellas pues vamos a ofrecerles la crónica de un importante acto, de gran brillantez y solemnidad, celebrado recientemente en la Inmortal Ciudad de Zaragoza.
El pasado día 1 de junio de 2019 tuvimos el gran honor de ser invitados a la Ceremonia de Ingreso y Juramento de Caballeros y Toma de Posesión de Damas de la Real Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo.
El solemne acto se celebró en la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo, de Zaragoza, y estuvo presidido por S.A.R. Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, Duque de Calabria, Conde de Caserta y Jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias.
No hace mucho tiempo que les ofrecimos una reseña histórica acerca de la Cofradía de Nobles del Portillo, con motivo de otro evento, y hoy queremos traer a nuestras páginas un recordatorio histórico sobre la que ha sido siempre, y es, la sede canónica de esta Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía, la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo, y para ello nos apoyaremos en la documentada información que nos proporciona la propia cofradía.
El origen de la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo se remonta a la época de la Reconquista, vinculada a una intervención milagrosa de la Virgen.
Según la tradición, en marzo del año 1119 (o según algunos historiadores en 1137) los musulmanes abrieron una brecha en la muralla exterior de ladrillo y tierra que protegía la ciudad; acto que no pudieron llevar a cabo gracias a la aparición milagrosa de la Virgen en la muralla acompañada de un ejército de combatientes celestiales, lo que provocó la huida de los invasores. Al parecer se encontró una pequeña imagen, de piedra blanca, que fue considerada como el símbolo de la defensa a los cristianos.
Este hecho milagroso dio origen a la veneración a la Virgen del Portillo, en cuyo honor se construyó en primer lugar una hornacina en el muro que albergaba la imagen de la Virgen.
Pasado un tiempo esta ubicación inicial dio paso a una especie de cobertizo sostenido sobre pilares cerrados con ladrillo y yeso, de mayor consistencia, constituyendo lo que se llamó «la Capilla u Oratorio».
El 19 de febrero de 1350, debido al considerable aumento de la devoción popular, se autorizó la construcción del segundo templo, de unos 30 metros de largo por 15 de ancho, de una sola nave.
Para este templo se talló la imagen actual de la Virgen del Portillo, de alabastro policromado, que está situada en la actualidad en el retablo mayor.
Desde su origen, la Cofradía de Nobles del Portillo se ha ocupado de este templo, lo ha administrado y costeado en gran medida.
Los privilegios otorgados por los Reyes Fernando el Católico en 1493 y Carlos I en 1539 permitieron a la Cofradía de Nobles del Portillo la petición de limosnas para adornar y mejorar el aspecto del templo. Se da la circunstancia de que Carlos I regaló al Santuario una reliquia de Santa Águeda para favorecer la devoción popular del templo y ayudar a aumentar el número de limosnas.
Y desde entonces, el día 5 de febrero, festividad de Santa Águeda, las mujeres zaragozanas acuden con gran fervor a esta iglesia para venerar las reliquias de la mártir que se guardan en su interior.
El templo llegó a tener tres retablos, obra de los maestros Gil Morlanes el primero, Forment el segundo, y Moreto y Joly el tercero, y un suntuoso templete para albergar la imagen de laVirgen, obra de Gil Morlanes, realizada entre 1506 y 1521, todos ellos destruidos en la Guerra de la Independencia.
A finales del siglo XVII (1698) la Cofradía se plantea la construcción de un templo nuevo. Los autores del proyecto serán Joseph Borgás y Gaspar Serrano.
El 23 de julio de 1702 el arzobispo de Zaragoza, D. Antonio Ibáñez de Riva Herrera, coloca la primera piedra del actual edificio. Las obras se concluirán en 1760, retomando el proyecto los maestros Francisco Pontón y Marcos Tarazona, y el carpintero Juan Laviña, siendo posteriormente la iglesia decorada con altares y numerosas imágenes, que no se conservan.
Los Sitios sufridos en Zaragoza en 1808 y 1809 supusieron la ruina del templo, que hubo de reconstruirse en el siglo XIX, también costeado en gran parte por la Real Cofradía, según un proyecto de José de Yarza Lafuente y posteriormente José de Yarza y Miñana, hijo del anterior, a quien pertenecen los planos y proyecto que le dará su aspecto actual. La obra total se concluirá en 1898 a excepción de los cuerpos superiores de las torres y la capilla del sepulcro de las Heroínas.
Las obras restantes fueron acabadas en 1965.
Una vez hecha esta necesaria introducción histórica acerca de la Iglesia del Portillo, retornamos al relato de la solemne ceremonia celebrada en ella el pasado 1 de junio, que tuvo su inicio a las 11.30 horas.
S.A.R. Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, presidió el acto, al que asistieron las siguientes personalidades: Hermano Mayor de la Cofradía, Excmo. Sr. D. Juan-Gualberto de Balanzó y de Solá; Teniente de Hermano Mayor, Ilmo. Sr. D. Arturo Guillén y Bruned; Caballero Fiscal, Excmo. Sr. D. Luis Navarro y Elola; Dama Secretaria-Canciller, Ilma. Sra. Dña. Elsa Elola y Navarro; Vicesecretaria, Ilma. Sra. Dña. Pilar Cavero y Moreno; Maestro de Ceremonias, Ilmo. Sr. D. Javier del Arco y Carabias-Méndez.
Asistieron miembros, entre otras, de las siguiente Órdenes y Corporaciones: Orden Militar de Montesa; Real Maestranza de Caballería de Zaragoza; Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid; Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén (Oriental y Occidental); Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña; Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge; Real Estamento Militar del Principado de Gerona.
También asistieron el Jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil en Aragón, GB. Excmo. Sr. D. Carlos Crespo Romero y el Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza, Ilmo. Sr. D. José Antonio Mingorance Sánchez Invitado al acto, asistió igualmente Don Manuel Grao Rivas, Jefe de Relaciones Institucionales del Tercio Norte «General Aranda» de los Reales Tercios de España, fundados en 1942 por S.A.R. Don Juan de Borbón y Battemberg.
En los preámbulos del acto, los intervinientes más directos se situaron previamente en una capilla lateral, al final del templo. Desde allí se desplazaron en procesión, por la Vía Sacra, hacia el altar mayor precedidos por el Estandarte de la Real Hermandad, portado por el Teniente de Hermano Mayor. Las Damas, de riguroso negro y mantilla, y los Caballeros de elegante chaqué, avanzaron con arreglo al siguiente orden: Neófitas, Neófitos, Damas, Caballeros, Consejo, Hermano Mayor, S.A.R. el Duque de Calabria y Sacerdote oficiante.
Se colocó el Estandarte en su lugar y S.A.R. D. Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans ocupó un sitial del lado del Evangelio. A su vez, el Sacerdote oficiante, el Hermano Mayor, el Fiscal, la Secretaria-Canciller, y la Vicesecretaria ocuparon una mesa delante del altar donde se habían dispuesto un Crucifijo, los Santos Evangelios y las Insignias. Durante esta secuencia escuchamos la composición religiosa Veni Creator Spiritus, interpretada al órgano por Gregorio Lasierra, organista titular de la Basílica de Santa Engracia, de Zaragoza.
Seguidamente el Hermano Mayor, Excmo. Sr. D. Juan-Gualberto de Balanzó y de Sola, se dirigió a todos los asistentes con las siguientes palabras: Damos comienzo al Capítulo General de la Real, Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo de Zaragoza, en el que se dará la Entronización de S.A.R. D. Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, Duque de Calabria y Conde de Caserta, Jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias, como Hermano Mayor Honorario de esta Real Cofradía.
Como conviene a un acto solemne de esta naturaleza solicitaremos el auxilio del Espíritu Santo, con la entonación del Himno Veni Creator Spíritus para que ilumine a todos los presentes, especialmente a los Caballeros y Damas que van a realizar el juramento.
El Capellán Mayor recitó la oración de Pentecostés y a continuación el Maestro de Ceremonias se dirigió al sitial ocupado por S.A.R. y lo condujo hasta la mesa ocupada por el Capellán Mayor de la Cofradía, el Hermano Mayor, la Secretaria-Canciller y la Vicesecretaria.
S.A.R. El Duque de Calabria se situó, de pie ante la cruz, con la mano derecha en alto para jurar sobre los Santos Evangelios.
El Capellán Mayor leyó la siguiente fórmula de juramento: ¿Juráis defender la Religión Católica, Apostólica Romana y cumplir y guardar todas las obligaciones que determinan las Ordenanzas y resoluciones de esta Ilustre Cofradía? A ello el Duque de Calabria contestó: SI JURO
El Capellán Mayor le replicó: Si así lo hiciereis, Dios os lo premie, y si no, os lo demande.
A continuación, el Capellán Mayor bendijo las Insignias y las entregó al Fiscal.
Seguidamente tuvo lugar el Acto de Obediencia al Hermano Mayor, el cual de pie, sostenía en su mano el bastón que usa para su cargo.
S.A.R. el Duque de Calabria, con el brazo y mano derecha extendidos horizontalmente, dijo: Yo Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, Duque de Calabria, Conde de Caserta, Jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias, por mi fe de Caballero presto la debida obediencia al Hermano Mayor de esta Ilustre Cofradía, comprometiéndome a observar y cumplir las Ordenanzas y resoluciones de la misma para su mayor honor y aumento.
El Fiscal entregó al Hermano Mayor las insignias asistido, esta vez, por el Maestro de Ceremonias.
El Hermano Mayor saludó protocolariamente a S.A.R. y le hizo entrega del Bastón de Mando, que mantendría en su poder durante toda la Ceremonia.
S.A.R. retornó a su sitio acompañado por el Maestro de ceremonias.
A continuación, el hermano Mayor anunció el inicio del Acto de Juramento de Caballeros y Toma de Posesión de Damas.
Hacemos un inciso, queridos lectores que nos siguen, para decir que reflejamos estas secuencias rituales y protocolarias porque no suelen ser detalladas, habitualmente, en crónicas y publicaciones, y estimamos que deben ser conocidas o recordadas.
La Dama Secretaria-Canciller subió al ambón y llamó por su nombre y uno a uno a los Caballeros
que iban a prestar juramento, y a sus padrinos.
El primero de ellos fue el Ilmo. Sr. D. Fernando Pascual de Quinto y Santos-Suarez. Apadrinado por el Excmo. Sr. D. Luis Navarro y Elola.
Al llegar a la Mesa, auxiliado por el Maestro de Ceremonias, realizó una inclinación de cabeza como muestra de saludo respetuoso al Hermano Mayor.
Gesto que fue secundado por el padrino, situado inicialmente un paso tras de él, a su izquierda y con la mano posada sobre su hombro. Seguidamente se repitió el mismo ceremonial de Jura y Obediencia, seguido por S.A.R. D. Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans.
El Capellán bendijo la Insignia y la entregó al Fiscal. El Fiscal entregó la Insignia al Hermano Mayor que la impuso al Neófito a la vez que le daba la bienvenida. La Vicesecretaria le hizo entrega del Diploma. Terminado el juramento, el nuevo Caballero se retiró a su sitio estipulado en el Templo, siguiendo la indicación del Maestro de Ceremonias.
Con el mismo esmerado protocolo, realizaron el juramento los siguientes Caballeros: Ilmo. Sr. D. Fernando Ferraz y Español. Apadrinado por el Excmo. Sr. D. Luis Navarro y Elola
Ilmo. Sr. D. Camilo de Valenzuela y Claros. Representado por el Ilmo. Sr. D. Javier del Arco y Carabias-Méndez
Ilmo. Sr. D. Miguel de Quadras y Sans. Apadrinado por el Ilmo. Sr. D. Javier del Arco y Carabias-Méndez
Ilmo. Sr. D. Arturo Guillén y Bruned. Apadrinado por el Excmo. Sr. D. Luis Navarro y Elola
Ilmo. Sr. D. Manuel Luis Ruiz de Bucesta y Álvarez. Apadrinado por el Ilmo. Sr. D. José Alfonso de Arnedo y Areitio
Ilmo. Sr. D. José Manuel Huidobro y Moya. Apadrinado por el Ilmo. Sr. D. Javier del Arco y Carabias-Méndez
Ilmo. Sr. D. David Huidobro y Sanz. Apadrinado por el Ilmo. Sr. D. Javier del Arco y Carabias-Méndez
Ilmo. Sr. D. Ángel de Bueres y Fernández de Santa Eulalia. Apadrinado por el Ilmo. Sr. D. Javier del Arco y Carabias-Méndez
Ilmo. Sr. D. Juan-Gualberto Abad de Balanzó.Apadrinado por el Excmo. Sr. D. Luis Navarro y Elola
Ilmo. Sr. D. Joaquín Gómez de Olea y Mendaro. Representado por el Excmo. Sr. D. Luis Navarro y Elola
Seguidamente se inició la ceremonia de Toma de Posesión de Damas. La Dama Secretaria-Canciller, sin abandonar el ambón, procedió a llamar a cada Dama Neófita por su nombre, y a su madrina.
La Ilma. Sra. Dña. Elia Padilla y Muñoz, avanzó hacia la mesa acompañada de su Madrina, la Ilma. Sra. Dña. María Cruz Ferraz y Español, y auxiliada por el Maestro de Ceremonias.
El Capellán bendijo el Lazo de Dama y lo entregó al Fiscal.
A continuación prestó la neófita la obediencia al Hermano Mayor en la siguiente forma: se acercó la Dama y con el brazo y mano derecha extendidos horizontalmente, pronunció las siguientes palabras: Yo, Doña Elia Padilla y Muñoz, por mi fe de Dama, presto la debida obediencia al Hermano Mayor de esta Ilustre Cofradía, comprometiéndome a cumplir las Ordenanzas y resoluciones de la misma para su mayor honor y aumento.
El Fiscal entregó las Insignias al Hermano Mayor el cual las impuso a la neófita y le saludó oportunamente.
Finalizada la Toma de Posesión, la nueva Dama, auxiliada por el Maestro de Ceremonias, se retiró al sitio estipulado en el templo.
Este mismo ritual se repitió con las siguientes Damas: Ilma. Sra. Dña. Inmaculada Serrano y Méndez. Amadrinada por la Ilma. Sra. Dña. María Cruz Ferraz y Español
Ilma. Sra. Dña. Inés Abad de Balanzó. Amadrinada por la Ilma. Sra. Dña. Carmen de Balanzó y Laín
Ilma. Sra. Dña. Blanca del Rosario Mantilla de los Ríos y Sartorius. Amadrinada por la Ilma.
Sra. Dña. María del Pilar Fernández Cano y de Hoyos
Excma. Sra. Dña. Concepción de Valenzuela y Elorz, Marquesa Viuda de Huarte. Amadrinada por la Ilma. Sra. Dña. María Cruz Ferraz y Español
Ilma. Sra. Dña. Lydia Caro y de Valenzuela, Marquesa de Huarte. Amadrinada por la Ilma.Sra. Dña. María Cruz Ferraz y Español
Ilma. Sra. Dña. María Asunción Castellano y Prats. Amadrinada por la Ilma.Sra.Dña.Paloma Cavero y Moreno
A continuación, la Excma. Sra. Dña. Concepción de Valenzuela y Elorz, Marquesa Viuda de Huarte, en representación de todos los nuevos Caballeros y Damas, pronunció las siguientes palabras:
«Doy las gracias en nombre de las Damas y Caballeros que nos incorporamos hoy a la Real, Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo. Señora, a tus plantas nos inclinamos y veneramos. Estamos aquí para mantener y fomentar nuestro culto bajo la advocación del Portillo, que desde tantos siglos se venera en esta iglesia. Protégenos Madre Santísima, también a España y a nuestra ciudad de Zaragoza, como hiciste en la Edad Media.
Te pedimos especialmente por el anterior Hermano Mayor, Juan Luis Cavero, Marqués de Lacar, persona tan querida entre nosotros. También por Gaspar Castellano, cofrade fallecido recientemente. Su hija entra hoy en la Cofradía, es un honor para nosotros y es la continuidad de su padre. Algunos también tenemos antepasados que nos precedieron como Nobles del Portillo. Fueron: el Marqués de Huarte, Mariano Frías Salazar, y el Barón de la Linde, Enrique Sánchez Muñoz. Procuraremos mantener las esencias que ellos nos legaron. Nos es muy grato acompañar a D. Pedro de Borbón-Dos Sicilias, que será Hermano Mayor Honorario como lo fue su padre, S.A.R. el Infante D. Carlos, de feliz memoria para todos los que le tratamos.
Vuelvo a pedir a Nuestra Señora del Portillo su bendición para todos los penitentes a esta Ilustre Cofradía. ¡Virgen Bendita! protégenos a enfermos y sanos.
Seguidamente el Hermano Mayor, Excmo. Sr. D. Juan-Gualberto de Balanzó y de Solá, cerró el acto de Jura de Caballeros y Toma de Posesión de Damas, y se dirigió a la Asamblea con las siguientes palabras:
Desde la última Ceremonia de Ingreso y Juramento de los nuevos Caballeros y Toma de Posesión de las Damas, del año 2014, la vida corporativa ha seguido su vida ascendente de consolidación y crecimiento. Pero hemos tenido que lamentar el fallecimiento de su Hermano Mayor Honorario, el Serenísimo Señor Don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y de Borbón Parma, Infante de España, Duque de Calabria, Conde de Caserta, Jefe de la Casa Real de Borbón-Dos Sicilias. La desaparición de S.A.R. ha representado un duro golpe para la Real Cofradía pues en todo momento contábamos con su incondicional apoyo y consejo, tan necesarios para el desarrollo y cumplimiento de los fines de la Real Corporación.
También el reciente fallecimiento de nuestro Hermano Mayor, el Excmo. Sr. D. Juan Luis Cavero y Caro, Marqués de Lácar, ha representado un duro golpe. Su claro juicio y sencillez guiaron a la Real Cofradía por un camino que conduce a un futuro esperanzador. En memoria de estas personas y de todos los Caballeros y Damas fallecidos en este período y en los anteriores, nuestro más cariñoso recuerdo y oraciones.
Por otra parte, tenemos la satisfacción de la aceptación del cargo de Hermano Mayor Honorario por S.A.R. Don Pedro de Borbón- Dos Sicilias y de Orleáns, Duque de Calabria, Conde de Caserta, Jefe de la Casa Real de Borbón- Dos Sicilias.
Con su nombramiento la Real Cofradía asegura una nueva etapa de crecimiento y de desarrollo de los fines de esta Real Corporación, como lo fue su Augusto padre y sus tíos, S.A.R. D. Fernando de Baviera y Borbón, y S.A.R. D. José Eugenio de Baviera y Borbón, Infantes de España.
Finalmente, habiendo quedado vacante el cargo de Consejero Primero de Entradas, por el reciente fallecimiento de D. Gaspar Castellano y de Gastón, que tanto pesar nos ha causado, se nombra a la
Excma. Sra. Dña. Concepción de Valenzuela y Elorz, Marquesa Viuda de huarte, quien con su conocida experiencia y actividad, asegura el éxito en el empleo de tan importante cargo.
En este año de 2019 se cumplen, según la tradición, 900 años del intento de los moros de reconquistar Zaragoza después de que en 1118 el Rey Alfonso I el Batallador la hubiese conquistado. Pero gracias a la aparición de la virgen y sus ángeles, y la ayuda del pueblo de Zaragoza, la ciudad se mantuvo cristiana.
Después de un período brillante de la Cofradía, en todos los sentidos, hoy hemos tenido el honor de iniciar una nueva etapa. Damos la bienvenida a todos los Caballeros y Damas y les animamos a que, con sus ilustres apellidos, continúen el quehacer de nuestros antepasados.
Que Nuestra Señora del Portillo, que lo defendió para cerrarlo, nos abra uno para cuando nos llegue la hora y nos conduzca a la gloria.
A continuación de estas bellas palabras del Hermano Mayor, que nos hablan del significado histórico y religioso de la primera parte del acto, se celebró la Santa Misa de la Visitación, oficiada por el Capellán Mayor, R.V. Jesús Jaime Navarro. En su inicio escuchamos, interpretada al órgano por Gregorio Lasierra, la composición musical religiosa Primer kyrie de la «Misa de los
Conventos» (F. Couperin).
El Ilmo. Sr. D. Manuel Ruiz de Bucesta hizo la Primera Lectura, de la Carta del apóstol San Pablo a los romanos: Hermanos, que vuestro amor no sea fingido. Aborreciendo lo malo aferraos a lo bueno; amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que así mismo. En la actividad no seas negligentes; en el espíritu manteneos fervorosos sirviendo constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres, manteneos firmes en la tribulación; sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad; Bendecid con los que os persiguen, bendecid, si, no maldigáis; alegraos con los que están alegres, llorar con los que lloran; tened la misma consideración y trato unos con otros sin pretensiones de grandeza sino poniéndoos al nivel de la gente humilde.
La Ilma. Sra. Dña. Lydia Caro y de Valenzuela, Marquesa de Huarte leyó el Salmo Responsorial, al que respondimos: Qué grande es en medio de ti el santo de Israel.
El Capellán Mayor, R.V. Jesús Jaime Navarro, dio lectura de la Proclamación de la buena noticia de Jesucristo según San Lucas.
En aquellos días, María se levantó y se puso en camino, de prisa, hacia la montaña, a una casa de la ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre, se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!». ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho se cumpla.
María le dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador porque ha mirado en la dirección de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí. Su nombre es santo y su misericordia se extiende de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón; derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes; a los hambrientos los colma de dicha y a los ricos los despide con las manos vacías; auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por los siglos. María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.
En la homilía, el R.V. Jesús Jaime Navarro, recordó que celebrábamos en 2019 los 900 años de la aparición de la Virgen en el portillo de la muralla, y quiso comenzar sus palabras expresando agradecimiento a la Real Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora del Portillo porque la permanencia en esta sede, y la propia existencia física de este templo, en esta ciudad, es obra de la Cofradía, que ha efectuado toda su labor, durante siglos, en la administración del Santuario, cuidando y reedificando los distintos templos y difundiendo esta devoción cristiana en nuestra ciudad de Zaragoza.
También recordó que el origen de esta Cofradía se remonta a tiempos muy cercanos a la aparición de la Virgen en la muralla de Zaragoza. Aunque no se dispone de documentación de esa primera época, los historiadores no dudan en afirmar que su origen sería muy anterior al códice, datado en 1350, que preserva la Cofradía, donde se indica que ya entonces estaba perfectamente estructurada y que bien podía tener ya dos siglos de existencia, como opinan los historiadores.
Después nos dijo lo siguiente: Quiero invitaros a todos a contemplar a María. En eso consiste la auténtica devoción, que es uno de los pilares de esta cofradía. Os invito a contemplar a nuestra Madre como esa Virgen que peregrina en el amor, y como aquella que sabe rezar las alabanzas del Señor, María la peregrina del amor.
Hemos escuchado como, una vez que María ha recibido el anuncio del ángel, se pone en camino para visitar a su prima Isabel.
Cualquier otra mujer en sus condiciones se hubiera quedado saboreando las palabras del ángel, o acariciando esa criatura que llevaba en su seno, y tal vez imaginando un futuro próspero para su hijo.
Pero María no se queda en su casa sino que sale presurosa para ver a otra mujer, a su prima Isabel. Ella va a visitar a su prima para servir, recordándonos esa actitud que después hará realidad su hijo,»no he venido para que me sirvan sino para servir«.
La Virgen no se preocupa de sí misma, ni de su recién estrenada maternidad, sino que se pone en camino hacia las montañas de Judea para ayudar a una mujer. Va impulsada por la piedad, por el amor y por la alegría, que hace que sus pies, más que caminar pesada y lentamente, corran velozmente hacia su destino, y la exigencia y el compromiso no se detiene ante las dificultades.
Pero María también es aquella que canta las maravillas que Dios ha hecho en ella, y nosotros, cada uno de nosotros, debemos aprender de ella a entonar nuestro propio Magnificat, cantar las maravillas que Dios ha hecho y sigue haciendo en nuestras vidas. Tenemos que aprender a dar gracias a Dios por los rostros y las personas que han sido significativas en nuestras vidas. Cada uno de nosotros somos lo que somos por las personas que han marcado nuestra historia desde que éramos pequeños, nuestros seres más queridos, nuestros amigos de la infancia, los que han venido después.
Tenemos que aprender a dar gracias a Dios por las personas que llegan y llenan hoy nuestra vida, esas que nos tratan bien y también quienes nos hacen sufrir; Tenemos que aprender a dar gracias también por los hechos, los acontecimientos que cada uno de nosotros vamos viviendo, por esos tiempos de alegría y confianza, pero sobre todo por esas lecciones que hemos ido aprendiendo, por esos retos que hemos podido afrontar y por quienes los hemos podido compartir.
Finalizó el R.V. la homilía con las siguientes palabras: Tenemos que tener siempre un corazón agradecido como María. Es una actitud que debe estar presente siempre en nuestro corazón. Termino recordando que hoy nos dirigimos a ella, a María, a la Madre, para que siga guiándonos en esa peregrinación en este mundo, en la que atravesamos, de gozo y también de duda; de momentos de crisis, de sufrimiento y de expiación. Pedimos hoy a Nuestra Señora del Portillo, nuestra Madre y nuestra Patrona, que nos acompañe en esa peregrinación, en la pena, que nos enseñe, y ser para todos nosotros modelo de servicio y atención a los otros, y signo de enseñanza en nuestras vidas.
Después de la homilía leyeron las oraciones de los fieles el Ilmo. Sr. D. Fernando Pascual de Quinto y Santos-Suarez , y la Ilma. Sra. Dña. Blanca del Rosario Mantilla de los Rios y Sartorius. El Ofertorio, estuvo acompañado de la interpretación del Preludio de la suite en do mayor, (D. Zipoli) y, después de la consagración, escuchamos cómo las notas de la Marcha Real inundaban por completo la iglesia de Nuestra Señora del Portillo. En la Comunión, Gregorio Lasierra, organista titular de la Basílica de Santa Engracia, interpretó Souvenir op. 65a. (M. Dupré).
A continuación, como acto final, de Homenaje a las Heroínas de Zaragoza, el R.V. Jesús Jaime Navarro rezó un responso y todos disfrutamos con la entonación de la Salve a la Virgen.
Seguidamente S.A.R., el Hermano Mayor, el Capellán Mayor y el Consejo, se dirigieron en procesión a la Capilla de las Heroínas, precedidos del Caballero y la Dama más jóvenes del Capítulo, portadores de un precioso centro floral, con manto de la Bandera de España, que entregaron al Hermano Mayor Honorario, y al Hermano Mayor, quienes lo depositaron ante el sepulcro que guarda los restos de Agustina Zaragoza, Casta Álvarez y Manuela Sancho. Durante la procesión y ofrenda floral se entonó el Himno la Muerte no es el final.
En el interior de la Capilla de las Heroínas, el Presidente de la Asociación Cultural Los Sitios de Zaragoza, Gonzalo Aguado Aguaron, informó a S.A.R. acerca de algún detalle poco conocido de la misma como es la lápida en la que se recuerda a las Heroinas, nominalmente, citando los nombres de las más conocidas, pero que finaliza con estas palabras: y muchas más……. Lo cual nos recuerda que también otras muchas mujeres fueron heroínas de Los Sitios y merecen nuestro recuerdo y admiración.
Finalmente El Hermano Mayor, Excmo. Sr. D. Juan-Gualberto de Balanzó y de Solá, subió al ambón y pronunció las siguientes palabras: Alteza Real, Caballeros y asistentes, se da por concluido este Capítulo General de la Real, Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo de la ciudad de Zaragoza. Muchas gracias a todos.
Pues así, con las palabras del Hermano Mayor y la entonación del Himno de «Judas Macabeo» (G.F. Haendel) concluyó el acto solemne de Ingreso, Jura de Caballeros y Toma de Posesión de Damas, pero continuó la jornada con un acto social, en el céntrico Hotel Alfonso I, donde la entidad anfitriona ofreció un Vino Español, y al que llegamos en un magnífico autocar dispuesto por la organización.
Al inicio del ágape, el Excmo. Sr. D. Juan-Gualberto de Balanzó y de Solá, pronunció las siguientes palabras: Hoy nos hemos reunido para celebrar la Imposición, Jura y Toma de Posesión de los nuevos Caballeros y Damas de la Real Cofradía de Nuestra Señora del Portillo, y hoy tenemos el honor de tener entre nosotros a nuestro jefe, a nuestro consultor, al que debemos respeto y amor, S.A.R. el Duque de Calabria. Alteza, gracias por aceptarnos y gracias por sentirse uno total nuestro. Nosotros lo somos absolutamente.
Yo particularmente por recibir directamente de Vuestra Alteza las indicaciones y consejos, que no echaré en saco roto, sino que las guardaré en el corazón y en la cabeza, para hacerlo bien. Pido para todos ustedes un saludo, para que lo siga siendo siempre, gobernando y llevando. Viva Vuestra Alteza. S.A.R. Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, pronunció estas breves palabras: Es un gran honor para mí y espero dar la talla.
El Hermano Mayor, propuso el siguiente brindis: Esta Noble Cofradía tiene la costumbre de recordar y brindar por nuestros reyes. Os pido un ¡VIVA EL REY! Como una sola voz, todos respondimos con un fuerte ¡VIVA!, y seguidamente S.A.R. gritó: y un ¡VIVA ESPAÑA!, al que de nuevo respondimos todos, estentóreamente, ¡VIVA!.
A partir de entonces, para nosotros se abría ese espacio de tiempo, más relajado, de los actos, que aprovechamos para recoger testimonios de algunas de las personalidades protagonistas.
Hablamos en primer lugar con el Ilmo. Sr. D. Ángel de Bueres y Fernández de Santa Eulalia, que había llamado nuestra atención por ostentar sobre el chaqué numerosas insignias prendidas y varias condecoraciones.
Le preguntamos a qué corporaciones pertenecían y esto es lo que nos respondió: Una Insignia es de la Real Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo, otra del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña, otra de la Sagrada y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, y la otra es la de los Hidalgos de España. Entre las condecoraciones que ostento, una es la del Cuerpo de Nobles del Principado de Asturias.
La verdad es que nos dejó sorprendidos. Luego recogimos el testimonio de la Ilma. Sra. Dña. Elia Padilla y Muñoz, primera de las Damas que habían tomado posesión, a quien preguntamos ¿qué había supuesto para ella la Toma de posesión?, y esta fue su respuesta: Hoy he tomado posesión. Soy Maestrante de Zaragoza y mis antecedentes están en la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza. La ceremonia ha sido un acto muy emotivo, me ha gustado mucho y me he sentido muy bien.
En realidad les preguntamos a todas las personalidades con las que hablamos, prácticamente lo mismo.
Queríamos que nos hablasen de sus antecedentes familiares en la cofradía, qué había supuesto para ellas y ellos la ceremonia, y qué pensaban acerca de la difusión de estos acontecimientos.Vean
sus respuestas:
Excma. Sra. Dña. Concepción de Valenzuela y Elorz, Marquesa Viuda de Huarte. Ha sido una ceremonia muy importante, siguiendo una tradición familiar que para mí es importantísima, y sobre todo en una Cofradía que lleva 900 años en Zaragoza. Creo que hay que apoyarla absolutamente, que la devoción a la Virgen del Portillo no se vaya. Creo que tenemos obligación, las familias de nuestros antepasados que pertenecieron, de seguir. Puede ser que estos actos necesiten de mayor difusión pero no se si la gente los entendería demasiado.
Ilma. Sra. Dña. Lydia Caro y de Valenzuela, Marquesa de Huarte. He ingresado en la Cofradía por la Virgen, que es lo más importante para mí. Antecedentes familiares eran mi bisabuelo, por parte de abuela, que fue Hermano Mayor de la Cofradía, y también otro familiar de la misma época, el Barón de la Linde. Mi ingreso en la Cofradía ha supuesto seguir una tradición familiar y siempre es bonito conservar las tradiciones familiares.
Ilmo. Sr. D. Arturo Guillén y Bruned, Teniente de Hermano Mayor. Ha sido un gran honor participar de esta ceremonia de la Real Cofradía de Nobles del Portillo. Ha sido un acto precioso y tengo el honor de participar después de muchos años de permanencia de mi padre y de mi abuelo. Sería muy importante que estos actos tuvieran más difusión y se dieran a conocer un poco más.
Ilma. Sra. Dña. Carmen de Balanzó Laín. La ceremonia ha supuesto para mí algo muy grande puesto que han ingresado mis dos hijos, Inés y Juan-Gualberto. Pertenezco a una familia aragonesa, la familia Laín Esponera, la tradición que tenemos en Aragón es muy grande, y mis padres están muy vinculados a Aragón. Además ha coincidido que mi padre es el Hermano Mayor y para mí ha sido un día precioso. Tenemos casa en Épila, frecuentamos Aragón y yo me siento catalano-aragonesa.
Ilmo. Sr. D. Juan-Gualberto Abad de Balanzó, (El Caballero más joven). He ingresado en la Cofradía y ha sido un honor para mí. Me ha gustado mucho ingresar en esta Cofradía porque representa los principios ideológicos de mi familia y los míos y considero que es muy importante relacionarme con este amplio grupo de personas que representa una sociedad importante para nuestro país. Considero que estos actos deberían tener mayor difusión, pero en la debida medida, sin ser muy extensa, porque debe ingresar la gente que verdaderamente es consensuada con este grupo.
Intervenimos brevemente aquí para significar que hemos querido reseñar la juventud de Juan-Gualberto Abad de Balanzó, para poder apreciar, o valorar, mejor la sensatez de las repuestas de un
joven de corta edad.
Hablamos después con el Ilmo. Sr. D. Francisco Javier del Arco y Carabias-Méndez, Maestro de Ceremonias. A él también le preguntamos qué le había supuesto la ceremonia, pero desde la perspectiva de quien realiza funciones de Protocolo y Maestro de Ceremonias. Nos respondió lo siguiente: Ha sido una ceremonia muy bonita, en la que hemos trabajado mucho en su preparación el hermano Mayor, el Fiscal, y el Teniente de Hermano Mayor, ayudados por algunas Damas que han trabajado bastante en los prolegómenos. Creo que eso ha sido de gran ayuda y también hay que mencionar al párroco, Don Jesús Jaime, que ha dado todas las facilidades para que se imprimiesen los ceremoniales y que todos los Caballeros y Damas pudieran tener una buena guía de cómo iba a discurrir la ceremonia.
Animados por la locuacidad del Jefe de Protocolo, quisimos ahondar más en algo que nos interesaba saber y le formulamos la siguiente pregunta: ¿desde el punto de vista de protocolo, díganos cuáles son los mayores quebraderos de cabeza en la organización de un acto tan singular como este? . He aquí su respuesta: Fundamentalmente hay dos momentos clave. Antes, que consiste en la colocación, según el Protocolo del Real Consejo de Órdenes Militares, que hemos seguido, y el otro protocolo que es el de la Iglesia, que no son exactamente iguales. Hemos hecho un mix de ambos para dar satisfacción a todos y que nadie se sintiese disgustado o preferido, como así ha sido. Así que solemos poner a las Órdenes de la Iglesia aparte, conscientes de que estamos en un templo católico.
Otra cosa sería si el acto fuese en un jardín o fuera del templo, pero aquí ellas ocupan un lugar preferente. El resto se ordena según el Protocolo de las Reales Órdenes de San Hermenegildo y San Fernando, que son las que dictan cómo debe de ordenarse. Luego, durante el acto hay momentos en los que se tiene que improvisar, porque los Caballeros que Juran y las Damas que Toman Posesión, no son expertos, es la primera vez que lo hacen, están nerviosos y hay que darles muchísimo cariño y confianza. Hoy ha habido personas que tenían miedo a «arrancar», tenían dudas y dificultades para subir escaleras porque estaban nerviosos, y les temblaban las piernas si tenían que leer, y tienes que ayudarles y darles cariño y confianza en ellos mismos, porque son gente estupenda pero necesitan una inyección de confianza. Por eso yo he ido a buscarlos, a todos, aunque normalmente no se hace, para que se sintieran desde el primer momento acogidos, y los ponía delante del Hermano Mayor y luego los volvía a llevar a su sitio. Son cosas que no están escritas en el protocolo pero que hay que hacer, porque si no se hacen es cuando vienen los disgustos y los problemas.
No quisimos dejar pasar la ocasión de hablar unos instantes con S.A.R. Don Pedro de Borbón Dos-Sicilias y Orleans y también a él le pedimos su impresión sobre la solemne ceremonia a la que habíamos asistido. Nos atendió con gran amabilidad y esto fue los que nos dijo: Ha sido un acto solemne y maravilloso. Me ha honrado mucho los honores que me habéis dado y espero, como he dicho antes, dar la talla y estar a la altura del cargo que ahora me habéis otorgado.
El Hermano Mayor, Don Juan-Gualberto de Balanzó, que estaba muy próximo a S.A.R., quiso intervenir para decir lo siguiente: Yo quiero añadir que Su Alteza da la talla siempre allí donde está, y donde va da categoría, además con la labor que está haciendo con las Corporaciones y con las Órdenes Militares. Es una labor tan importante, que está levantado y sosteniendo, en momentos difíciles, a una clase que es la que tiene que dar, a su vez, ejemplo de buen hacer, con humildad pero siendo unos activistas sanos, positivos, en un mundo donde existe la mentira, donde existe el deshonor y la ingratitud.
En estos momentos me duele el corazón al pensar en el trato ingrato que tienen nuestros monarcas en una tierra, que tendría que ser tan española como lo fue en la lucha de la Independencia y en Marruecos, que es la tierra catalana. Pero que se sepa que Cataluña no es así, son unos cuantos catalanes, lo que pasa es que se oye el ruido que hacen unos pocos y el silencio de la gran mayoría es, pero hay que saberlo oír, la verdadera voz de Cataluña. Cataluña siempre será española, si no fuese española dejaría de ser Cataluña.
Sabias palabras las de Juan-Gualberto de Balanzó. Nosotros, aprovechamos la ocasión de tenerlo cerca para preguntarle por su nieto, el jovencísimo Juan-Gualberto Abad de Balanzó, con el que ya habíamos tenido el placer de hablar. Nos dijo lo siguiente: Ha tomado Posesión como cofrade siguiendo la tradición familiar. Él ha sentido que ser cofrade no es solamente entrar en un sitio más. Es entrar en una Cofradía que, tiene tanta enjundia, tanta historia, que se siente una piedra más, si esto fuera un castillo con forma de cofradía. Él está algo nervioso porque «sabía que iba a entrar en una cofradía en la que me tengo que portar bien o deshonraría la memoria de mis antepasados«.
Finalmente quisimos hablar con el Caballero Fiscal, Luis Navarro y Elola, y le pedimos que nos dijera si quería resaltar algún aspecto del acto en particular, y esto es lo que nos respondió: La Investidura de Don Pedro de Borbón Dos Sicilias, Duque de Calabria, Conde de Caserta, Jefe de la Casa Real de Borbón-Dos Sicilias, como Hermano Mayor Honorario de esta Real Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo, como lo fue su padre el Infante Don Carlos y como lo fueron sus tíos, Don José Eugenio de Baviera y Borbón, y Don Fernando de Baviera y Borbón, Duque de Cádiz, que fueron Hermanos Mayores Honorarios, en los siglos XX y XXI.
Pues hasta aquí, queridos seguidores de nuestras páginas, llega esta crónica sobre una jornada, para nosotros maravillosa, que tuvimos el honor de vivir junto a la Real Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo. Como siempre, hemos tratado de ofrecerles un reportaje, amplio y detallado, de forma que aquellas personas que no asistieron a los actos puedan hacerse una idea muy aproximada de lo que fue su contenido.
Desde estas sencillas líneas de los Reales Tercios de España felicitamos a la Cofradía, en la persona de su Hermano Mayor, Excmo. Sr. D. Juan-Gualberto de Balanzó y de Sola, por la gran brillantez y solemnidad de los actos, y le agradecemos su invitación a los mismos. Igualmente felicitamos a los responsables de Protocolo, en especial al Maestro de Ceremonias, Ilmo. Sr. D. Francisco Javier del Arco y Carabias-Méndez, por la impecable organización de la ceremonia.
Finalmente queremos expresar nuestra gratitud al Caballero Fiscal, Excmo. Sr. D. Luis Navarro y Elola, a quien tanto debemos, por las infinitas facilidades que nos ha dado para la realización del presente trabajo informativo.