En la Plaza España, de la Base Discontinua San Jorge, asistimos el pasado día 25 de julio de 2017, a la celebración de la festividad de Santiago Apóstol Patrón del Arma de Caballería.
El acto central, organizado por el Regimiento de Caballería España 11, se desarrolló a partir de las 11.30 horas, presidido por el jefe de la recien creada Brigada Aragón I, GB. José Luis Sánchez Martínez-Falero.
Asistieron los siguientes mandos militares: GD. Julián Roldán Martínez, jefe de Movilidad Aérea del Mando Aéreo de Combate, GB. Juan Ramón Sabaté Aragonés, general director de la Academia de Logística de Calatayud, GB. Antonio Francisco Nebot Más, jefe de la Base Aérea de Zaragoza, y los coroneles jefes de Unidad de la Plaza.
Del ámbito civil asistieron, entre otras, las siguientes personalidades: Director del Centro Universitario de la Defensa, Antonio Elipe Sánchez, Vicepresidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Martín Llanas Gaspar, y el Deán del Cabildo Metropolitano de Zaragoza, Luis Antonio Gracia Lagarda.
Estuvieron representadas igualmente las siguientes corporaciones, asociaciones y hermandades: Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, Hermandad Provincial de Antiguos Caballeros Legionarios de Zaragoza, Asociación ARES de Reservistas Españoles, Asociación Cultural Los Sitios de Zaragoza, y CEPYME Aragón, así como numerosos Lanceros Honoríficos, entre los que pudimos ver al conocido empresario Valero Echegoyen y a Alfonso García Roldán, Ex Director General de Gestión de Personal del Gobierno de Aragón.
La incorporación del Estandarte del Regimiento España 11, con los honores reglamentarios, a Formación, marcó el inicio del acto.
Este año, y recuperando el instrumento más representativo del Arma de Caballería, la Banda de Guerra utilizó diez clarines en los toques de Revista y Acto a los Caídos.
A su llegada, el jefe de la Brigada Aragón I, recibió los honores de ordenanza y Seguidamente pasó Revista a la Formación, al mando del coronel Juan Bustamante Alonso-Pimentel, integrada por las siguientes Unidades:
Escuadra de Batidores del Regimiento España 11
Banda de Guerra de la Brigada Aragón I
Música de la Academia General Militar
Mando de la Formación Mando del Grupo 1
Escuadrón de Honores Escuadrón del Grupo de Caballería Ligero Acorazado Lanceros de Borbón
Mando del Grupo 2
Dos Escuadrones del Grupo de Caballería Ligero Acorazado Numancia
Mando del Grupo 3
Dos compañías del Batallón de Carros Flandes
Mando del Grupo 4
Dos Escuadrones del Grupo de Caballería Acorazado Húsares de la Princesa
Un Escuadrón Blindado
Por primera vez en esta explanada, y como Unidad vinculada a las tradiciones y espíritu de la Caballería, formaba el Guión del Centro Militar de Cría Caballar de Zaragoza, anteriormente denominado V Depósito de Sementales, Centro de Reproducción Equina, y Centro de Sementales de Zaragoza.
A continuación, el general Martínez-Falero saludó a todos los presentes y pasó a ocupar la presidencia del acto.
Se dio lectura a la efeméride del nombramiento del Señor Santiago como Patrón del Arma de Caballería.
El 16 de julio de 1212, en la batalla de las Navas de Tolosa, los reyes Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón, y Sancho VII de Navarra, cargaron contra el ejército almohade al grito de ¡Santiago y cierra, España!
El 31 de enero de 1538, en el campo de batalla de Gembloux, (Bélgica), Alejandro Farnesio, jefe de las fuerzas españolas, lanza a sus jinetes contra el enemigo con aquel mismo grito, convertido, ya de facto, en el lema de la caballería española.
El 20 de julio de 1846, a petición del Inspector del Arma de Caballería, fue designado Santiago Apóstol como Patrón de dicha Arma, por el Vicario General Castrense. Esta designación fue posteriormente retificada el 20 de julio de 1892.
De ahí que cada 25 de julio, coincidiendo con la festividad del Patrón de España, los jinetes de nuestro ejército celebren su día.
Se procedió a la imposición de condecoraciones a diverso personal del Regimiento, entregándose las siguientes:
REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN HERMENEGILDO. Se creó esta condecoración para recompensar la constancia en el servicio de los generales, oficiales, suboficiales y asimilados, que con sus acrisoladas virtudes militares, así como por el sacrificio de su propia conveniencia, contribuyen con su intachable proceder y larga permanencia en filas, a conservar el buen orden, disciplina y subordinación, base primordial de las Fuerzas Armadas. ( Se entregaron una Placa, una Encomienda y una Cruz).
CRUZ DEL MÉRITO MILITAR. Fue creada en sus distintas categorías para distinguir públicamente a los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil por la realización de hechos o la prestación de servicios de destacado mérito o importancia, así como por las penalidades, riesgos y sacrificios que pudiera imponer el cumplimiento del servicio. ( Se entregaron 32 Cruces con distintivo blanco).
CRUZ A LA CONSTANCIA EN EL SERVICIO. Nace con el objeto de premiar la prolongada permanencia del personal de tropa y marinería que mantenga una relación de servicios profesionales de carácter permanente a fin de premiar su constancia en el servicio y su intachable conducta. (Se entregaron 3 Cruces).
Seguidamente, el general José Luis Sánchez Martínez-Falero, jefe de la Brigada Aragón I, pronunció una alocución de la que ofrecemos a ustedes, queridos lectores que nos siguen, el siguiente resumen:
«Un año más el Arma de Caballería se viste de fiesta para celebrar la festividad de nuestro Patrono, el Apóstol Santiago, nacido en Betsaida, Galilea, que fue hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano del apóstol Juán. Ambos fueron llamados por Jesús a orillas del Mar de Galilea. Participó en la predicación inicial del evangelio en Palestina y tras la ascensión de Jesús recibió el encargo de evangelizar España. Después de varios años recorriendo la península, predicando de forma intensa pero totalmente infructuosa, llega a Caesaraugusta, Zaragoza, donde se le aparece la Virgen en carne mortal y le pide que continúe con su predicación y levante un templo en su honor. A partir de entonces consigue captar algunos adeptos, fundando algunas iglesias marianas y regresa a Jerusalén donde muere decapitado por orden del rey Herodes Agripa I, alrededor del año 42, convirtiéndose así en el primer mártir de los apóstoles«.
La historia de España se cuajó bajo el signo santiaguista.
El caballo blanco del apóstol fue el símbolo de las protecciones divinas y aglutinante de todos los efuerzos nacionales. Él fue la palanca de la Reconquista y le invocamos en los momentos más difíciles de nuestra historia.
¡Santiago y cierra, España!, simbolizó la unidad moral española, y ¿qué simboliza Santiago para la Caballería española?.
Aunque la Real Orden que nombra a Santiago Patrón de la Caballería española, data del 20 de julio de 1892, y hace unos días hemos celebrado el 125 aniversario del patronazgo, lo cierto es que ya a partir del año 244, en que tiene lugar la batalla de Clavijo, le podemos considerar como el guía espiritual de la Caballería.
«Aquel hombre impulsivo, apodado Hijo del Trueno, por su carácter impulsivo y enérgico, aquel pescador que ante la llamada de su maestro lo dejó todo y se va a cumplir una misión, cuando menos incierta, el hombre valeroso que responde sin dudar e inculcado por la certeza de su mensaje, se lanza audaz, en vanguardia de la fe, a los confines del mundo conocido, al interior, sin importarle el peligro, no duda en llegar al sacrificio de su vida en el cumplimiento de su misión.
Audacia, acometividad, iniciativa, valor impulsivo, espíritu de sacrificio, todas las características que configuran el espíritu jinete, la señal distintivo de la Caballería. Por eso el Arma le eligió como Patrón y por eso hoy estamos aquí«.
«Y ¿cuál es ese espíritu?, el espíritu de la Caballería, hecho de audacia y abnegación, de sacrificio y disciplina, que no morirá jamás porque es el alma misma de los jinetes, y el alma es inmortal«.
«Ahora estamos viviendo tiempos de cambio. El simple hecho de que yo esté aquí hablando, y no el general de una Brigada de Caballería, ya indica que se están produciendo cambios. La vida es movimiento, las circunstancias cambian,las situaciones evolucionan las Unidades se crean y desaparecen, pero nuestro espíritu permanece«.
«Descabalgamos en su día para adaptarnos, y nos aligeramos después para encontrar el sitio en las operaciones de paz. El futuro podría abrirse justamente en lo que siempre fuimos, Caballería Ligera, Caballería Pesada, pero con un mismo espíritu, no solo para reconocer y cubrir, sino para combatir como un peón decisivo en la batalla«.
«Antes de finalizar me gustaría recordar una frase del teniente general Kindelán, primer jefe de la Rama de Aviación del Servicio Aeronáutico Militar, antiguo director de la Escuela Superior del Ejército»:»Casi todo lo bueno y noble de nuestra espiritualidad se lo debemos a una institución militar, la Caballería. La humanización de las costumbres, el respeto a lo jurado, el desprecio a la mentira, la veneración por la mujer, el honor, el patriotismo, cuanto constituye en suma el acerbo moral de un hombre civil moderno«.
Finalizó su intervención el general Martínez-Falero, con estas palabras: «Y ahora, queridos jinetes, como prueba de nuestro compromiso, unidos todos en una sola voluntad de servicio a España, gritad conmigo«: ¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA LA CABALLERÍA!
Seguidamente tuvo lugar el acto de homenaje a los soldados de todos los tiempos, encuadrados en los ejércitos de España, que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor.
Se dio lectura al bello soneto de rigor que se inicia con las siguientes palabras: «lo demandó el honor y obedecieron, lo requirió el deber y lo acataron….
Guiones y banderines se aproximaron al punto de homenaje, en esta ocasión distinto a las anteriores, mientras, simultáneamente se cantaba la parte central de la oración cristiana «la muerte no es el final«.
Dos soldados vestidos con uniforme de época, depositaron una corona de laurel, en recuerdo de los que, en paz o en guerra, dieron su vida por España.
El R.V. Ángel Briz Fernández, capellán castrense, rezó la siguiente oración: «Señor de la vida y la esperanza, que hiciste entrega de la tuya por los hombres, concede a nuestros compañeros que dieron su vida sirviendo a España el perdón y la paz eterna. Así sea«.
Con gran respeto y contenida emoción escuchamos el toque de oración y, llegados al punto ejecutivo, saludamos con admiración a quienes dieron su vida por la Patria. Coincidiendo con su último acorde se disparó una Salva de Honor de fusilería.
Se cantó el Himno de Caballería y asistimos luego al desfile de las Unidades de a pie y motorizadas, que pasaron en perfecta formación frente a la tribuna de autoridades e invitados.
Posteriormente la Unidad anfitriona ofreció un Vino Español en el «Abrevadero«.
Finalizó así la celebración de la festividad de Santiago Apóstol Patrón del Arma de Caballería y nosotros, desde la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil finalizamos nuestra crónica felicitando al coronel jefe del Regimiento España 11, Juan Bustamante Alonso-Pimentel, por la brillante organización de los actos y expresamos nuestro agradecimiento al personal de protocolo por las facilidades que nos han dado para la realización del presente trabajo.