Tuvimos el honor de asistir, el pasado 8 de junio de 2019, al Acto de Entrega de Mando como General Jefe de la Brigada Aragón I, al GB. Excmo. Sr. D. Javier Mur Lalaguna, así como a la Celebración Militar Anual de dicha Unidad.
Los actos tuvieron lugar en las instalaciones de la Base San Jorge, en Zaragoza, a partir de las 12.00 horas, presididos por el GD. Excmo. Sr. D. Antonio Ruiz Olmos, Jefe de la División «San Marcial».
Asistieron, entre otras, las siguientes autoridades Militares: Jefe de la Base Aérea de Zaragoza, GB. Excmo. Sr. D. Antonio Francisco Nebot Más; Jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil en Aragón, GB. Excmo. Sr. D. Carlos Crespo Romero; Comandante Militar de Zaragoza y Teruel y Director de la Academia General Militar de Zaragoza, GB. Excmo. Sr. D. Carlos Jesús Melero Claudio; Director de la Academia de Logística de Calatayud, GB. Excmo. Sr. D. Eloy Celma Maquieira; Delegado de Defensa en Aragón, Coronel Ilmo. S. D. Conrado José Cebollero Martínez; Coronel Jefe Interino de la Brigada Aragón I, Ilmo. Sr. D. David Vaquerizo Rodríguez, Así como el GB. (R) Andrés Chapa Huidobro, que fue Jefe de la Brigada Aragón I, desde agosto de 2014 hasta mayo de 2017.
Las principales autoridades civiles asistentes al acto fueron las siguientes: Vicepresidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Ilmo. Sr. D. Martín Llanas Gaspar; Director del Centro Universitario de la Defensa, Ilmo. Sr. D. Antonio Elipe Sánchez; Jefe Superior de Policía en Aragón, Ilmo. Sr. D. Juan Carlos Hernández Muñoz; Jefe de la Unidad Adscrita del CNP al Gobierno de Aragón, Ilmo. Sr. D. Antonio Rua Carballo; y el Comisario Jefe de Seguridad Ciudadana, Ilmo. Sr. D. Antonio Royo Subias, en representación del Comisario Jefe Provincial de Zaragoza, Ilmo. Sr. D. Francisco Jesus Navarro Francia.
Asistieron igualmente representaciones de varias Corporaciones, Asociaciones y Hermandades vinculadas a las Fuerzas Armadas, entre ellas la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza y los Reales Tercios de España, fundados en 1942 por S.A.R. D. Juan de Borbón y Battemberg. Después de las evoluciones previas de las Unidades para situarse en línea de Parada, el inicio del acto vino marcado por la incorporación del Estandarte a Formación a los acordes del Himno nacional.
A su llegada a la Plaza España, de la Base San Jorge, el GD. Antonio Ruiz Olmos fue recibido con los honores de ordenanza, (Marcha de Infantes). Seguidamente, a los acordes de la conocida marcha Militar el Abanico, pasó revista a la Fuerza, saludó luego a todos los presentes y pasó a ocupar la presidencia del acto.
El Jefe del Estado Mayor de la Brigada Aragón I dio lectura de la Resolución del destino publicada en el Boletín Oficial de Defensa.
A continuación se llevó a cabo la Ceremonia de entrega de mando y el Acto de relevo del Guión de la Brigada Aragón I, desarrollándose ambas secuencias con arreglo al estricto protocolo establecido para ellas, recibiendo el nuevo General Jefe, Excmo. Sr. D. Javier Mur Lalaguna, el Estandarte de manos del Coronel Jefe Interino de la Brigada, Ilmo. Sr. D. David Vaquerizo Rodríguez.
Seguidamente el General Jefe de la Brigada Aragón I, pronunció una alocución de la que ofrecemos a ustedes, queridos lectores que nos siguen, el siguiente resumen: «Al recibir el mando de esta Brigada conozco bien la responsabilidad que asumo como General Jefe a quien le corresponde asegurar que esta gran Unidad mantiene permanentemente su plena capacidad operativa con todos sus batallones y grupos adiestrados y dispuestos y con todos sus hombres y mujeres sólidamente formados y motivados. Recibo el mando de una de las mejores Brigadas del Ejército de Tierra«.
«Unidades que constituyen la contribución fundamental de nuestro Ejército a la Fuerza Conjunta, herramienta principal de las Fuerzas Armadas para garantizar la paz y la seguridad de los españoles. Todos los que formamos en las filas de esta Unidad debemos de ser conscientes de la confianza que los españoles depositan en nosotros cuando encomiendan a nuestro trabajo, dedicación y preparación, su propia seguridad«.
Recordó, el General Mur, que celebrábamos también el Día de la Brigada Aragón I recordando el historial de las grandes Unidades que la precedieron, recogiendo lo mejor del espíritu jinete de la Brigada de Caballería Castillejos, asumiendo el espíritu de sacrificio y de esfuerzo callado de los Cazadores de la antigua Jefatura de Tropas de Montaña e incorporando la fortaleza de ánimo de los soldados del Batallón Flandes, incorporados tras la disolución de la Brigada San Marcial. Dijo ser un deber de gratitud el tener un reconocimiento a todos aquellos que sirvieron en estas Unidades con plena dedicación y entrega, y que asumieron con disciplina las sucesivas reorganizaciones para lograr una Unidad más acorde con las nuevas necesidades de la Defensa exigidas al Ejército de Tierra.
Continuó luego con las siguientes palabras: «No quiero olvidarme, en el momento en el que asumo el mando de esta Brigada, un agradecimiento expreso a mis inmediatos antecesores, los generales Chapa Huidobro y Martínez- Falero, a quienes correspondió iniciar este camino y de quienes recibo esta magnífica Unidad. Quiero agradecer también la presencia de las autoridades civiles, de los amigos que hoy también nos acompañan, y de los veteranos, a quienes ofrezco también mi total disposición y colaboración«.
Tampoco quiso que faltase un recuerdo para los casi 300 componentes de la Brigada, actualmente desplegados en Letonia, encuadrados en la Operación Presencia Avanzada, de la OTAN, y que demuestran, día a día la preparación y la capacidad operativa de nuestras Unidades como lo han hecho otras en el pasado en Áreas de Operaciones como Líbano, Afganistán o Mali. Resaltó los profundos cambios que se han acometido en los últimos años y que deben ser reconocidos como una oportunidad idónea para configurar una gran Unidad, más potente, con mayores capacidades y mejor adaptada a los nuevos desafíos y amenazas a la seguridad de los nuevos entornos operativos.
Abogó por completar, en tiempo breve, los cambios organizativos que restan para afrontar el verdadero reto al que nos enfrentamos, que no es otro que lograr la cohesión de todas sus Unidades y un auténtico espíritu de Cuerpo de la Brigada, lo que será el fundamento de nuestra fortaleza moral. Cohesión que solo alcanzaremos, dijo, mediante una intensa vida en común compartiendo experiencias, incluso las más duras y amargas y mejorando nuestro conocimiento mutuo.
Luego dijo lo siguiente: «La cohesión, esa unión íntima entre soldados, será la base para lograr el máximo adiestramiento de las Unidades, requisito indispensable para afrontar con éxito las misiones que se nos encomienden. Esa es nuestra única y principal misión, instruirnos y adiestrarnos en tiempos de paz, persuadidos de que el trabajo constante en el campo de instrucción salva vidas en el campo de batalla, con el convencimiento de que la improvisación debe quedar desterrada de nuestro quehacer diario«.
«La sólida formación nos permitirá afrontar, con plenas garantías en un futuro próximo, el despliegue simultáneo de 18 Contingentes en distintas Áreas de operaciones, contribuyendo al esfuerzo de seguridad junto con otros países europeos y aliados.» Señaló, Javier Mur, que esta preparación debe estar abierta además a la permanente adaptación a los futuros entornos operativos y responde a las auténticas necesidades de la Seguridad de la Defensa, contribuyendo también al esfuerzo de modernización que el Ejército de Tierra pretende llevar adelante con la Fuerza35. El Ejército de Tierra quiere hacer de sus Brigadas un sistema integral de combate incorporando nuevos sistemas, tecnológicamente avanzados, que proporcionen capacidades inéditas hasta ahora pero que serán necesarias para el éxito futuro de las operaciones.
Si logramos, dijo, la cohesión de nuestras Unidades, perfeccionamos nuestra instrucción y adiestramiento, y garantizamos el cuidado y mantenimiento de los recursos materiales puestos a nuestra disposición, sentaremos las bases de una gran Unidad de futuro que se consolidará como una de las mejores de nuestro Ejército.
Resaltó sin embargo que es sobradamente conocido que de nada valen los sistemas de armas ni el equipamiento más avanzado si no contamos con hombres y mujeres bien formados, motivados y comprometidos con la Unidad en la que sirven.
Hizo hincapié en que el cometido primero de los Jefes de Unidad es cuidar la formación moral, física, táctica y técnica de todos los que tienen a su mando, y velar de manera constante por sus subordinados. Sus hombres y mujeres son lo más valioso con lo que cuentan y por lo tanto deben conocer sus inquietudes, animarlos en el cumplimiento de su deber y orientarlos en su carrera profesional. Les hizo saber que la exigencia que impone la vocación militar tiene su reflejo en las familias y que también deben cuidar de ellas y estar atentos a sus preocupaciones y necesidades.
Ya en la recta final de su discurso dijo lo siguiente: «por último, en esta primera ocasión en la que me pongo al frente de todos vosotros, quiero manifestaros lo que vuestro nuevo general os demanda«.
«Primero una completa disponibilidad y entrega. Es cierto que nuestra profesión es dura y exigente, y que conlleva en ocasiones renuncias que no son exigidas en otras, pero que tiene la recompensa inestimable de la satisfacción del deber cumplido«.
«En segundo lugar exijo disciplina, el pilar fundamental sobre el que se asienta la valía de un ejército. Indica la propia exigencia en el cumplimiento de nuestras obligaciones, aún de las más pequeñas, y obliga a todos los que ejercemos el mando a hacerlo con responsabilidad. Y por último os requiero un auténtico compañerismo, compartiendo las preocupaciones, alegrías y esperanzas del camarada, con el convencimiento de que la verdadera hermandad entre soldados se forja en la dificultad y el peligro«.
«Me comprometo ante todos vosotros en esforzarme en practicar lo que os demando, para lograr hacer de la Brigada Aragón I una gran Unidad, siempre preparada y dispuesta. Y en prueba de este compromiso, os pido que gritéis conmigo !VIVA ESPAÑA¡ !VIVA EL REY¡ !VIVA LA BRIGADA ARAGÓN¡«
A continuación, el Cte. Jefe de G-3 dio lectura de la Orden de creación de la Brigada Aragón I.
Como explicación histórica, diremos que la actual Brigada Aragón I es la Brigada de Caballería Castillejos II por cambio de nombre, según lo establecido para los aspectos institucionales por la diversa normativa sobre Adaptaciones Orgánicas que dio lugar a la actual estructura del Ejército.
Así, la Brigada con su actual denominación de «Aragón» I, continúa con el historial abierto en 1986 por aquella. De hecho, este año ha conmemorado su 33 Aniversario. Por otro lado, al disolverse la Jefatura de Tropas de Montaña e incorporarse varias de sus unidades a ella (Cuartel General y Regimientos de Infantería «Galicia» 64 de Cazadores de Montaña y de Infantería «Arapiles» 64) se mantienen el espíritu y las tradiciones montañeras a través del primero de los citados Regimientos. También se incorporó al regimiento Acorazado «Pavía» 4, el Batallón de Carros de Combate «Flandes», procedente de la disuelta Brigada «San Marcial» V de Vitoria, y que conserva su nombre de tantas resonancias históricas en nuestro Ejército.
A continuación se llevó a cabo el Acto de Homenaje a los soldados de todos los tiempos, encuadrados en los ejércitos de España, que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor.
Ese ritual que tantas veces les hemos relatado y que siempre nos impresiona y emociona por su serena belleza. Ritual que se inicia con la lectura del siguiente soneto:
Lo demandó el honor y obedecieron, |
Los portaestandartes se acercaron a paso lento al sitial preparado para la ceremonia de homenaje. Dos soldados ataviados con uniformes de época portaban la corona de laurel. La Banda de Guerra de la Brigada Aragón I interpretó la Muerte no es el final.
Todos los allí reunidos cantamos la parte central de esta oración cristiana, compuesta por el sacerdote español Cesáreo Gabarain Azurmendi, elegida en 1981 como Himno para honrar a los caídos de las Fuerzas Armadas españolas. Fueron el General Jefe de la División «San Marcial» y el General Jefe de la Brigada «Aragón» I quienes depositaron la corona de laurel a los pies del monolito que nos recuerda a los que, en paz o en guerra, dieron su vida por España.
El R.V. Ángel Briz Fernández, capellán castrense con consideración de capitán, del RPEI 12, del Acuartelamiento San Fernando, del Hospital General de la Defensa en Zaragoza, y de la Brigada Aragón I, rezó la siguiente oración: Señor de la vida y la esperanza, tú que hiciste ofrenda de la tuya por los hombres, concede a nuestros compañeros que dieron su vida sirviendo a España el perdón y la paz eterna en recompensa por su sacrificio.
Seguidamente se interpretó el toque de oración y, llegados al punto ejecutivo, saludamos con el máximo respeto y admiración a quienes nos precedieron en el servicio a España. Coincidiendo con su último acorde la Unidad de Honores disparó una Salva de Honor de fusilería.
Breves momentos más tarde, todas las Unidades en formación desfilaron con gran marcialidad y gallardía frente a la tribuna de autoridades e invitados. Una vez que el desfile militar hubo concluido, y después de proceder a la retirada del Estandarte, el Jefe de la División «San Marcial», felicitó a la Brigada «Aragón» I por su aniversario, » y también al General Mur Lalaguna por la magnífica presentación de una Unidad que, solo con verla durante la totalidad del acto, se ve que es una Unidad atenta a las órdenes de mando, esperando órdenes, como debe ser una Unidad bien instruida, bien adiestrada y dispuesta para cumplir con lo que se le ordene en cada momento. Así es que enhorabuena, tanto por el aniversario como por la extraordinaria presentación de la Brigada Aragón I. El acto militar ha terminado«.
Durante el transcurso del acto había llamado nuestra atención la presencia destacada de varias personas, al parecer de origen francés, y quisimos satisfacer nuestra curiosidad hablando con ellas.
Estuvimos en primer lugar con un caballero llamado François-Xavier Pujol de Salas, que hablaba español perfectamente. Le acompañaba su hijo, Teobaldo de Salas, un jovencísimo seminarista, con el que luego también hablaríamos.
Nos explicó Pujol de Salas que son amigos del General Mur Lalaguna, el nuevo Jefe de la Brigada «Aragón» I. Nos dijo, D. François-Xavier, que es Teniente Coronel del Ministére des Armes, encargado de las Relaciones Franco-Españolas entre la Delegación de Defensa de Gerona y la Delegación de Defensa de Perpigñan, Francia, dentro de lo que es la Délégation Militaire Départementale des Pyrénées-Orientales.
A ello hay que añadir que es Presidente de la Asociación Nacional de Reservistas de los Ejércitos Franceses, de la Armada, Ejército de Tierra, Ejército del Aire, y también de la Gendarmería, con lo cual tiene lazos de hermandad con las asociaciones de reservistas españoles y está muy relacionado con compañeros en activo y también reservistas.
Posteriormente nos dirigimos a la Sala Orán donde la Unidad anfitriona habia dispuesto un Vino Español, al inicio del cual el General Jefe de la División «San Marcial», pronunció unas palabras en torno a la figura del nuevo General Jefe de la Brigada «Aragón» I: «permítanme unas palabras, pues creo que la ocasión lo merece y me corresponde a mí, delante de ustedes, delante de los jefes de Unidad de la Brigada, darle la enhorabuena, suficientemente repetida. Yo creo, como él dijo muy bien en sus palabras durante la imposición de la Faja de General, que en la Academia nos enseñaron bien, y el amor a la responsabilidad está en nuestra genética, y una responsabilidad como la que él asume hoy con esta entrega de mando se corresponde precisamente con esa vocación nuestra de no darle la espalda , sino todo lo contrario, al ejercicio de la responsabilidad, y el mando de una unidad así lo es«.
«En segundo lugar quería darle la bienvenida, a nuestro nuevo General, a la estructura de mando de la División «San Marcial», una estructura de mando muy sólida, y muy importante el que se alimente de Oficiales, Suboficiales, y Militares Profesionales de Tropa, cada uno a su nivel, con una alta competencia profesional y con grandes valores que permitan, alrededor de esa estructura de mando, cohesionar a las Unidades y orientarlas en la línea de las órdenes y el propósito del General Jefe del Ejército de Tierra». Resaltó ser esta una ocasión para darse la enhorabuena por incorporar a un oficial de la categoría del General Mur a la estructura de la División «San Marcial». Categoría de la que saben quienes le conocen desde hace años y conocen su andadura, y que en esta ocasión habíamos tenido ocasión de comprobarlo. En el se agrupan una serie de valores de los que hace gala continuamente. Aparte de los que ha destacado el Teniente General, Segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército, el General Bernardi, destacó Ruiz Olmos los siguientes valores que el luce y que son imprescindibles para mandar Unidades como la Brigada «Aragón». Primero el valor, y el lo tiene, y lo ha demostrado a lo largo de su ejercicio profesional, al mando de diferentes Unidades, asumiendo situaciones de riesgo, siempre con prudencia, valorando los riesgos y poniendo, como también el ha dicho, por delante siempre la seguridad, sobre todo de sus subordinados.
En segundo lugar, el espíritu de sacrificio, para el que es necesaria una abnegación y austeridad de las que él hace gala continuamente. También esto ha sido destacado por el Teniente General Martin Bernardi. Finalmente el compañerismo, que el jefe de la División «San Marcial» había tenido ocasión de comprobar, dijo, estos días en conversaciones con sus compañeros de promoción, y que para el ejercicio del mando de una Unidad como esta es imprescindible.
Tanto para formar una cordada cuando se sube a un risco, como para ponerse delante de un carro de combate y tener claro que el trabajo de ese material no se hace sin un equipo dentro de personas, de soldados bien instruidos para lo cual es imprescindible el espíritu de equipo, y este se apoya en el compañerismo.
Terminó su alocución el General Ruiz Olmos con las siguientes palabras: «Finalmente destacaría su enorme corazón, lo que es muy importante dentro de la División «San Marcial», puesto que en su lema está esa palabra y porque para mandar soldados, aparte de la competencia profesional requerida en cada uno de los niveles de mando, se necesita también un gran corazón, porque se están mandando personas y a esas personas las mueve fundamentalmente el corazón«.
Concluyó así su intervención y dio paso a la realización del brindis por S.M. el Rey, que cedió al TG. (R) Excmo. Sr. D. Fernando Sánchez-Lafuente Caudevilla, quien dijo lo siguiente: «Antes de brindar por S.M. el Rey, un recuerdo emocionado para todos los componentes de la Brigada «Aragón», los que han pasado por sus filas y por la Brigada de Caballería, felicitar de nuevo a la Brigada «Aragón» por la celebración del día de hoy y por contar con un magnífico jefe como es el General Mur. Y ahora, señoras y señores, brindemos por quien es el primer soldado de la Patria», !POR SU MAJESTAD EL REY¡
Finalmente hablamos con Teobaldo de Salas, un joven francés de 20 años, hijo de nuestro primer entrevistado. Él nos explicó que es seminarista de Perpigñan, una diócesis de Francia, aunque el seminario está en Toulouse.
Nos dijo que hizo un primer año de seminarista en el Monasterio de Monserrat, en Barcelona, y que ahora en septiembre comenzará el Ciclo de Filosofía.
Concluimos aquí nuestra crónica sobre el Acto de Entrega de Mando como General Jefe de la Brigada «Aragón» I, al Excmo.Sr GB. Javier Mur Lalaguna con nuestra felicitación por la brillante organización de la ceremonia, y con nuestro agradecimiento por haber sido invitados a la misma. Desde estas sencillas líneas de los Reales Tercios de España le deseamos el mejor de los éxitos en el desempeño de sus nuevas responsabilidades. Especial agradecimiento queremos expresar hacia el Comandante D. Juan Carlos Cortes Hidalgo (G-9/CG), por las infinitas facilidades que nos ha dado para la realización del presente trabajo informativo.