El pasado 26 de septiembre de 2019 fuimos invitados por la Asociación de Militares y Guardias Civiles con Discapacidad a la celebración en Zaragoza de la festividad de San Rafael, su Patrón.
Los actos se desarrollaron en el Acuartelamiento de San Fernando presididos por el Delegado de Defensa en Aragón, Coronel Ilmo. Sr. D. Conrado José Cebollero Martínez, y con la presencia de la Junta Directiva de ACIME Aragón-La Rioja, encabezada por su Delegada, Dña. Silvia Marín Ballarín.
Se iniciaron a las 12.30 horas, en la iglesia castrense de San Fernando, con la celebración de la Santa Misa, oficiada por el capellán castrense de la Academia General Militar de Zaragoza.
Asistieron, entre otras, las siguientes personalidades: Jefe del Acuartelamiento San Fernando, Coronel, Ilmo. Sr. D. José Aparicio Azcárraga; Jefe del Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra, Teniente Coronel, D. Francisco García Rodríguez; Jefe de la Sección de Personal de la 8ª Zona de la Guardia Civil, Teniente Coronel, D. José María Pérez García, así como el Coronel (R) Ilmo. Sr. D. Félix Allo Flores, anterior Delegado de Defensa en Aragón.
Igualmente asistieron representaciones de varias asociaciones y hermandades vinculadas con las Fuerzas Armadas.
Los Reales Tercios de España estuvieron representados por D. Miguel Usón Muñío, Segundo Jefe del Tercio Norte-Delegación Aragón, y Jefe de la Zona de Zaragoza, y por D. Manuel Grao Rivas, Jefe de RR.PP. e Institucionales de Aragón y Jefe de la Zona de Huesca.
Al inicio de la Santa Misa, el capellán castrense nos recibió con las siguientes palabras: Bienvenidos a esta celebración en la que vamos a honrar desde nuestra más sincera veneración al arcángel San Rafael, Patrón de la asociación a la que estáis vinculados.
Me gustaría invitaros a que, con ese mismo afecto con el que venís a venerar a San Rafael, ese mismo arcángel abra vuestro corazón y vuestras vidas para entender el significado de los ángeles y sobre todo para ver qué nos descubre y a que nos invita en este día que conmemoramos a los santos arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, pero hoy, de forma particular a quien es llamado medicina de Dios, cuyo nombre en hebreo significa Dios sana, Dios cura. Me gustaría compartir unos versículos del libro de Tobías, del Antiguo Testamento, que dice así: Los dos hombres llenos de turbación y temor se postraron rostro en tierra. El ángel les dijo: “no temáis; tened paz, alabad a Dios por siempre pues no he venido por mi voluntad sino por voluntad de Dios, amadlo siempre y contadle, me habéis visto comer pero era simple apariencia. Ahora pues alabad al Señor en la tierra, dadle gracias, yo me subo al cielo que me ha enviado, y poned por escrito todo lo que os ha sucedido”. El ángel se elevó y cuando ellos se pusieron en pie ya no lo vieron. Y confesaron las grandezas y maravillas de Dios y cómo el ángel del Señor se les había aparecido.
Si queréis conocer y contemplar al arcángel San Rafael, tenéis que leer el libro de Tobías, porque en el se relata su presencia, su intersección y el sentido que tienen los arcángeles. Rafael, junto a Miguel y Gabriel, formaron esa “trinidad” de los arcángeles, de los siete ángeles creados por Dios. Tenemos que partir en un principio, los ángeles son criaturas celestiales, no de naturaleza corpórea sino de naturaleza espiritual, son seres creados por Dios, con voluntad e inteligencia propias. Fueron dados por Dios al género humano para ser benefactores, anunciadores, guías y compañeros en las vidas de los hombres.
De esos siete ángeles, criaturas de Dios, destacan tres, los arcángeles. La propia palabra arcángel significa el principal de los ángeles.
Miguel como ángel que nos ayuda a luchar contra todas las acechanzas del mal, Gabriel porque es el mensajero de Dios, aquel que anunció a María la noticia de que iba a ser la madre de Dios, y por último, Rafael, aquel que su propia palabra dice medicina de Dios, Dios sana, Dios cura el corazón y el cuerpo del hombre, y por tanto ahí está su misterio y su presencia a lo largo de la historia.
Se dio lectura luego de la profecía de Isaías: Miré y vi que colocaban unos tronos. Un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego, sus ruedas llamaradas; un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le seguían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Yo vi, en una visión nocturna, venir una especie de hombre entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano venerable y llegó hasta su presencia. A él le dio poder, honor y reino. Y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su poder es un poder eterno, no cesará. Su reino no acabará. En el Salmo, respondimos: Delante de los ángeles tañeré para ti Señor.
A continuación, el capellán castrense dio lectura del Santo Evangelio según San Juan: En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: ahí tenéis a un israelita de verdad en quien no hay engaño. Natanael le contesta: ¿De qué me conoces?. Jesús le responde: antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Natanael respondió: Rabí Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel. Jesús le contestó: ¿Por haberte dicho te vi debajo de la higuera, crees?. Has de ver cosas mayores. Y añadió: Yo os aseguro, veréis el cielo abierto y a Dios y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el hijo del hombre. Señaló el R.V. que en el libro de Tobías se nos relata como el arcángel Rafael fue enviado por Dios para acompañar al joven Tobías en su peregrinación desde Nínive (Mesopotamia) hasta lo que es la Tierra Prometida, Israel. Curó a su padre, Tobí, de la ceguera y fue compañero y guía de su hijo Tobías, y su recuerdo perdura en el corazón de la iglesia.
Cuando descubrimos la presencia de los ángeles, los que nos confesamos cristianos, se nos interpela con aquella afirmación que hizo el Papa Benedicto hace unos cuantos años en la cual describía al ser humano como aquel ser, decía el Papa Benedicto, lleva en sí mismo una sed de infinito, una nostalgia de eternidad, una búsqueda de belleza, un deseo de amor, una necesidad de luz y de verdad que lo impulsan hacia lo absoluto. El hombre lleva en sí mismo el deseo de Dios.
Cuando conmemoramos, veneramos y celebramos a San Rafael nos cubre esta necesidad trascendente del ser humano, esta realidad fundamental para los que nos confesamos cristianos y por añadidura a todas las personas del mundo. La vida del cristiano se fundamenta en cuatro signos, cuatro palabras: perdón, esperanza, amor y fe. Fe que se reconoce como confianza y la presencia real, histórica, de Dios en la vida del hombre y también la presencia trascendente que nos interpela permanentemente en todas las vicisitudes de la vida humana. Ante esas vicisitudes el arcángel Gabriel, como la figura de los ángeles, nos vuelve a despertar de nuestro pragmatismo, siempre inmediato, nos hace reconocer que necesitamos certezas firmes y convicciones profundas en la vida, y que como hombres y mujeres de fe tenemos que despertar de muchas de nuestras cegueras, de muchas de nuestras incapacidades, de muchas de nuestras necesidades más profundas
Esas necesidades perentorias que tiene el ser humano, y poder descubrir una vez más cómo el misterio de la trascendencia de Dios nos interpela permanentemente, ¿para qué?, para vivir con la conciencia, con la firmeza y con la convicción que los hijos de Dios tenemos en los fundamentos de nuestra fe.
Finalizó el R.V. la homilía con estas palabras : pedimos a San Rafael que sea guía y compañero en la vida de todos aquellos que le veneráis, que realmente siga siendo para vosotros aquel que sana nuestras heridas más profundas. Decía San Agustín que Cristo era auténtico bálsamo y ungüento para las heridas del corazón, del espíritu, y también del cuerpo. Por eso Rafael es medicina de Dios y por eso pedimos, por intercesión de San Rafael, que cuide de todas nuestras carencias físicas y espirituales y que por medio de esa expresión y de esa sincera devoción podemos hoy agradecer sinceramente, pedir confiadamente y esperar ansiosamente que la providencia divina nos asista en todas las realidades de nuestra vida. Demos gracias a Dios por este misterio que hoy celebramos en la figura de San Rafael.
Finalizó la Santa Misa y seguidamente continuaron los actos en la sede de ACIME, ubicada a escasos metros de la iglesia, en el pabellón de la USAC.
Intervino en primer lugar la Delegada de ACIME Aragón-La Rioja, Dña. Silvia Marín Ballarín para decir lo siguiente: Muchísimas gracias por asistir un año más a la celebración de nuestro Patrón, San Rafael, y acompañarnos en este día tan especial.
En primer lugar quería dar las gracias al pater Miguel Ángel, que ya se nos ha marchado, por celebrar la eucaristía, ya que el pater Rodrigo está en Somalia y el pater Ángel Briz está en Líbano, y nos ha hecho el favor de celebrar la eucaristía. También quería agradecer al Coronel Cebollero, Delegado de Defensa en Aragón, por presidir el acto, y al Coronel Aparicio como Jefe del Acuartelamiento San Fernando por facilitarnos el acceso a todas las instalaciones. Este es el cuarto Patrón que celebramos con motivo de San Rafael y en verdad es un placer estar rodeados de tantos compañeros y, ya prácticamente todos, amigos.
Como ya viene siendo habitual en esta joven delegación, que tiene cuatro añitos, a iniciativa de la Junta Directiva Regional, se ha propuesto este año a dos personas que, por su especial dedicación, por su vinculación con la Delegación de Aragón-La Rioja, se han hecho merecedoras de la Medalla al Mérito de ACIME. Aprobado en Junta Nacional de 25 de junio en Madrid, se ha decidido otorgar esta distinción a : Ilmo. Sr. D. José Javier Freixas Puivecino, Presidente de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, y al Ilmo. Sr. D. Félix Allo Flores, anterior Delegado de Defensa en Aragón.
Hizo entrega de ambos galardones el Delegado de Defensa en Aragón, Coronel Ilmo. Sr. D. Conrado José Cebollero Martínez, quien dedicó estas breves pero emotivas palabras a cada uno de los condecorados:
Al Coronel (R) José Javier Freixas Puivecino: No hay mayor honor que condecorar a una persona como tu. Al Coronel (R) Félix Allo Flores: De verdad es un honor imponerte esta condecoración de estos amigos.
A continuación los premiados intervinieron, brevemente, por este orden: José Javier Freixas Puivecino: Quiero dar las gracias a ACIME por esta distinción que entiendo no es para mí sino para el equipo que represento. Y quiero manifestar que creo firmemente en el “sumamos”, que tenemos que hacer cosas juntas todas las asociaciones. Y luego un recuerdo muy especial a Charo, ( Secretaria de ACIME), por lo que está pasando) que no está aquí. Gracias.
Félix Allo Flores: Me sumo a las palabras del Coronel Freixas, de verdad que siempre es una alegría recibir un reconocimiento, una inmensa alegría y una satisfacción. Pero cuando se recibe de manos de la Asociación ACIME, la verdad es que la alegría es doble y la sorpresa, también de esta mañana ha sido inmensa y la verdad es que estoy agradecido, por hacer mi trabajo, al igual que decía Javier Freixas es el trabajo de la Delegación, que no era otra cosa que apoyar en lo poco que se puede a todas las organizaciones y a ACIME en este caso en particular. Es obligación de todos los militares, siempre, y lo pueden demostrar las Reales Ordenanzas, el tener una deferencia con los que nos han precedido en el servicio activo, tanto al personal que está en la Reserva, como es mi caso ahora, personal retirado, y en el caso de la asociación lo mismo, sois los que nos habéis precedido en el servicio activo y los que habéis estado trabajando por delante de nosotros. Os he visto nacer, efectivamente hace cuatro años, con muy pocos medios pero con mucha ilusión y muchas ganas, y ha sido un placer ver cómo le habéis dado visibilidad a estos militares que habéis estado en activo y que por cuestiones de discapacidad o accidentes de servicio ya no podéis estar en activo, y ese trabajo que habéis hecho y esa visibilidad que habéis dado en tan poco tiempo a la asociación aquí en Aragón-La Rioja, pues la verdad es que es esto lo que se merece el reconocimiento. Muchas gracias Silvia, a la Junta,y a la asociación.
No había terminado todavía esta secuencia de actos en la Delegación de ACIME. Héctor Alonso Galé, miembro de la Junta regional de la asociación, hizo entrega a la Delegada Silvia Marín de un bonito presente, con estas palabras: Esto es para la Junta y es un recuerdo, que se hace con sal y digamos que viene a significar como la amistad, la sal de la amistad. Es un recuerdo que dejo para que esté aquí, para todos.
Le preguntamos luego a Silvia Marín por esto mismo y nos amplió un poco los detalles: Es sal que representa la amistad, ya que se compacta para hacer más fuerte al conjunto y nos ha sido entregada como símbolo del compañerismo y la amistad que nos une a todos los componentes de la asociación.
Fue la Delegada en Aragón-La Rioja quien cerró los actos centrales de la celebración de su Patrón San Rafael con las siguientes palabras: Muchísimas gracias al Coronel Allo, al Coronel Freixas. Sí que quería tener unas palabras especiales. Como muchos de vosotros sabéis, Charo, no ha podido estar hoy con nosotros. Me ha pedido que os transmita en su nombre que sentía no poder venir, pero la situación le sobrepasa y no puede estar con nosotros, pero es como si estuviera.
Quería dedicarle especialmente este día a ella, porque si una es el cerebro, la otra es el corazón.
Charo es todo corazón, para todos y por todos, así que muchísimas gracias. Cuando queráis podemos continuar con los actos.
Hermosas y emotivas palabras las de Silvia Marín, a las que nos unimos deseando que Rosario Sánchez-Vizcaino Cantalejo, “Charo”, supere pronto las dificultades por las que está pasando. Lo deseamos de corazón porque Charo es una persona entrañable que ha sabido ganarse rápidamente el respeto y el cariño de todos nosotros. ÁNIMO CHARO.
Continuaron los actos en la Residencia Castillejos con una comida de hermandad, al inicio de la cual el Delegado de Defensa en Aragón, Coronel Ilmo. Sr. D. Conrado José Cebollero Martínez, pronunció el siguiente brindis: Hay un dicho, que últimamente yo no se por que pero lo oigo mucho, que dice, “si quieres ir rápido, ve solo, pero si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Pocas ocasiones tienen compañías tan gratas como la vuestra y esperamos que entre todos, juntos y sumando, lleguemos muy lejos en el servicio a los demás. Por el primer soldado de España, ¡POR SU MAJESTAD EL REY!
Al final de la comida tomó la palabra Jean Pedraza, discapacitado invidente, del que volvemos a recordar para ustedes, queridos lectores que nos siguen, su especial circunstancia. En el año 1981, un desgraciado accidente motivado por la explosión accidental de una mina anticarro le costó la pérdida completa del brazo izquierdo y la visión de ambos ojos, además de una notable pérdida auditiva. Sin embargo, gracias a una férrea voluntad, unida a su increíble capacidad de superación, eso no le impide participar en grandes eventos deportivos, como la Carrera del Ebro, por ejemplo.
Lo que nos dijo Jean fue lo siguiente: “Hay un apartado de la Guardia Civil que si todo el mundo conoce, pero hay una cara al lado de ese apartado que, incluso ustedes no saben. Se sabe que la Guardia Civil salva vidas en los rescates y también en las carreteras, pero hay una cosa que no todo el mundo sabe, y es que la Guardia Civil, y me refiero a la de Benasque, ayuda a discapacitados. Y un afortunado de esos soy yo. La Guardia Civil ayuda también a discapacitados a entrenar y a hacer carreras de montaña y también por asfalto. Y dicho eso, que no es nada y es mucho, si alguien no lo sabía pues ya lo sabe. Gracias”.
La sobremesa se prolongó hasta bien entrada la tarde en un ambiente de sana camaradería en la que todos aprovechamos la ocasión para estrechar lazos de amistad.
Nosotros, desde estas sencillas líneas de los Reales Tercios de España, finalizamos esta crónica felicitando a la Asociación de Militares y Guardias Civiles con Discapacidad, ACIME, en la persona de su Delegada en Aragón-la Rioja, Silvia Marín Ballarín, por la impecable organización de los actos y le expresamos nuestra gratitud por la gentileza de invitarnos a los mismos.