Tuvimos el placer de asistir, el pasado día 8 de diciembre de 2016, en la capital aragonesa, a la celebración de la festividad de la Inmaculada Concepción, Patrona del Arma de Infantería, del Cuerpo Jurídico Militar del Ejército, y de los capellanes castrenses.
A las 10.45 horas dieron comienzo los actos con la celebración de la Santa Misa en la Capilla de la Base Discontinua San Jorge. Ofició el R.V. Ángel Briz Fernández, capellán castrense con consideración de capitán, de la parroquia San Fernando, y con él concelebró el R.V. Miguel Ángel Melguizo, capellán castrense con consideración de capitán, de la Academia General Militar de Zaragoza.
Se dio lectura del libro del Génesis, y de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios.
Se hizo esta lectura del santo Evangelio según San Lucas: «en aquel tiempo el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David, la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia dijo, alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo, no temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios; concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su poder reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin«.
Al final de la misa, el coronel Javier Mayoral Dávalos nos hizo dos entrañables regalos, cargados de historia, tradición y fe. Primeramente y con el título «De Pavía a Flandes», dio lectura al siguiente texto, que tiene su firma:
«Lleva el Regimiento, el nombre de una batalla gloriosa que tuvo lugar el 24 de febrero de 1525. Asediados estaban 2.000 arcabuceros españoles, 5.000 Lansquenetes alemanes y 300 jinetes, al mando de Antonio Leyva, navarro y veterano de las campañas del Gran Capitán.
Los refuerzos para liberar la plaza de Pavía, estaban al mando del Marqués de Pescara, (Fernando de Ávalos). La organización y la estrategia que desarrolló sentó las bases para lo que en un futuro serían los temibles Tercios Españoles. En ella se demostró el valor, la audacia y osadía de aquellas tropas. Se saboreó las mieles de la victoria, se peleó con un convencimiento de ganar digno de encomio; el arcabuz español aplastó a la caballería francesa, y se logró lo que parecía imposible, dada la fortaleza del enemigo francés.
En Flandes, por el contrario, se turnaban, la amable cara de la victoria y la amargura de la derrota. Los españoles decían, Flandes mi sepultura. Algo sucedió la noche del 7 al 8 de diciembre de 1585, en el montecillo de Empel, en la desembocadura del río Mosa«.
«En Flandes, (Empel), se logró la victoria gracias a la milagrosa aparición de una Tablilla de vivos colores, con la imagen de la Inmaculada Concepción. La situación semejante a Pavía, pero sin posibilidad de refuerzos y con un frío aterrador. Cinco mil españoles supieron aferrarse a su fe y con 60 años de experiencia a sus espaldas, desde Pavía, avasallar al Conde Holak.
En ambas situaciones, el infante y el jinete fueron unidos siempre.
Hoy vemos que un Regimiento de Caballería ha integrado a un Batallón de Infantería. La historia se repite; jinetes e infantes juntos.
Bienvenido sea la llegada del Batallón Flandes, que nos ha devuelto a estas heroicas tierras a los soldados de a pie, de la que hacía muchos años habían desaparecido y recoja el testigo de la Gloriosa.
Si en Flandes se puso el sol el año 1.640, con su pérdida para España, hoy recuperamos un Batallón de infantes, el Flandes y con ello su brillante sol.
Será una constante, en el devenir de esta nueva Unidad, el apoyo, el aliento y el calor de los bravos jinetes del Pavía. Que la Inmaculada Concepción de María, Patrona de España y de la Infantería, ilumine y proteja su caminar y guíe su nueva andadura noche y día.
!Que truene la voz del Flandes, desde Aragón hasta Flandes!
!Celebremos con alegría a la Patrona de España y de la Infantería, junto a los bizarros jinetes del Pavía!»
Seguidamente, el coronel Javier Mayoral, rezó esta preciosa oración de la que es autor su padre, capitán Diego Mayoral Massot:
!VIRGEN SAGRADA MARIA!
!REINA Y SEÑORA DEL CIELO!
LA ESPAÑOLA INFANTERÍA,
QUE ES DE VALIENTES MODELO;
TIENE SIEMPRE, NOCHE Y DIA,
UNICAMENTE ESTE ANHELO;
SER COMO TU, INMACULADA;
SER DE LIMPISIMA HISTORIA;
Y QUE NUNCA, NI POR NADA,
NOS RECUERDE LA MEMORIA
ACCION ALGUNA PASADA
QUE NO REPRESENTE GLORIA
PARA LOGRARLO, SEÑORA,
CON QUE SOIS PATRONA NUESTRA
CONTAMOS A TODA HORA,
PUES CON LA PROTECCIÓN VUESTRA
EL INFANTE QUE OS ADORA
VENCE SIEMPRE EN LA PALESTRA
!DANOS SEÑORA TU PROTECCION
Y TRIUNFARA SIEMPRE MI BATALLON!
!DANOS SEÑORA TU VALIMIENTO
Y TRIUNFARA SIEMPRE MI REGIMIENTO!
Posteriormente, en la Plaza España, de la Base Discontinua San Jorge, tuvo lugar una parada militar presidida por el jefe de la Brigada de Caballería «Castillejos» II, general de brigada, Andrés Chapa Huidobro, integrada por las siguientes Unidades, al mando del coronel Miguel Hernández Turiño, jefe del Regimiento Acorazado «Pavía» 4.
Escuadra de Batidores, Banda de Guerra de la Brigada de Caballería «Castillejos» II, Música de la Academia General Militar, Mando de la Formación, Plana Mayor de Mando.
Batallón de Infantería Ligera Flandes I/4, compuesto por: Mando, Plana Mayor de Mando, 1ª Compañía de Carros de Combate, Compañía de Mandos y de Apoyo, Compañía de Servicios.
Batallón de Caballería Acorazado Húsares de la Princesa II/4, compuesto por: Mando, Plana Mayor de Mando, Escuadrón Ligero Acorazado 1 y Escuadrón de Plana Mayor y Servicios.
A los acordes del Himno de España se procedió a la incorporación a Formación del Estandarte del Regimiento Acorazado Pavía Nº 4. La Bandera es el símbolo de la Patria que representa a todas las tierras de España y al conjunto de los españoles de ayer, hoy y mañana.
A las 12.00 horas hizo su entrada en la Plaza España el general Chapa Huidobro, jefe de la Brigada de Caballería «Castillejos» II, que recibió los honores de ordenanza, y a continuación pasó revista a la Formación mientras se interpretaba la conocida marcha militar «El Abanico«.
Antes de ocupar la presidencia del acto saludó a todos los presentes con las siguientes palabras:
«Bienvenidos a la Base Discontinua San Jorge donde se cumple hoy algo más que el deber, al celebrar por primera vez desde que somos Brigada de Caballería, con una Unidad de Infantería en sus filas, la Patrona de Infantería«.
A continuación se dio lectura a la siguiente efeméride:
El 7 de diciembre de 1585 el Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla, compuesto por unos 5.000 hombres, combatía durante la Guerra de los Ochenta Años, en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal, bloqueada por completo por la escuadra del almirante Holak. La situación era desesperada para los tercios españoles pues además del estrechamineto del cerco habia que sumarle la escasez de víveres y ropas secas. El jefe enemigo propuso entonces una rendición honrosa, pero la respuesta española fue clara, «los infantes españoles prefieren la muerte a la rendición, ya hablaremos de capitulación después de muertos«.
Ante tal respuesta Holak recurrió a un método harto utilizado en este conflicto, abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo.
Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel donde se refugiaron los soldados del Tercio.
En ese crítico momento, de acuerdo con la tradición, un soldado del Tercio, cavando una trinchera, tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como una señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada. Este tesoro tan rico que descubrieron debajo de la tierra fue divino nuncio del bien que por intersección de la Virgen María esperaban en su bendito día.
Según indica la citada tradición, un viento completamente inusual e intensamente frío se desató aquella noche helando las aguas del río Mosa. Los españoles, marchando sobre el hielo atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que, según dichas versiones, el almirante Holak llegó a decir, «tal parece que Dios es español al lograr contra mí tan grande milagro«.
El llamado Milagro de Empel propagó entre la Infantería española tal devoción a la Purísima Concepción que tres siglos después tomaría rango oficial cuando el 12 de noviembre de 1.892, a solicitud del Inspector del Arma de Infantería, por Real Orden de la Reina Regente, Dñª María Cristina de Habsburgo, se declaró Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción.
Prosiguiendo con el desarrollo del acto, se dio lectura a la efeméride del Aniversario de la Concesión de la Corbata de la Real y Militar Orden de San Fernando al Regimiento Pavía.
Por Real Orden de 5 de agosto de 1841 se concedió al Regimiento Pavía la Corbata de la Real y Militar Orden de San Fernando por su actuación en la denominada Acción de Cheste, por el valor demostrado por cuatro de sus escuadrones que, al mando del coronel Juan de Pezuela, cargaron el 2 de diciembre de 1838 contra las tropas carlistas compuestas por ocho batallones y cinco escuadrones mandados por los generales Forcadell y Llagostera, quienes realizaban una incursión por la ribera del Júcar, haciendo que se dispersara la retaguardia de este ejército y capturando numerosos prisioneros y armamento enemigo.
Esta distinción fue colocada en el Estandarte del Regimiento por el ministro de la Guerra, ante la guarnición de Madrid, el día 2 de diciembre de 1845.
Seguidamente se procedió a la ceremonia de imposición de condecoraciones, dando lectura previamente al artículo 75 de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, entregándose diversas condecoraciones del Mérito Militar y de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
A continuación, el general Juan Ramón Sabaté Aragonés, como Oficial General de Infantería, en situación de servicio activo, más antiguo de los presentes, pronunció unas palabras de las que ofrecemos a ustedes el siguiente resumen: Agradeció la asistencia de todos los presentes e hizo extensivo su agradecimiento al general Chapa Huidobro, jefe de la Brigada de Caballería, por haberle invitado a pronunciar estas palabras, felitó a quienes habían sido condecorados y a cuantos celebrábamos en ese día la festividad de la Inmaculada Concepción.
«Hoy es para todos nosotros un día de alegría y de conmemoración. Alegría por encontrarnos con nuestros compañeros de armas con los que compartimos un profundo amor a España, un acendrado espíritu de servicio y el orgullo de lucir en nuestro pecho la corneta, espada y arcabuz que constituyen el emblema de nuestra arma y evocan los tiempos gloriosos de nuestra Infantería«.
«Este año la alegría es mayor si cabe porque la plaza de Zaragoza recupera la presencia de una Unidad del Arma. Nuestra Infantería no contaba con Unidad en la capital del Ebro desde que en 1985 quedó disuelto el Regimiento Las Navas Nº 12«.
«Hoy forman en este Patio de Armas los infantes del Batallón Flandes, encuadrados en el Regimiento Acorazado Pavía Nº 4. La denominación del Batallón evoca la del Regimiento de Infantería Nº 30 que, creado en 1.663 con el nombre de Tercio de García, sirvió con brillantez en los más diversos lugares. El Regimiento combatió en la frontera de Portugal, en Flandes, donde adquirió el sobrenombre de Escuela de Flandes por ser considerado como modelo de instrucción y disciplina, así como en Orán, Marruecos, Cuba, y en innumerables localidades de nuestra geografía peninsular«.
«Hoy nos alegramos de que las voces de sus componentes se unan a las de los infantes más veteranos para entonar juntos las estrofas de nuestro Himno«.
«Pero hoy, como todos los ocho de diciembre, es ante todo un día de conmemoración. Hoy conmemoramos el patronazgo de la Inmaculada Concepción sobre la Infantería española«.
Nos habló también del llamado Milagro de Empel, que ya hemos referido, y continuó diciendo:
«Hoy un año más, como infantes españoles, conmemoramos la gesta de los infantes del Tercio de Bobadilla y nos enorgullecemos de su legado y renovamos el compromiso de seguir el camino que ellos nos mostraron. Os pido a todos que al entonar nuestro sacrosanto Himno, dentro de unos momentos, tengamos un especial recuerdo hacia todos los que hoy celebran nuestra Patrona alejados de sus familias y de sus hogares, sirviendo a España en los más recónditos lugares del mundo.
Que la Inmaculada Concepción vele por ellos y les proteja en todo momento, y que al escuchar el toque de oración nos acompañe el recuerdo indeleble de todos aquellos que de forma anónima y abnegada supieron hacer honor al compromiso contraído y ofrendar sus vidas por el bien de nuestra Patria. Rindámosles un emocionado recuerdo«.
«Orgullosos de sentirnos herederos de una gloriosa tradición militar y con el compromiso de mantener el legado dejado por los que nos precedieron en las filas de nuestro Ejército, gritad conmigo«
!!VIVA ESPAÑA!! VIVA EL REY!! !!VIVA LA INFANTERIA ESPAÑOLA!!
Seguidamente tuvo lugar la emotiva ceremonia de homenaje a los soldados de todos los tiempos, encuadrados en los ejércitos de España, que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor.
El homenaje a los que dieron su vida por España, tradición militar en los ejércitos, está recogido en el artículo 21 de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, que dice:
«Los miembros de las Fuerzas Armadas se sentirán herederos y depositarios de la tradición militar española. El homenaje a los héroes que la forjaron y a todos los que entregaron su vida por España es un deber de gratitud y un motivo de estímulo para la continuación de su obra«.
Se dio lectura al bello poema de rigor y se cantó la oración cristiana «la muerte no es el final». El R.V. Ángel Briz Fernández rezó la siguiente oración, «Señor de la vida y la esperanza, que hiciste entrega de tu vida a los hombres, concede a nuestros compañeros que dieron su vida sirviendo a España, el perdón y la paz. Así sea.«
Escuchamos el toque de oración y, a su final, se disparó una Salva de Honor de fusilería.
A continuación se cantó el Himno de Infantería y, al cabo de unos minutos, tuvo lugar el desfile de las Unidades frente a la tribuna presidencial.
Posteriormente la Unidad anfitriona ofreció un Vino Español al inicio del cual tomó la palabra el teniente coronel Pedro Valdés Guia , jefe del Batallón Flandes, para decir lo siguiente:
«Es tradición en la plaza de Zaragoza entregar un premio a un veterano de Infantería especialmente significado. En este caso, entre los presentes, ha sido escogido el coronel Carlos Fernández Lubiano. Su padre sirvió y falleció en servicio, en el Flandes, en la toma de Bilbao. Él, como huérfano, ingresó en el Colegio de Huérfanos, como aprendiz de Banda, con 14 años«.
«Sirvió en el Flandes con el empleo de teniente y nos precedió en la plaza de Zaragoza porque inauguró también el CIR donde ahora mismo está ubicado el Flandes. Luego nos precedió en el Flandes y nos precedió en nuestro paso por Zaragoza«.
«Mi coronel, para mí como jefe del Batallón Flandes, es un honor el hacerle entrega de este premio y, en usted, hecérselo a todos los veteranos que nos han precedido en el Flandes y que componen y significan para nosotros nuestra mayor dignidad como miembros de este Batallón de Infantería«.
Visiblemente emocionado, el coronel Carlos Fernández, nos hizo partícipes de sus recuerdos como teniente recién salido de la Academia General Militar, con la XV Promoción, y de su primer destino en el Regimiento de Infantería Flandes Nº 30. Recordó su paso por el 157, donde realizó el Curso de Montaña, y la etapa de Zaragoza, de la que le vienen recuerdos del CIR y de la 11ª Compañía. Recordó a algunos de sus compañeros y recordó a su primer coronel, y al jefe que mandaba el Batallón, Vicente Galindo Montoya, y también al primer capitán que tuvo, en definitiva a quienes guiaron sus pasos en la milicia. Finalizó sus palabras de recuerdo con una cita a Pedro Calderón de la Barca y a la Infantería española.
Por último fue el jefe de la Brigada de Caballería «Castillejos» II, general Andrés Chapa Huidobro, quien pronunció las siguientes palabras, «hoy es un día para esta Brigada de Caballería histórico porque como he dicho al recibirles será la primera vez que una Unidad de Infantería forme como Unidad componente del Regimiento Pavía que es una Unidad, un Regimiento acorazado, en la Brigada de Caballería«.
«Será histórico porque será la primera y probablemente será la última vez que forme en el día de la Inmaculada Concepción, toda vez que el uno de enero pasaremos a ser la Brigada Aragón I, una Unidad de distinto carácter, nombre y apellido, de un arma especial. Es un día fundamental, para esta Unidad, del que nos sentimos muy orgullosos al haber podido recibir en nuestro seno a una Unidad de Infantería, plenamente integrada con el regimiento acorazado«.
Felicitó al teniente coronel jefe del Batallón Flandes por dicha integración y quiso después expresar algunos agradecimientos, «fundamentalmente a todos los componentes de las Fuerzas Armadas aquí presentes en su compromiso y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que nos acompañan siempre en todos los actos«.
Especial agradecimiento tuvo para el coronel Pedro Guerrero Fontalva, del que dijo, «hoy he tenido la suerte de tener presente aquí al que fue mi primer capitán que, cuando empecé mis pasos en la vida militar, me inculcó las virtudes del soldado, que no son otras que las virtudes del soldado básico de Infantería«.
Por último, y dirigiéndose al general (R), Romay Custodio, dijo, «mi general, aunque sea tradicional que se dé el brindis al oficial de mayor empleo presente en los actos, hoy va a ser mi último acto de la Inmaculada, en servicio, con lo cual permitirme que el brindis lo haga yo«.
«Señoras y señores, les pido que alcen las copas por el primer infante de España«
!!POR SU MAJESTAD EL REY!!
Finalizó así el acto, que tuvo gran brillantez, y nosotros, desde la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, felicitamos al Regimiento Acorazado Pavía 4, como Unidad organizadora, damos la bienvenida a Zaragoza al Batallón Flandes y deseamos larga vida a la nueva Unidad, Brigada Aragón I.