La primera de ellas se dio en un domicilio de Calatayud y cuando los agentes llegaron la víctima apenas tenía signos de vitalidad, la formación en primeros auxilios hizo que se pudiera estabilizar y trasladar a un centro hospitalario
El segundo de los sucesos tuvo lugar en Zaragoza, en esta ocasión la decisión y determinación de los agentes evitaron que un joven se precipitara al río Ebro
Agentes de la Policía Nacional destinados en la Comisaría Local de Calatayud lograron salvar la vida, el pasado viernes 3 de marzo, de una mujer de 44 años que se encontraba en el interior de su domicilio sin signos aparentes de vitalidad.
Los policías habían recibido una llamada del entorno más cercano de la mujer, los cuales mostraron su preocupación por ésta, ya que hacía varios días que no sabían sobre su paradero y temían que podía haberle sucedido algo.
Varios agentes se personaron en el domicilio donde residía en la ciudad de Calatayud y tras realizar varias gestiones infructuosas para acceder al interior, tuvieron que solicitar la ayuda de Bomberos, quienes les franquearon la puerta.
Una vez en el interior del piso localizaron sobre su cama a la mujer de 44 años, con los síntomas vitales muy débiles y casi imperceptibles, si bien la formación en primeros auxilios de uno de los agentes hizo que no se cejara en el empeño de reanimar a la joven, quien finalmente fue estabilizada por el servicio de emergencias y trasladada hasta un hospital de Zaragoza.
Por otro lado, otros dos agentes de la Policía Nacional evitaron a primera hora de la tarde del domingo 5 de marzo que un joven se precipitara al cauce del Río Ebro.
Los integrantes de la dotación policial acudieron al aviso de un viandante que estaba presenciando las intenciones autolíticas de un joven, el cual se encontraba sentado sobre una barandilla del río y amenazaba con precipitarse.
Sin demora y con la decisión y determinación necesaria para afrontar un hecho de tales características, los dos policías se acercaron a pie hasta el joven, con quien fueron entablando una conversación para intentar calmarlo desde la escucha activa y la contención verbal.
Los dos agentes, que no dudaron en poner en peligro sus propias vidas para salvar la este ciudadano, se posicionaron de forma estratégica hasta conseguir agarrarlo fuertemente y llevarlo a un lugar seguro.
Posteriormente fue traslado por el servicio de ambulancia de Bomberos al hospital Miguel Servet para recibir el tratamiento facultativo necesario.